Internet no sería internet sin hiperenlaces. Usar el prefijo hiper- queda un poco boomer, así que hablaremos de enlaces aquí. Los llamemos como los llamemos, hay una cosa que está bastante clara últimamente:

Hay quien quiere matar los enlaces.

Lo comentaba ayer con buen criterio Enrique Dans, que ponía además ejemplos bastante tremendos. El más prominente es el de Elon Musk, dueño y señor de X Twitter, que como contaban en Axios dejó claro hace un año que prefería que la gente no metiese enlaces en su red social, que si eso usasen formatos largos de posts —¿recordáis cuando los tuits eran eran 140 caracteres?— para contarlo todo ahí. «Los enlaces no consiguen mucha atención», aseguraba con un par de narices.

Es un movimiento que se une a otros que hizo algo antes, como el de no mostrar el titular de las noticias que compartíamos porque por lo visto eso «mejoraba en gran medida la estética». Luego acabó dando marcha atrás con esta medida, pero tanto una medida como otra iban dirigidas a una cosa:

A que no saliésemos de Twitter.

Es algo bastante evidente y bastante triste. En el tema de Axios destacan que Twitter no es la única que hace algo así. Mi querida odiada Instagram, por ejemplo, nunca ha permitido meter enlaces «clicables» en comentarios o texto (captions) que acompaña a fotos y vídeos: se pueden ver, pero tendrás que copiar y pegar el enlace para verlo. El resultado es que en Instagram (casi) nadie mete enlaces porque total, obligan a ese incómodo paso extra.

Con TikTok y Snapchat —no los uso, así que no puedo confirmar— ocurre tres cuartos de lo mismo: nada de enlaces clicables. Nada de ofrecer una salida a un sitio web normal y corriente o a otra plataforma, no vaya a ser. Hay que mantener al usuario ahí bien encerradito, dale que te pego con el doomscrolling cual zombie.

En Facebook parece que son algo más permisivos con los enlaces, y no está claro —al menos, yo no lo he visto— que degraden aquellas publicaciones que incluyen enlaces. Incluso Threads, rival claro de X, se deja claro que puedes meter enlaces sin problemas en esos 500 caracteres de límite por mensaje.

A mí esto me rompe un poco el corazón. Internet no nació para encerrarnos en un solo sitio, sino justamente para lo contrario: para que fuésemos dando saltos de uno a otro. Y sin embargo, hay mucha gente que por intenta matar ese espíritu de enlazar. Los medios generalistas —El País, El Mundo, Marca, As, etc.— (y unos cuantos que no lo son) rara vez enlazan a otros sitios web que no sean ellos mismos. Es probable —pero no he trabajado en ellos, así que no puedo asegurarlo— que los jefes se lo ordenen a los redactores: «¡nada de enlazar a otros medios!» Si el lector lee otra cosa desde nuestro artículo, que sea nuestro, que ni se le ocurra salir de ahí. En Xataka es cierto que yo mismo enlazo a menudo a temas míos que pueden aportar contexto y más información, pero siempre (repito, siempre) enlazo a la fuente original si la hay, y también a fuentes adicionales si son útiles y válidas. ¿Se me pueden escapar otras más útiles y más válidas? Desde luego, pero creedme: ni allí ni mucho menos aquí intento encerrar a nadie en mi contenido.

Eso, a mi modo de ver, es patético.

No solo eso: es una forma de matar la internet de siempre y convertirla en pequeños (o no tan pequeños) jardines amurallados que pueden ser la mar de entretenidos, pero que intentarán que siempre nos quedemos en ellos. Qué penita, de verdad.

Que vivan los enlaces. Y los hiperenlaces. Y la madre que los parió a todos.