Tecnología

La condena del email impronunciable

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Hablas con alguien al teléfono y te pide tu correo electrónico. No el de Ray Tomlinson, no. El tuyo. Empiezas a sudar porque, ya se sabe, tratar de que alguien apunte bien tu dirección de correo electrónico es misión (casi) imposible cuando la dices por teléfono. ¿Cuál es la razón?

Pues que las direcciones de correo electrónico a menudo son impronunciables. Yo mismo paso apuros con mi dirección, que parece bastante sencilla. Así escrita, desde luego, lo es, pero explicar cómo se escribe hace que a menudo me complique la vida

—A ver, mi dirección es javipas arroba gemeil punto com— con esa pronunciación, en plan con inglés de Wyoming.

—Ajá. Pero a ver… ¿javipas con dos eses? ¿con t al final?

—No no. Las cuatro primeras del nombre, las tres segundas del primer apellido. Javi-Pas. De Javier Pastor, ya sabe. ¿me entiende?

—Sí —responde alguien al otro lado con un hilillo de voz. Con un deje total de inseguridad.

Y claro, tras esa conversación me quedo pensando si esa persona no acabará mandando el mensaje a jabipaz o a havipass o a harrypas, que todo es posible. Precisamente de eso hablaba un curioso post de un chico llamado Dillon Shook que de hecho exploraba todos esos elementos que hacen que el email acabe siendo impronunciable.

Para empezar, si usas un dominio raro ya tienes otro problema añadido. La cosa es fácil con Gmail —el siempre perfecto Gmail—, Outlook o Yahoo, porque la mayoría de la gente sabe cómo se escriben esos dominios que son los clásicos entre quienes usan el correo electrónico. Pero claro, si usas una dirección de correo de empresa la cosa se puede poner simpática. Yo no uso mi dirección de Xataka salvo para temas profesionales, pero el dominio xataka.com, creedme, está maldito por las confusiones. Agencias de prensa y anunciantes nos cambian una o varias consonantes, así que para millones de personas somos xataca.com o chataca.com o shataca.com. El nombre es chulo, pero deletrearlo no.

La cosa se anima si además usos subdominios, si el TLD no es el de siempre (.com) sino otro tipo (.io, .is, o incluso .net), pero también suelen dar problemas los nombres de usuario largos, con números y con signos de puntuación o, por ejemplo, guiones. Y si ya usas alias o apodos raros porque oye, eres muy friqui o siempre te han conocido así, la cosa puede acabar siendo hasta embarazosa.

La cosa no solo es curiosa al decirle a alguien la dirección de correo electrónico por teléfono. También ocurre con los DNIs e incluso con los números de teléfono que le dices a otra persona. Es algo en lo que llevo fijándome hace tiempo, porque cada cual dice su DNI de distitnas formas. Unos lo dicen en plan «36 millones 356 mil 224» (por ejemplo), mientras que otros dicen combos de cifras «36-356-224» o directamente con pares de números «36-35-62-24». O número a número, o quizás primero los dos primeros como una dupla y luego el resto número por número, ya sabéis, para darle emoción, tipo «36-3-5-6-2-2-4».

Y con los números de teléfono igual. ¿Cómo es mejor dictarlos? Supongo que ahora mismo la prevalencia de los móviles hace que acabes usando tripletes (667 554 667, por ejemplo —inventado, no llaméis—), pero cuando es un fijo (si aún usáis fijo), ¿a que algunas veces os cuesta como a mí porque oye, antes no necesitábamos meter el prefijo?

Post chorra el de hoy, pero oye, me tenía que sacar esto de encima. A ver si tenéis anécdotas y experiencias al respecto o el problema este (el correo electrónico tiene otros bastante chungos) es solo mío. Ays.

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12 comentarios en “La condena del email impronunciable

  1. Luis Lara dice:

    Yo prefiero siempre deletrearlo y en caso de letras que puedan sonar similares, suelo dar un ejemplo, como «m» de mamá. En mi caso mi correo (tanto personal, como profesional) mezcla letras y números, por lo que cuando paso a dictarlos siempre indico que son números arábigos.

    Por otro lado, lo de los números teléfonicos, como en mi país son 10 dígitos, suelo dictarlos en binas (12-34-56-78-90).

  2. Nacho Teso dice:

    Mi apellido: Teso.

    Cuatro letras, dos sílabas.

    Al otro lado del teléfono: «¿Peso?»

    Cada maldita vez. Me pueden entender Peso, Tieso, Queso… pero nunca Teso. Ya últimamente recurro al «Teruel – España – Segovia – Oviedo» porque si no, no hay manera.

  3. Philber? dice:

    Para mi correo lo tengo que separar en silabas, asi suele funcionar, Shur:

    Man-ros-cas-mil-no-ve-cien-tos-se-sen-ta-y-o-cho-a-rro-ba-ge-ma-il-pun-to-com

    Te recomiendo probarlo. No falla.

Comentarios cerrados.