Por aquí he mencionado Tizen solo de pasada, y cuando lo he hecho ha sido básicamente para descartar sus opciones. Pero como dice la canción, la vida te da sorpresas, y en este caso lo ha hecho. La presentación ayer del Samsung Gear S2, del que ya se habían adelantado diversos detalles oficiales a principios de esta semana, ha sido toda una revelación. 

Y lo ha sido porque como comentaba en Xataka Tizen de repente parece tener un sentido que antes no tenía. Las razones son varias, pero sobre todo destaca una: que ya podemos usar estos relojes de Samsung con móviles Android que no son de Samsung. 

Samsung quería ser como Apple en ciertos apartados. Sobre todo, en el del control total sobre el ecosistema (al menos con Tizen). Pero Samsung no puede ser Apple, sobre todo cuando intentándolo renuncia a cientos de millones de dispositivos basados Android con los que por ejemplo sus relojes podrían trabajar en armonía. Esas tornas han cambiado, pero no han sido las únicas. 

De hecho a la plataforma en sí se le suma el hecho de que Samsung tratará de impulsar las aplicaciones -nada de WhatsApp nativa, lástima- y que el propio dispositivo cuenta con una sorprende mejora funcional y operativa: ese marco mecánico giratorio que deja mordiendo el polvo a la corona de los Apple Watch y que en mi opinión se convierte en la idea más original y eficiente en la corta historia de los relojes inteligentes. 

Viéndolo en acción (atentos al vídeo de Juan Carlos González) queda claro que ese marco giratorio -podían haberle puesto un nombrecito, leñe- es una alternativa fantástica al control táctil de estos dispositivos: cada forma de interacción (incluida la voz) tiene su sentido en su momento, pero desde luego lo del Gear S2 es una idea que creo que acabará siendo aplicada en muchos otros relojes inteligentes de la competencia. Y si no, al tiempo. 

Mención aparte merece la integración de la eSIM en algunos de los modelos disponibles. Como ocurría con el Gear S, la idea es la de que el reloj funcione con total autonomía del teléfono. Ahí hay una limitación , que es la de de que el número de aplicaciones nativas es bajo, pero era uno de los atractivos absolutos de su predecesor y ahora lo es también en el Gear S2. ¿El problema? Que la regulación europea no permite el uso de las eSIM en los países miembros, así que de momento no hay tutía: no habrá Gear S2 con eSIM en nuestro país. 

Una lástima porque eso hubiera podido ser el factor decisivo para una potencial compra. Hubiera tenido que esperarme un tiempo, claro: pagar casi 400 euros por un reloj inteligente me parece, aun con las mejoras introducidas en el Samsung Gear S2, una pequeña locura a día de hoy. Pero el nuevo Moto360 anda en ese rango, así que puede que me tenga que conformar con algún modelo de primera generación para esa hipotética primera experiencia que quiero tener. Veremos, veremos.