Andy Warhol nunca dijo aquello de «In the future, everyone will be world-famous for 15 minutes«, pero la frase se ha convertido en una de esas citas recurrentes en muchas situaciones. En realidad es una gran mentira: las redes sociales lo magnifican todo, pero ni aún así alcanzan a todo el mundo.

Pero oye, todos tenemos nuestros pequeños momentos de coqueteo con el famoseo (y rima). Yo ayer tuve uno cuando acabé apareciendo en ‘La tarde en 24h’, el telediario en versión extensa de este canal informativo de RTVE. Aquí, el vídeo:

La cadena cubría la noticia de la caída que WhatsApp, Facebook e Instagram sufrieron el 4 de octubre —la mayor de su historia—, y acudieron a algunos analistas y expertos para dar su visión. Y cuando digo expertos, digo expertos, así, en cursivas. Muy del meme que ayer por ejemplo compartía en Twitter Marcos Besteiro (¡pipi!).

No soy un experto en esto (ni en nada), pero claro, algo de tablas sí tengo y está bien tratar de aclarar el problema —del que precisamente había escrito un tema poco antes— para que se entienda el contexto y el impacto. Total, que de cuando en cuando he tenido la oportunidad de salir en la tele (antes en TM3, La 1 y TM3) y la verdad es que esos pequeños momentos como que te suben un poco el ego.

Luego está, claro, lo de presumir de ello y mandar el vídeo a familia y amigos. Mi madre me decía al ver el vídeo que había estado «brillante» (es mi madre, claro, pero lo estoy) y que quería compartirlo con todas sus amigas (que presuma sin límites, faltaría plus), y me pregunto qué hubiera dicho mi padre, que yo creo que jamás consideró que esto de escribir articulitos fuera una profesión de verdad. Igual hubiera esbozado una de aquellas medio sonrisas que eran tan suyas, se hubiera encendido un Nobel y hubiera pensado «pues parece que Javier sabe de lo que habla».

Y por supuesto, verlo con mi mujer y mis niños. Aquí, curiosidad que supongo que es común a todos los que salimos en estos momentos en la tele: preparar esa aparición y ese momento de estrellato es bastante más entretenido de lo que uno esperaría, sobre todo porque tienes que buscar un fondo que no quede mal en la tele y tienes que andar haciendo pruebas —»ponte más recto, gira un poco la cámara, haz algo con el flequillo»— para que uno aparezca medio decente y evitar también que algo falle por tu lado. Mi mujer directamente se fue con los niños a dar un paseo, y luego llegó la llamada vía Skype y, curiosamente, eso de tener el sonido de la tele (bastante alto) de fondo y alguien que me iba diciendo «4 minutos… 1 minuto…» para avisarme de cuándo me tocaba. En el lado de RTVE, la verdad, me di cuenta de lo complicadete que debe ser hacer estos programas y conexiones en directo y que todo funcione bien. Qué estrés.

Total, que el resultado es el que es. Luego me di cuenta de que tenía que haber usado el micro que tengo para los podcasts, pero de todo se aprende. Mi próxima aparición será estelar, ya lo veréis. De fama mundial. Pero mundial de la buena.

PD: Breve mención aquí para contar que los temas se acumularon ayer. Se cumplía el décimo aniversario de la muerte de Steve Jobs —el vídeo homenaje de ‘Celebrating Steve‘ que publicaron en Apple fue un buen detalle—, pero además Microsoft lanzaba al fin la versión final de Windows 11. Estuve muy liado con temas varios de trabajo (entre ellos uno dedicado a ese Windows 11) y cuando acabé estaba destrozado, así que simplemente quería comentarlo y avisar: igual aprovecho esas dos ideas para hacer cosas en los próximos días o incluso semanas. Ele.