La idea para el post de hoy era distinta, y de hecho estaba medio empezada, pero han pasado dos cosas que me han llevado a volver a hablar de los comentarios. Como diría Jack, vayamos por partes.

I. Los comentarios no valen para todo ni para todos

La primera de las cosas que pasaban era este tuit de Alejandro Moreno (@almorca_es) en el que comentaba cómo Menéame cuenta con muchos comentarios irrelevantes y luego ponía de ejemplo este blog como uno de esos sitios en los que los comentarios aportan.

Un ejemplo es el blog de @javipas (de tecnología) que además mima los comentarios interaccionando con los lectoreshttps://t.co/257x1jvWvC

— Alejandro Moreno (@almorca_es) August 2, 2017

Esa es una realidad de la que ya he hablado en el pasado, y de hecho el año pasado yo acababa hablando de esa hipocresía de los comentarios en muchos medios. Los tienes porque quieres tráfico, sin más. Ya sabéis que no soy enemigo de los comentarios. De lo que soy enemigo es del ruido y de lo que no aporta. Y muchos medios grandes, generalistas o de nicho (pero grandes en ese nicho), no pueden lidiar con el volumen de comentarios que reciben, así que como mucho acuden a un Disqus o a algún sistema propio de karma y confían en una automoderación que no suele funcionar muy bien. Y eso da lugar a esa maldición evidente: la de que tenemos los comentarios que nos merecemos.

Yo no creo en esa solución. Trabajo en un medio que tiene ese mismo problema, y si de mí dependiera la decisión de eliminarlos probablemente lo haría. Es cierto que en Xataka hay un poco de todo, pero lo cierto es que muchos de los comentarios de los lectores no aportan o, lo que es peor, aportan ruido y contaminación, así que como mucho vería viable la creación de un foro automoderado por los propios usuarios (Discourse parece buena opción para montarlo) y separado del sitio web oficial.

Algunos medios han ido desmarcándose de los comentarios aquí y allí, pero es cierto que esa tendencia a dejar de lado los comentarios se ha calmado, y hace tiempo que no se ha vuelto al debate. Supongo que porque los medios acaban asumiendo que esa batalla está perdida y que mejor dejar las cosas como están.

Eso, claro, no pasa (o no tiene por qué pasar) en medios pequeñitos y blogs como Incognitosis. Aquí los comentarios se miman, como decía Alejandro, y lo hacen porque suelen aportar. Y si no aportan, aquí estoy yo con mi poder absoluto para atajar la situación. Es mi Scattergories, ya sabéis.

II. Los trolacos pueden no serlo

La segunda de las cosas que han pasado estos últimos días y que me ha inspirado este post es el intercambio de comentarios que precisamente he estado haciendo con uno de los lectores ocasionales del blog, Rfog, a raíz de este post.

Todo se iniciaba con un comentario de él que seguía la línea de otros anteriores. El tono, agresivo como casi siempre, ya me sonaba de otras veces:

Vemos la paja en el ojo ajeno pero no la viga en el nuestro.
Siento ser tan borde, pero es que es de cajón

Le pedía algún dato más a Rfog para explicarse, y a partir de ahí se iniciaba su argumentación, que al principio era algo incompleta pero que al menos iba dando forma al debate. Podría resumiros todo, pero creo que en esta ocasión voy a aprovechar el copypaste y así me ahorro un poco de aporreo de teclas. Aquí va la conversación íntegra hasta el momento:

Rfog:

No sé por qué no puedo responderte en el thread (aunque tengo una teoría, veremos si se cumple), respecto a lo de la paja en el propio y la viga en ajeno: te quejas de que en el cine al principio te ponen diez minutos de publicidad… Tu aquí pones un 50% de tu entrada con publicidad. La única diferencia es el precio… y su valor intrínseco.

Yo:

De lo de responder en el hilo ni idea, raro raro. Como dice Alan, el contenido es gratis. En cuanto al valor del contenido, ¿”intrínseco” a qué? Como ocurre con las películas, el post te puede gustar más o menos.
Dicho lo cual, Rfog, no entiendo por qué sigues viniendo por aquí. Por tus comentarios diría que no te compensa.

Rfog:

Primero te intentaré explicar por qué me paso de vez en cuando por aquí, aparte de la broma de que lo mismo es que soy masoca, o un poco (bastante) troll. Haciendo lo largo corto: me gustan muchas de tus opiniones (aunque no las comparta), pero no me gusta lo que te estás haciendo a ti mismo y al blog. Pregúntate a ti mismo cuánto dinero sacas del blog y si vale la pena la posibilidad de que te llamen “vendido” por poner publicidad en él. O de que no te lean por la publicidad, o por ambas cosas. Claro, eso si tu intención es la de que te lean. Si es la de ganar dinero… mal vas.
Respecto a lo de la publicidad en el cine y aquí: efectivamente, en el cine pagas y aquí no. Al cine vas a ver una supuesta obra de arte, aquí vienes a leer la opinión de alguien, como en la sección de opinión de un periódico. Yo desde luego no pago por leer la opinión de nadie, y con lo de intrínseco me refiero al blog. Es decir, que el blog no es una entidad que te ayude en nada, es un sitio de opinión cerrado sobre sí mismo, no ofrece más valor añadido que tus opiniones y la publicidad que pones. Al menos en el cine, tienes la peli, que te puede (o no) entretener. Aquí está tu opinión y la publicidad.
Y ya que estamos, aunque me toque mucho los cojones que censures algunas de mis entradas cuando te doy caña, creo que al ser un lugar de opinión lo acepto igual que aceptaría pulpo como animal de compañía (o sea no muy bien), y eso no quiere decir que en algún momento me pilles con los cables un poco cruzados y te de caña desde el mío.

