Tecnología, Ubuntu

Ubuntu Edge: no pudo ser, a la espera de segundas oportunidades

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Lo he comentado hace un ratito en Xataka: Ubuntu Edge ha sido en mi opinión un fracaso triunfal. Una iniciativa valiente, original y ambiciosa que tenía pocas posibilidades de cristalizar pero que ha servido para mostrar la expectación –yo mismo fui uno de los convencidos que se apuntó al proyecto– que puede generar un desarrollo de este tipo.

¿Qué ha fallado? Obviamente, el precio del dispositivo. No porque fueran caros: la relación precio/prestaciones era realmente fantástica a tenor de lo que pretendían los chicos de Canonical. Sin embargo, arriesgarse a pagar entre 600 y 800 dólares por un smartphone –según la oferta que uno aprovechase durante la campaña de crowdfunding– era quizás pedir demasiado para un ecosistema que aún está muy, muy verde.

Shuttleworth comentaba tras el cierre de la campaña su satisfacción por lo conseguido, y aunque supongo que en realidad estará algo decepcionado –12 millones recaudados quedan muy lejos de los 32 millones buscados– no creo que el creador de Ubuntu se rinda a las primeras de cambio.

Quién sabe. Me da que la historia no acaba aquí –ni mucho menos– para Ubuntu Edge.

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5 comentarios en “Ubuntu Edge: no pudo ser, a la espera de segundas oportunidades

  1. hakenz dice:

    Ya te lo había comentado yo aquí, eran muchos dolarucos para una apuesta arriesgada.
    El monto es muy importante en el crowfunding, tiene que ser atractivo económicamente para que la gente se atreva sin pensarlo mucho. Buen ejemplo fue OUYA, una consola de $100, la frase engancha.

  2. zero dice:

    Una lástima, pero al menos devolverán el dinero a los 20 000 pardillos que usaron descaradamente para hacerse publicidad….no, si estos de Ubuntu tontos no son…

  3. Daniel dice:

    Mucha gente está «loca con los móviles», pero de ahí a que les sobren 32 millones… Desde el principio me pareció una cifra imposible, y ya se anticipaba en los primeros días de la campaña que el crecimiento no era el que tendría que haber sido si querían realmente alcanzar lo propuesto.

    Un precio muy alto para un capricho.

Comentarios cerrados