Hace dos años me enteré (de verdad) de lo que era Twitch. Sucedió durante el viaje a Colonia que hice con alguna otra gente para la presentación de las GeForce RTX 2000 de NVIDIA. Entre esa otra gente aparecieron dos chavales muy jóvenes que a mí no me sonaban de nada.

Le pregunté a un viejo compañero de batalla por ellos. «¿De qué medio vienen?», le comenté. Él, casi sorprendido, me dijo «No vienen de ningún medio. Son twitchers».

Uno de ellos —del otro no me acuerdo— era alexelcapo, que en su perfil de Twitch se define como alguien que nació en el 87 y al que le gusta jugar a videojuegos. Allí tiene 745.000 seguidores. En YouTube, 1,72 millones. En Twitter, 779.000. E insisto, yo no tenía ni idea de quién era.

Durante el viaje tuve la ocasión de compartir algún rato con él y el resto de los que íbamos de la «delegación» española, y en cierto momento él y su compañero de batalla se pusieron a hablar un poco de cómo empezaron en Twitch y cómo era su día a día. Que básicamente era el mismo: se levantaban, encendían el PC, la webcam y el micro y ale, a jugar y a hablar mientras jugaban.

Twitch es en eso muy distinto a YouTube. En la mayoría de los casos hay poco guión (o nada), y todo es básicamente improvisado, sobre todo porque las emisiones son de horas, no de minutos. En la mayoría de los casos no hay post-producción o edición del resultado (que yo sepa), y tras todo este tiempo he llegado a la conclusión de que Twitch es la evolución de la televisión de toda la vida. Pones un canal y ves lo que están emitiendo en directo, aunque también pueda haber cosas en diferido.

En este caso, lo que ves en directo es a la gente jugando. Y, según la ocasión, a gente haciendo otras cosas como cocinar o hablar de su vida. Los IRLs, los llaman. In Real Life.

Luego me enteré de que aquello podía dar mucho dinero. Esos creadores emiten sin parar y aunque sus canales pueden ser gratuitos, también pueden tener seguidores que les apoyan a través de una suscripción económica. Una que puede ser la básica (5 dólares/mes) pero que también puede ser más avanzadas y las hay además de 10 y de 25 dólares al mes. Las suscripciones además dan ciertos privilegios (como no ver publi o tener un chat exclusivo), y básicamente el sistema es como un Patreon muy bien integrado en la plataforma. Por cierto, no solo hay suscripciones: las donaciones directas son otra vía, como lo son los ingresos publicitarios.

El negocio es estupendo, y los Twitchers se benefician además de otra ventaja importante: Amazon regala a cada usuario de Amazon Prime una suscripción para el creador de Twitch que más le guste, así que puedes seguir a alguno de ellos sin pagar nada. El creador recibe la pasta, pero lo hace directamente de Amazon, no de ti.

Es evidente que no todos los seguidores de una cuenta de Twitch pagan, pero incluso siendo cautos y contando con un ratio de un 1 por 1000, este chico se estaría llevando 745 x 5 = 3.750 dólares al mes solo por esa parte. Diría que en realidad se lleva bastante más.

¿Qué hice? Cotillear su canal de Twitch. En persona el chaval es majo, dicharachero, con una facilidad clara para contar cosas de forma entretenida. Era carne de Twitch, y supongo que es (casi) normal que le vaya bien. Luego me fui a su canal y claro, tras 3 minutos dejé de verlo. Aquello a mí ni me iba ni me venía, pero es que no soy el público de Alexelcapo. Eso me dio una idea.

Me iba a hacer Twicher yo también.

Me abrí cuenta enseguida y probé a hacer una primera emisión de prueba. Vi que aquello era sencillo y me dispuse a convertirme en el nuevo fenómeno de masas. Y entonces empecé a leer algunos temas para empaparme un poco más de aquello y ver si había consejos para, ya sabéis, hacerse rico sin esfuerzo. Como con el dropshipping o como al final he logrado con mi blog.

Los consejos eran claros, como la conclusión de la mayoría de ellos: no te vas a hacer rico con Twitch. Gran parte de la gente que andaba en foros y en comunidades como las de /r/Twitch dejaban claro que lo de forrarse con esta plataforma era o muy difícil o imposible, y básicamente requería dedicarle muchas horas (aunque sea jugando, pero no puedes hacer otra cosa), ser muy bueno, ser muy gracioso y tener mucha suerte. Puede que falle alguna de las tres primeras y tengas (cierto) éxito, pero sin la cuarta estás condenado.

Tras el periodo del calentón inicial me di cuenta de mi error. Twitch no era para mí. No solo no había encontrado allí contenido interesante para mí (que es lo que pretendía darle a otros usuarios con mi perfil —aparte de emitir alguna partida al Battlefield 1, claro—), sino que tampoco lo era como creador. Aquello hubiera sido no solo imposible teniendo familia y trabajo: hubiera fracasado estrepitosamente.

Cuando empecé a escribir este post no quería alargarme tanto con lo de Twitch, pero en realidad el ejemplo es válido para muchas otras nuevas modas que parecen plantear un futuro brillante a un montón de chavales que no tienen las cosas claras.