Yo:

Bien por el comentario, y si alguien tiene esa sensación por los Incognichollos, puede dejar de leerme o de leer esa parte. ¿Me gustaría que esto me sirviera para tener unos ingresos extra? Por supuesto, y es por lo que desde hace años he intentado activar Patreon, los micropagos y ahora los Incognichollos. ¿Ha variado eso el contenido? Ciertamente las ofertas de los viernes y los Incognichollos están ahí, pero no escribo menos de lo que lo hacía (de hecho, escribo más) y tampoco se ha modificado mi criterio. Si lo hace, mal vamos. En ese caso me dais un toque (como el que estás dando tú) para evaluar dónde y cómo estoy y dónde y cómo quiero estar. Ahora mismo, estoy donde y como quiero y no me parece que los cambios hayan convertido el blog en otra cosa.
En cuanto al cine y al blog, igual buscamos cosas distintas. Yo en el cine la inmensa mayoría de las veces busco entretenimiento, porque eso es lo que te ofrecen muchas de las películas que me gusta ver. Hay algunas que te tocan un poco más y otras menos, pero al final lo que obtengo es eso: un buen rato.
Que es exactamente lo mismo que pretendo lograr con Incognitosis.
Me alegro de que entiendas de que ciertas opiniones no tienen cabida aquí, sobre todo si no veo argumentos razonables detrás. Me puedes poner a caldo (de hecho lo haces), pero no por las buenas. Este comentario es un buen ejemplo de una crítica sólida, así que ele, a seguir así. Si no, ya sabes, haré buen uso de mi poder absoluto en Incognitosis.
E insisto, todo lo que dices me hace reafirmarme. Quizás deberías dejar de leer Incognitosis, no sé, yo si estuviera en tu lugar creo que lo haría.

Rfog:

De hecho no te leo mucho, solo cuando algún colega me avisa de esto o de aquello (supongo que para que te de caña, ya les vale, ja ja), y si entro es por lo que ya te he dicho: pese a no compartirlas la mayor parte del tiempo, me gustan tus opiniones.
Puede sonar contradictorio, pero me pasa como cuando la jefa me pregunta por qué estoy leyendo un libro que no me gusta (y despotrico en voz alta), y mi respuesta es para decir que no me gusta y fundamentarlo. Como dijo aquél, en el buen sentido de la palabra, para vencer al enemigo hay que conocerlo, aunque en tu caso (y otros), más que “enemigos” se trata de conocer otras versiones opinadas.
Por cierto, lo de “Recibir un email con los siguientes comentarios a esta entrada” no me está funcionando, no al menos con los comentarios a los comentarios.

Yo:

Vaya, pues me alegro de que aun estado en contra de mis opiniones muchas veces al menos tengas esa curiosa afición a leerlas. La mayoría de la gente se encierra en su “cámara de eco” y se rodea de todo aquello que refuerza sus convicciones. Minipunto y punto para ti, aunque por otros comentarios del pasado, como digo, nunca lo hubiera dicho. Solías sonar bastante a trolaco.
Miro lo de los comentarios a ver si puedo solucionarlo gracias por el aviso. Ahora va a resultar que esto es el principio de una hermosa amistad. Manda narices. Por no decir otra cosa.

Ahí lo tenéis. Durante cierto tiempo cada vez que leía un comentario de Rfog me sentía tentado de banearle. Siempre rayando en esa definición clara y cristalina de troll, pero sin llegar a ella. Mi dominio del zen troll me ha permitido aplicar con maestría eso del «Don’t feed the troll» que es pilar fundamental de cualquiera que no se quiera calentar los cascos con comentarios de este tipo, pero en ciertas ocasiones me arriesgo por si hay algo más detrás de esa actitud.

En este caso lo hay, y la verdad, me alegro de descubrirlo y de darme cuenta de que, como le decía a Rfog, lo de salir de tu «echo chamber«, escuchar otras opiniones y visiones del mundo y estar dispuesto a perder la discusión es bastante sanote. No es cómodo, no es fácil, no es rápido, pero es sanote porque te aporta un poco de perspectiva.

Por todo eso, que larga vida a los comentarios de Incognitosis. Gracias a todos los que habéis comentado, comentáis o comentaréis. Como he dicho alguna vez, eso permite descubrir que en ocasiones los comentarios valen más que el propio artículo.

De nuevo, gracias. Así da gusto.