Es lo bueno de no esperar demasiado de una presentación: que a veces te llevas sorpresas. Es lo que ha ocurrido con la del Huawei P8, un teléfono que este fabricante que aquí desconocemos o, peor, despreciamos (y es tercero del mundo en volumen si separamos Motorola de Lenovo) pero que está haciendo las cosas muy bien desde hace tiempo.

El Huawei P8 es un señor telefonazo. Puede que no tenga el procesador más potente del mundo ni una pantalla con la cacareada resolución 2K. Pero lo que sí tiene, o eso parece a priori, son mejoras prácticas reales. Aunque la empresa también ha caído en el error facilón de intentar presumir de efectos de fotografía (lo de los efectos de luz me parece una chorrez), ha tenido el acierto de aportar muchas novedades que sí pueden mejorar la relación diaria con el móvil.

Las contaba en mi artículo en Xataka, pero es que iba sorprendiéndome al darme cuenta de que en Huawei han resuelto (o al menos lo han intentado, veremos la realidad) unas cuantas molestias cotidianas. Ahí van punto por punto para destacarlas convenientemente:

1. Lo de localizar el teléfono con una orden de voz es genial y conozco a más de una a la que eso le vendía de perlas (¡pipi!)
2. Reducción de ruido (como el del viento) en conversaciones, y, teóricamente, mejora en manos libres. ¿Habrán resuelto el sonido lata cuando alguien te llama desde el coche?
3. Tecnología Signal+ para evitar problemas tipo antennagate.
4. Autoconexión a la mejor red WiFi o móvil en cada momento, de forma rápida y sin que estemos cambiando manualmente cuando lo necesitemos. Para quien como yo tiene un par de WiFis en casa para distintas zonas esto es la pera, creedme.
5. Lo de conexión rápida a redes móviles en otros países vía roaming para que uno no se pase 15 minutos inmerso en la configuración cuando aterrizas también puede molar, aunque en mi caso no sufro demasiado ese problema.
6. El soporte Dual SIM es de agradecer, y además en una de las ranuras nanoSIM se integra también la Micro SD, para que uno no renuncie a nada.
7. Carcasa de tinta electrónica: aquí me han ganado completamente. Es algo que me atraía tremendamente de los Yotaphone y que han integrado de forma elegante como opción en forma de carcasa. No sé cuánto tardarán en hacerlo otros fabricantes, pero por favor, que lo hagan. Brillante.

La presentación de Huawei me ha parecido fantástica salvo por el detalle del súperjefe chino hablando en un inglés que cuesta entender. Por lo demás, estupenda puesta en escena para olvidarse de trucos baratos en la mayoría de los casos. Han acudido a las inevitables y odiosas comparaciones -iPhone 6 y Galaxy S6, los demás no cuentan- y han atacado donde estos pueden flojear, así que en suma el trabajo de Huawei con este dispositivo es excepcional. A falta de verlo en acción -y comprobar si esa cámara con el sensor RGBW realmente va más allá del nombrecito- el modelo de 16 GB por 499 euros me parece una compra súper recomendable.

¿Os habéis dado cuenta de que apenas han hablado de especificaciones? Bien por Huawei, que tiene en su mano una baza poderosa: la de integrar sus procesadores, cosa que pocos pueden hacer, y apostar por la autonomía de batería que pueden controlar gracias a ese apartado o a cosas como acudir a pantallas 1080p.

Qué sorpresa tan agradable, señores de Huawei. Buen trabajo.