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El Pixel 8 Pro ya es mío

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Me he dado un medio capricho, qué queréis que os diga. Desde hace un tiempo estaba empezando no ver claro lo de seguir con el Huawei P40 Pro+ que tan bien se ha portado estos dos años. Me gustó el iPhone 15 cuando lo presentaron, pero no lo suficiente para plantearme seriamente su compra. Poco después Google lanzaba los Pixel 8 y Pixel 8 Pro, pero tampoco lo veía claro. Eran demasiado caros para mí.

Paciencia, me dije. Podemos esperar unos meses y ver cómo evolucionan los precios. La llegada del Pixel 8a hace unas semanas parecía prometedora. Es el móvil que claramente me guiñaba el ojo, pero lo hacía con mala baba: es demasiado caro para lo que es.

La realidad es que llevaba tiempo oteando precios de los Pixel 8 y los Pixel 8 Pro. Esperaba que los Pixel 8a los pusiesen más a tiro, pero las cosas salieron un poco raras: la salida de los Pixel 8 coincidió con momentos en que los Pixel 8 estaban prácticamente 50 euros más caros por ofertas ocasionales. Ahora la situación es un poco distinta en Amazon, por ejemplo: el Pixel 7a (que ya me hizo ojitos el año pasado) está a 379 euros, el Pixel 8a a 549 euros (too much), el Pixel 8 a 659 euros y el Pixel 8 Pro (128 GB) a 799 euros. Salvo por el primero, que creo que sigue siendo una gran opción si quieres un gama media de garantías, el resto se subían un poco a la parra.

Pero claro, había otra opción: buscar un modelo de segunda mano. Wallapop es tu amigo, y la verdad es que una y otra vez aparecían ofertas llamativas, sobre todo para el Pixel 8 Pro. El modelo de 128 GB lleva unas semanas apareciendo a unos 600 euros, pero el pasado domingo, mirando un poco por afición, vi un modelo de 256 GB por 640 euros. Tras pensarlo un momento acabé chateando con el vendedor, que no tenía muchas ventas (cinco) pero que sí tenía muy buenas opiniones.

Eso, claro, me hizo dudar, pero durante la conversación primero en Wallapop (tenía factura, me explicó que venía de un iPhone y no se había hecho con el Pixel, todo razonable) y luego en WhatsApp (más fotos en las que como él explicaba había algún pequeño defecto estético en los bordes) acabó por convencerme. Le dije que se lo compraba —sin regatear, me pareció un buen precio— y quedamos esa misma tarde.

«¿A qué hora?», me dijo. Yo, claro, fui sincero. Alcaraz estaba jugando con Zverev la final de Roland Garros, así que eso mandaba más que mis ansias por ir a por el móvil. Le dije que en cuanto terminara iba al punto de encuentro —se ofreció a ir a un punto intermedio y todo, súper majo— y nos veíamos allí. Y así fue: tras ver cómo Alcaraz ganaba Roland Garros y volvía a desafiar a la historia, me puse en camino. Un chaval jovencito pero educado y súper majo: lo puso todo fácil. Había reseteado de fábrica, pero le pedí que hiciera la instalación básica para poder ver en los menús la info del teléfono, sacar alguna foto e incluso meter la SIM para hacer una llamada y comprobar que funcionaba. 5 minutos después todo parecía perfecto, así que le pagué, me mandó la factura por WhatsApp mientras cerrábamos el trato y me lo llevé a casa feliz.

El problema es que apenas sí he podido probarlo. He sacado 20 o 30 fotos nada más, y he grabado algún vídeo, pero por ahora no he podido hacer comparaciones con mi P40 Pro+. Estas últimas tardes ha habido compromisos familiares varios, así que solo ayer pude reservar un ratito para instalar las aplicaciones más importantes y configurarlas un poco.

Pasar las fotos del viejo al nuevo: una odisea

De hecho, lo que más me interesaba es pasar las fotos (no los vídeos) del Huawei P40 Pro+ al Pixel 8 Pro. Eso, queridos lectores, está siendo una pequeña odisea, al menos por ahora. Los Pixel tienen un asistente de migración fantástico, pero no funciona con el Huawei, que tenía funcionando con servicios de Google, pero con una versión no compatible. Incluso es posible hacerlo con cable USB-C/USB-C (te viene uno con el Pixel), pero aquí Google por alguna razón no dice que hay que tocar cinco veces en la imagen de la pantalla «Copiar aplicaciones y datos». O eso dicen en Reddit. Yo no pude ni de una forma ni de otra.