A ver. Esto os lo digo sobre todo a los más jóvenes, y lo que me gustaría que en vuestra posición me dijera alguien externo a esas plataformas pero que las conoce un poco y conoce también un poco cómo funciona todo este mundillo. Igual juegas muy bien al (por ejemplo) Fortnite o eres un tipo simpático y gracioso que no juega tan bien pero que puede entretener igualmente jugando. Igual sabes de un tema y quieres contarlo en un podcast. Igual te gusta opinar (como a mí) y te quieres montar un canal en YouTube para analizar cacharros, o darle a una newsletter. O (dios no lo quiera, que está anticuado) quizás quieras montarte un blog. Quizás creas que te vas a forrar con cualquiera de esas cosas.

Y si lees esto, quiero que sepas que lo más probable es que nunca lo logres.

No porque lo hagas mal (que también puede ser), sino porque forrarse en YouTube, en Twitch, o montando un podcast, una newsletter o (dios no lo quiera again) un blog es tan difícil como forrarse en el fútbol o en los negocios. Solo unos pocos lo logran, y en la mayoría de los casos influye tanto el talento como el trabajo duro y (mucha) suerte. No quiero decir que no puedas intentarlo, pero salvo casos raros diría que las posibilidades de éxito en estas plataformas deberían verse bastante rápido.

Lo contaba muy bien un usuario de Reddit llamado BashStriker que hace unos meses hacía una reflexión breve titulada ‘Twitch es tu hobby. No tu futuro‘. El post es estupendo porque refleja una realidad que yo diría que se extiende a todas esas plataformas de las que hablo y algunas más: para la gente que se gana dinero con ellas, es un trabajo totalmente legítimo, como dice él. Y luego apunta algo importante:

Pero el 99,99% de la gente que transmite en cualquier plataforma nunca ganará suficiente dinero para pagar un mes de alquiler y mucho menos el resto de sus gastos. ¿Tienes unas pocas horas libres después del trabajo/escuela y nada más que hacer? Hazlo. Haz streaming y diviértete. Si empiezas a ganarte la vida, eso es jodidamente increíble, felicidades. Pero, hasta que llegue ese momento, no deberías pensar en el dinero o incluso en la cantidad de espectadores.

Es un buen consejo que yo diría que todos deberíamos aplicarnos a muchos ámbitos de la vida.

Es posible forrarse en Twitch —aquí una lista de los que lo están haciendo, Ibai se está llevando unos 30.000 dólares al mes solo por esa vía—, pero fijaos que quienes lo logran a menudo no son recién llegados, sino gente que ya lo ha petado en alguna otra plataforma y ya puestos, diversifica. Y por detrás, como siempre, la larga cola. La que emite pero (probablemente) no gana un duro. O casi.

Lo cierto es que como digo aunque me he centrado en Twitch, la situación es análoga en otras plataformas. Lo de ‘Mamá, de mayor quiero ser youtuber‘ (o ticktocker, o twitcher, o instagrammer) es probablemente algo bastante frecuente en los preadolescentes de hoy, pero todo lo que leo desde hace tiempo me deja claro que todos esos maravillosos artículos de casos de éxitos son muy peligrosos, porque son la excepción, y no la regla. Que El Rubius, Alexelcapo, Ibai, Chiara Ferragni o Charli D’Amelio (estas me las han soplado) lo hayan conseguido es básicamente lo msmo que hablar de cómo Cristiano o Messi lo han conseguido y están por todos lados.

Son, repito, la excepción. No la regla.

En LifeHacker hablaban precisamente de ello en dos posts diferentes pero iguales. Este para los que tengan ilusión en los podcasts y este para futuros aspirantes a influencers de YouTube. En los medios de mi grupo también hemos dado buenos ejemplos de la situación actual con temas como este de 3DJuegos y este otro tema que salió en Xataka y que refleja bastante la realidad (como este) de la inmensa mayoría de los usuarios de Twitch. No todos, ojo, que también los hay ganando algo de pasta, pero sí de la inmensa mayoría.

Precisamente por eso el artículo de ayer de Axios, que suele ser estupendo, me provocaba una media sonrisa nerviosa. Allí decían que ‘2020 ha sido un año excepcional para los creadores‘ y hablaban del crecimiento de plataformas como Cameo (uf), OnlyFans (ufuf), Twitch, Substack o Patreon. Dejando a un lado las dos primeras por su orientación algo especial, es evidente que todas ellas han crecido, pero lo han hecho porque ha habido mucha más gente con mucho más tiempo en casa, dudo mucho que ese crecimiento implique que de repente ser Twitcher o YouTuber (por dar dos ejemplos) sea sinónimo de éxito asegurado.

De hecho lo más probable es que sea aún más difícil que nunca forrarse en estas plataformas.

Si queréis intentarlo, me parece perfecto. Pero hacedlo, como decía ese usuario de Reddit, tomándooslo más como un hobby que no como vuestro futuro. Si resulta que ese hobby se convierte en ese futuro, genial. Espero, eso sí, que me mandéis una donación u os hagáis de mi Patreon, que no acaba de hacerme rico.

Porras.