Tecnología

No volverás a fiarte de las noticias

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Si no habéis visto la prodigiosa serie ‘The Newsroom’, pequeño aperitivo. En el cuarto episodio de la primera temporada narran (spoilers, me temo) cómo en un tiroteo una congresista podría haber recibido un disparo. Los grandes medios que compiten con nuestros protagonistas empiezan a adelantarse a la noticia y aseguran que ha sido asesinada. Ellos, que no tienen confirmación oficial y se resisten a decirlo. Aguantan hasta el final. El director de la cadena se pone como una moto:

—Cada segundo que no estás al corriente, mil personas cambian el canal por el del tipo que sí lo está. ¡Ese es el negocio en el que estás! MSNBC, Fox y CNN dicen que está muerta, Don, díselo.

—Es una persona. Es un médico la que dice que ha muerto, no las noticias.

Qué momentazo.

De eso va esta historia.

***

¿Recordáis cuando en Incognitosis hablaba de tecnología? Estas últimas semanas vacacionales lo he hecho más bien poco. Me he reconvertido a crítico de cine —Oppenheimer, Indiana— y en dicharachero guía vacacional. Y claro, tenía ganas de volver por mis fueros.

Lo hago para retomar un tema que se ha relajado un poco. Ya no se habla tanto de ChatGPT. La fiebre, parece, ha pasado. Igual no era para tanto, ¿no? Qué capacidad tenemos los seres humanos para normalizar aquello que nos sorprende, qué cosas. El aluvión inicial de noticias y lanzamientos se ha relajado bastante, y ahora la conversación en medios y en redes sociales no es tan intensa.

Las novedades no parecen ya para tanto. Son, en esencia, iterativas. Aunque luego llegue Midjourney con sopresas como Inpaint (qué maravilla), la verdad es que todo parece un poco más de lo mismo. Hasta empezamos a criticar a ChatGPT, que parece que da peores respuestas que hace unas semanas.

De hecho, lo que llegan son sobre todo noticias negativas que descubren el lado más oscuro de esta tecnología. De muchas de ellas hablaba Drew DeVault —ya me he inspirado alguna otra vez en sus temas—, que reflexionaba sobre la que se nos viene encima con la «mierda IA» (‘AI Crap‘).

Drew aprovechaba una tira cómica que se publicó en XKCD en 2018 y que para quienes busquen más detalles explican en la estupenda ‘Explain XKCD‘. Es curioso que el autor se adelantara de forma tan brillante a los hechos actuales, porque como bien refleja en la tira, igual eso de que llegue una superinteligencia (AGI) tipo Terminator y nos extermine no debería preocuparnos tanto como el hecho de que primero nos vamos a enfrentar a otra era: la de que la IA va a permitir controlar gigantescos «enjambres de robots asesinos».

La predicción es un poco exagerada —o quizás no— pero como bien apunta Drew, antes incluso de que aparezcan esos enjambres nos enfrentamos a varias amenazas importantes y posibles efectos negativos de la adopción de la IA:

  • Despidos de gente en el ámbito creativo, su curro ya lo hará la IA
  • Adiós a los servicios de atención al cliente con empleados humanos
  • Más fraudes y más phishing (todos automatizados) que nunca
  • El SEO ya no servirá ante la avalancha de granjas de contenido que posicionen en buscadores
  • Granjas de redacción de libros generados por IA que inunden el mercado
  • Redes sociales colapsadas por contenidos generados por IA
  • Propaganda y publicidad más o menos camuflada y creada también por la IA

En general DeVault parece bastante pesimista, y casi al final del post habla de algo que a mí me interesa especialmente y para lo que tengo un contraargumento. Esa inmensa generación de contenidos que se podrán crear en un pispas con inteligencia artificial, dice, hará que tengamos unos cuantos problemas importantes con los contenidos. ¿Entre ellos?

Que no nos fiaremos de esos contenidos.

Él habla de cómo por ejemplo «jamás volverás a confiar en un análisis de producto«. Y lo mismo se podrá decir de cualquier tipo de contenido tradicional, desde las noticias a la música, el arte o el cine. No te lo creerás o no lo valorarás (tanto) porque quizás haya sido creado por una IA.

Aquí hay dos reflexiones. La primera, si algo creado por una IA es necesariamente peor que algo creado de forma «artesanal» por un humano. Para según qué (muchas) cosas está claro que la revolución industrial ha sido una bendición: imaginad cómo sería el mundo si tuviéramos que estar haciendo a mano edificios, coches, carreteras, o yo que sé, tenedores. No tendríamos prácticamente electrónica —o sería mucho menos avanzada— porque la miniaturización accesible a través de máquinas es asombrosa, así que oye, hay que darles a las máquinas las gracias por muchas cosas. Otra cosa es valorar que una taza creada por una máquina en un segundo y pintada por otra en otros dos quizás no ofrezca un valor percibido parecido al que ha hecho un artesano o, por poner, el que me ha hecho mi hija por el día del padre. Cuando la parte emocional entra en juego, la cosa cambia, y aquí puede que todo lo creado por una IA sea durante mucho tiempo (¿o siempre?) percibido como inferior o sin alma. A saber.

Pero para mí es más interesante la segunda reflexión. ¿De verdad no vamos a fiarnos nunca más de un análisis de producto? ¿De verdad no me voy a creer lo que diga la noticia?

Puede que no, desde luego. Haré bien en dudar de primeras y hacerme una pregunta importante nada más leer esa noticia:

¿Cuál es la fuente?

Esa, creo yo, será la clave del futuro de los contenidos. No solo qué me cuentan, sino especialmente quién me lo cuenta. Con la avalancha de deepfakes, noticias falsas y contenidos que nos llegarán a corto plazo y que probablemente vayan en aumento, asegurarse de que la fuente es de fiar será crucial.