El caso es que el Pixel mostraba un QR que al ser escaneado en el Huawei me redirigía a la Play Store y concretamente a actualizar Google Services. No me acordé de que ese componente no se podía actualizar en mi P40 Pro+: el «hack» para que funcionen precisamente se basaba en no hacerlo, con lo que he dejado el P40 Pro+ en modo tonto. Puedo abrir algunas aplicaciones, pasar fotos al PC y cosas así, pero constantemente aparece una advertencia de que «este dispositivo no está certificado por Play Protect». Toca restaurarlo de fábrica, pero eso lo haré próximamente cuando compruebe que todo lo que tenía que salvaguardar está salvaguardado.

Pasar las imágenes como digo no es trivial en absoluto, porque para el Pixel el móvil de Huawei es un ente extraño. Huawei tiene su propia app, Phone Clone, para hacerlo, pero aunque la pude instalar en el Pixel 8 Pro no me deja ponerla como dispositivo destino (nuevo), solo como origen (antiguo), así que no sirve de nada. Probé una aplicación llamada ShareIt, pero metió las imágenes en una carpeta aparte y yo las quería todas juntitas para verlas en Google Fotos.

Al final probé otro método: intenté copiar las imágenes primero del Huawei P40 Pro+ a un PC conectándolo normalmente por cable USB, abriéndolo como dispositivo MTP y copiándolas todas con el explorador de archivos de Windows. ¿Qué pasó? Que en el móvil (modelo de 512 GB) tenía unos 90 GB de fotos y 170 GB de vídeos y estaba tardando tiempo infinito. Vi aquello y se me ocurrió probar con ADB: encontré en Superuser los parámetros para hacerlo sin problemas seleccionado todos los JPG, y magia de las magias: el proceso es mucho más rápido, algo que no sabía y que luego confirmé en algunos análisis que vi online. MTP está bien como opción para copiar algunos ficheritos sueltos, pero si quieres copiar miles, como era mi caso, no es un método adecuado: ahí ADB puede ahorrar mucho, mucho tiempo.

Una vez con los ficheros en el PC, hice la operación inversa: conecté el Pixel 8 Pro mediante ADB y a tirar millas con las opciones y flags adecuados. Por ejemplo, hay que tener cuidado de no olvidar los flags -a (preservar datos de fecha y hora) y -p (progreso del proceso de copia).

Terminé ayer de hacer los primeros experimentos con eso, pero la verdad es que no estoy del todo satisfecho: Google Fotos está por lo visto indexando aún todos esos ficheros, así que no muestra aún todas las fotos que tenía, y muchas de las que muestra están desorganizadas, como si hubieran perdido los datos EXIF. Tengo que mirarlo bien, pero igual me toca volver a empezar de cero y hacerlo todo quizás con algo más de tiento, porque con tanta prueba igual he metido la pata en algo.

La conclusión: pasar 25.000 fotos de un Huawei post-veto a un Google Pixel es, queridos lectores, un tostón.

Primeras impresiones con el Pixel 8 Pro

Más allá de esos problemas con las fotos antiguas, hay que reconocer que el móvil pinta bestial. Vengo de las 6,58 pulgadas del P40 Pro, así que no hay apenas diferencia con las 6,7 pulgadas del Pixel 8 Pro. Hubiera notado sin duda las 6,1 del Pixel 8a, pero está claro que los gama alta apuestan por diagonales gigantes.

Screenshot

La pantalla es espectacular, pero a mí por ejemplo una de las cosas que me impresionó de primeras es la respuesta háptica del móvil, que es sencillamente alucinante. Diría que es hasta inmersiva, a pesar de ser sutil. El lector de huellas es estupendo —pero no noto grandes diferencias con el del P40 Pro+— y el reconocimiento facial también funciona bien (de nuevo, no noto nada distinto en la experiencia).

Por ahora no he comprado funda, pero es probable que lo haga porque el móvil, sobre todo en los bordes, es excesivamente suave. La trasera (en mi caso, la de color azul claro) tiene algo más de agarre, pero la verdad es que me da un poco de miedito que se me caiga y que la inversión se vaya a tomar por saco. Me gusta que la pantalla sea plana, aunque de nuevo, la curvatura del P40 Pro+ no me molestaba, no soy especialmente pijo con eso.

