La semana pasada me terminé la última entrega de las aventuras del Capitán [tag]Alatriste[/tag], «Corsarios de Levante», y aunque la había cogido con muchas ganas – las anteriores me habían encantado – esta me ha decepcionado bastante.

Parece que [tag]Arturo Pérez-Reverte[/tag] se esfuerza demasiado en usar el lenguaje de la época, y se olvida un poco de la trama. Su prosa es farragosa en esta ocasión, y uno se acaba cansando de tanta expresión antigua y tanto término náutico del que apenas me enteraba. De hecho, compadezco al pobre traductor que tenga que trasladar la novela a otros idiomas, porque es probable que esa tarea sea sencillamente imposible. La verdad es que Reverte lleva ya un par de decepciones, porque la última suya que me leí. «La reina del sur» (también con temática marina, pero ambientada en la actualidad) no me acabó de acabar. Así que, Arturito, te voy a dar un descanso. Ahora voy a por [tag]Auster [/tag]y su «Brooklyn Follies», a ver qué tal.

Por cierto, me acabo de enterar de que tengo un pasado como escritor de renombre. Je.