Ahí es donde yo no veo un problema, sino una oportunidad de oro. Una para que ciertos medios —a priori, los grandes grupos generalistas— y ciertas personas —llamadlos ‘influencers de la verdad’— se puedan convertir en nuestros particulares ‘faros’ a la hora de enfrentarnos a la actualidad. Quienes tengan una buena reputación deberán luchar por mantenerla y reforzarán esa posición. Quienes quieran ganársela, podrán hacerlo si logran escapar de esa otra guerra en la que ganará quien logre hacer más ruido usando todo tipo de técnicas, sean más o menos rastreras.

Me imagino la situación.

—Mira Harry, he visto que Elon Musk ha comprado Apple.

—¿¡Quéee!? ¿Dónde has visto eso?

—En Twitter, mira. Mira la foto de Elon y Tim Cook saludándole sonriente. Está claro que es verdad.

—Ya pero mira la cuenta, Sally. Lo publica un tal Perry Mason.

—Ya, pero mira la foto, es verdad.

—La noticia es de hace una hora. A ver —Harry se puso a navegar por varios medios generalistas. A los 10 segundos contestó a Sally—. Nada, no sale en El País, ni en The New York Times, y ni Tim Cook ni Elon Musk han dicho tampoco nada. No lo sé, Rick, parece falso.

—Uy, pues es verdad. Caray, es que la foto parecía de verdad.

—Pues claro, Sally. Siempre lo parecen.

Y así con todo. El País y The New York Times son tan solo dos ejemplos, insisto: frente a esta avalancha de contenido de mierda generado por IA habrá también contenido estupendo creado por IA (o creado por humanos que han sido ‘asistidos’ por la IA) y, por supuesto, medios, personas y entidades en las que uno confiará. O al menos, en las que confiará un poco. Y si las cosas importantes no las cuentan en esos medios, es porque no habrán pasado.

Eso desde luego no nos libra del problema, pero lo minimizará si somos capaces de usar el sentido común y no dejarnos engañar por la primera tontería que veamos en redes. Luego está el peligro de que ese medio, persona o entidad se corrompa y acabe contribuyendo a crear el caos y a difundir noticias falsas o deepfakes, pero diría que eso irá en su contra: a la larga quienes se fiaban de él ya no lo harán. Más influencia para quienes lograron mantener el tipo.

Todos mirarán a esa cadena que no se fió de MSNBC, de Fox o de CNN cuando todas dijeron que la congresista estaba muerta, o de que Elon había comprado Apple.

Y gracias a eso estaremos salvados. Al menos, un poco.

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8 comentarios en “No volverás a fiarte de las noticias

  1. Miguel dice:

    Hay una tecnología imposible de crear. Aquella que te asegure que un contenido está hecho por un humano y no una maquina. Nadie sabe como crearla pero pronto todos vamos a necesitarla.

    • No sé si habrás leído sobre ello, pero la propuesta es precisamente la contraria: identificar obras creadas por IA con una marca de agua. La idea es que el ChatGPT o el Midjourney de turno inserte en cada texto (largo, supongo) o en cada imagen generada una especie de firma criptográfica invisible que permita comprobar que es, en efecto, una obra generada por IA. Google ya tiene una, Adobe forma parte de un consorcio que aboga por otro sistema.

      • Miguel dice:

        He leído sobre ello pero no creo que funcione. Los spammers y gente que quiera generar contenido en vez de un humano lo primero que harán será quitar las marcas de agua. Esto va a ser una mezcla entre el spam y las falsificaciones de ropa.

  2. Federico Bustamante Gamboa dice:

    Excelente artículo.

    Es un método que llevo ya llevando a la práctica desde que empezaron las fakes news a tener peso en internet.

    Siempre lo digo: informarse y contrastar opiniones antes de llegar a la tuya propia.

    A esto tenemos que sumarle una técnica que se ha hecho bastante común entre los medio de comunicación: enardecer una noticia de poca monta para ocultar otras más importantes.

    Me explico: una notica que salta a la palestra, que si la miras bien no es gran cosa, y gracias a ella se acaban la guerra, el cambio climático, la subida de los precios, los problemas de la vivienda y demás penurias de la socidad.

    En fin, de nuevo pan y circo para el pueblo.

    Muchas gracias por esta disertación.

    • Gracias a ti Federico, me alegro de que te haya parecido interesante. Esa otra batalla de la que hablas es aún más difícil de ganar. Los medios se centran (nos centramos) especialmente en los temas que están pitando. Si no mucha gente habla de ello… difícil arriesgarse y hacerlo.

    • Koke Laast dice:

      Me llama la atención que pongas el cambio climático al mismo nivel de importancia de los otros problemas. Tremenda la comedura de tarro de la nueva religión de obligada militancia.

    • Koke Laast dice:

      Me llama la atención que pongas el cambio climático al mismo nivel que los otros problemas. Tremenda la comedura de tarro de la nueva religión de obligado cumplimiento.

    • Lambda dice:

      Básicamente, porque los medios son el cuarto poder (ya solo este concepto nos debería poner sobre aviso…), un altavoz nada inocente.

      No sirven al que compra la edición matinal de un periodico, sino al que sufraga las acciones del periódico, el medio , la radio, la televisión… Es una de las herencias del siglo XX, un siglo hiperideologizado, de ideologías estancas y unidas al Poder, independientemente de su signo.

      Nuestro siglo y nuestra sociedad simplemente han heredado eso, y es muy «conveniente» para apacentar al vulgo. Lo malo es que la sociedad «sabe» de esa mentira (se lo huele), y a eso los clásicos le daban un nombre : «adocenamiento».

Comentarios cerrados.