Lo que sí me inquieta un poco es el módulo de cámaras. Esa banda metálica teóricamente los protege, pero yo al apoyarlo en cualquier superficie, como oigo tanto el contacto de ese metal con la superficie, tengo la sensación de que los objetivos se van a rallar o estropear. Igual es paranoia mía claro, pero esa forma de diseñar el módulo de cámaras y fabricar el móvil no acaba de convencerme. Una cosa es segura: ese diseño lo hace claramente diferencial: sabes que es un Pixel, que supongo que en parte es lo que quería Google.

Apenas he tenido tiempo de probar Android 14 —que pronto será Android 15, igual me instalo la beta— pero la sensación que me da es que tiene muchísimas opciones de personalización y muchísimas utilidades y pijaditas para dejarlo a tu gusto. Me alucina pero me marea al mismo tiempo, y de hecho he visto ya un par de vídeos con consejos rápidos de post-instalación para ir controlando algunas de las recomendaciones más populares. Creo que voy a aprovechar un 1% de todas ellas, pero lo cierto es que la cantidad de historias que se pueden hacer con el móvil es abrumadora. En Google han tenido el acierto de añadir una herramienta llamada «Consejos Pixel» que hace un buen repaso de muchas de ellas, así que también tengo esos deberes pendientes.

¿Y qué pasa con la IA de Google? Pues es otra cosa que no he podido probar aún. Sí que he probado alguna tontería del editor mágico: ayer, por ejemplo, sacamos unas fotos en secuencia poniendo caras chorra y efectivamente puedes montar la foto perfecta, esa que nunca existió, con sonrisas profidén por doquier. Es maravilloso e inquietante, como ya dije en Xataka.

También tengo que hacer muchas y buenas pruebas de la cámara de fotos, que por supuesto ha sido el factor verdaderamente decisivo para comprar el terminal. Las pocas que he sacado tienen esa «ciencia de color» que tanto me gusta de los Pixel, pero es que además tienen una definición alucinante. Las impresiones son muy, muy buenas, pero quiero sacar unas cuantas con ambos teléfonos para poder comparar de verdad. Es probable que en algunas situaciones no haya grandes diferencias —el P40 Pro+ sigue siendo excepcional en sus cámaras— pero entiendo que los tres años que los separan tienen que hacer que se note la mejora en otras muchas.

De momento no tengo mucho más que decir. La idea, si todo va bien y me convence de verdad el Pixel 8 Pro (lo veo muy probable), es acabar vendiendo el Huawei P40 Pro+ y recuperar al menos parte de la inversión. Si es así ya lo contaré, pero debo decir que se ha portado como un campeón y gracias al hack que permitía funcionar como un Android «legal» no he notado casi nunca las limitaciones (Google Pay no funcionaba para pagos contactless, pero podía hacerlos con Curve, por ejemplo). Aún así, debo decir que es como tranquilizador que todo funciona de forma oficial desde el primer momento, y eso de tener actualizaciones garantizadas durante tantos años también mola, aunque dudo mucho que dentro de siete años siga con el Pixel 8 Pro.

Pero hoy por hoy la cosa promete, chicos. Si alguno quiere compartir experiencias, que comente. Y si estáis interesados en el P40 Pro+, que supongo que no, contadme también.

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22 comentarios en “El Pixel 8 Pro ya es mío

  1. Ana dice:

    ¿Hay alguna forma de transmitir la garantía a tu persona cuando compras un móvil de segunda mano en garantía? Pregunto desde la más absoluta ignorancia. Mirando en Wallapop veo móviles donde te ofrecen la factura para la garantía, pero no sé si eso sirve de algo cuando es otra persona la que quiere hacer uso de esa garantía. Y en los Pixel imagino que esa garantía irá ligada a tu cuenta de Google, no sé si hay algún proceso para decirle a Google que el móvil con IMEI X ya no pertenece a la cuenta y@gmail sino a la z@gmail o si simplemente registrándolo y con el vendedor no declarando que ha sido robado vale.

  2. Ana dice:

    Se nota que estoy a punto de cambiar de móvil… 🙂
    He estado siguiendo en Wallapop algunos teléfonos y la verdad es que me han escamado un poco algunas rebajas bastante sustanciales de un teléfono que acaba de salir. Sí que es cierto que algunos vendedores mencionan que lo han recibido por promoción y prefieren su iPhone o cosas parecidas, y no voy a coger un teléfono en el que no vea factura de un vendedor con cierto número de ventas, o con un historial como el mío, que tiene pocas compras/ventas pero algo variadas, de alguien que lo usa de forma ocasional. Pero me ha llamado bastante la atención, la verdad, que prácticamente al día siguiente de salir ya hubiera Pixel 8 100 € por debajo del precio oficial.

    • Cuidado con las rebajas demasiado escandalosas, sobre todo en sitios de segunda mano, por supuesto. Si es en tienda oficial y por esa cantidad, yo lo veo totalmente normal, son promociones puntuales y si estás buscando móvil es genial que coincidan con el momento de la búsqueda, así que no está nada mal aprovecharlas.

    • Sigue dando guerra, pero me gusta tener al menos parte de las fotos (vídeos no, ocupan demasiado y voy moviendo al NAS) en el móvil ya que con 256 GB de capacidad hay margen para tener unos añitos. De hecho así sirve un poco como backup parcial.

  3. Land-of-Mordor dice:

    A mí normalmente el paso de las fotos y vídeos, al completo, sin perder nada de un teléfono a otro me suele llevar unos segundos. A partir de ahí lo que tarde el terminal en indexar el contenido y tal. Pero claro, yo soy de esos «TONTOS» que siguen usando una microSD (512 Gb, 40€) XD

    Puede que ese mes también me dé por jubilar por fin mi LG V30 por un Samsung A55 (350€ 128 Gb). Iba a intentar subirme al carro del Fairphone 5, pero vale el doble del Samsung y la economía es la que es.

      • Land-of-Mordor dice:

        Si ya es complicado encontrar no un gama alta, sino un gama media con posibilidad de usar tarjetas microSD (la mitad de los Redmi, POCO, OPPO y Realme han perdido esa posibilidad) y que fotográficamente sea mejor que un gama alta de 2017 (mi actual LG V30 comprado en febrero de 2018), si añadimos el detalle del sensor de proximidad…me veo teniendo que encargar a un fabricante que me haga un teléfono sólo para mi XD

        Hace poco le compramos a un familiar el POCO M6 Pro, baratillo y capaz como él solo, y no apreciamos que hiciera tonterías con el sensor de proximidad.

  4. Víctor dice:

    Buena compra, una vez que te adaptes al uso de la cámara (que no distará mucho de tu anterior teléfono) ya vas a ir sobre ruedas. Estuve jugando con la del Pixel 8 de un compañero y es una barbaridad lo bien que van, eso si, no te quedes solo en la foto casual en modo automático.

    A mi lo que mas me gusta es la foto nocturna y la astrofotografía, me flipa que salgan esas fotos con un simple dispositivo de bolsillo.

    Yo, para variar sigo con mi Iphone 12 mini xDDD pero ya he jugado con el Pixel 8 pro, Xiaomi 14, Iphone 15 pro, S24 Ultra… y pfff al final sigo sin soltar la mandanga!

    • Sí, si puedo probaré astrofotografía, la fotografía nocturna no me llama tanto pero vamos seguro que sacaré provecho de la cámara, es la razón de haberlo comprado 😉 Y seguro que llega el día que la soltarás!

      • Jaens dice:

        ¡Hola Javi!

        Quería contarte que tengo un Pixel 6 Pro de 256 GB que compré en oferta hace aproximadamente un año y estoy pensando en actualizarme al modelo que tienes ahora. Si en algún momento puedes dedicarle tiempo a la astrofotografía, sería genial que hicieras un post al respecto. Hay muy poca información de calidad sobre ese tema, y si la compartes tú, ¡sería aún mejor!

        Saludos.

      • Hola Jaens. No sé cuándo tendré oportunidad de hacer experimentos con la astrofotografía, porque ya sabes que para que salgan bien hay que apartarse de los núcleos urbanos y dedicarle un buen rato.

        Te tengo que confesar que probablemente tarde un tiempo en hacer pruebas de ese tipo, pero si se da la ocasión intentaré acordarme para contar lo que pueda… Pero vamos, te aviso de que no piloto nada en ese aspecto.

  5. Hergest dice:

    Bienvenido al mundo Pixel. Yo con el hermano menor, el 8, también con 256 MB que compré el día que salió (sabía que si esperaba, bajaría, pero era ya necesidad), y muy contento. El único «pero» es el tamaño y peso (venía del Pixel 3), pero es lo que hay: ya no se hacen móviles compactos y pequeños.

    • Pues hermanitos smartphónicos entonces, Hergest. Me alegro de que estés contento con el tuyo. Efectivamente, ya son casi todos grandotes. Poco que hacer ahí, aunque si hicieran un Pixel 8 Pro Mini aquí tendrían a un candidato a su compra. Pero va a ser difícil, parece.

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