Esta misma semana tenemos ante nosotros un acontecimiento muy importante en el panorama informático: el lanzamiento de Windows 7, el nuevo sistema operativo de Microsoft que lleva publicadas ya varias versiones previas que tanto yo como otros muchos usuarios llevamos probando desde hace meses. Ya he comentado que Windows 7 mola -más que Vista, desde luego- pero hay algunas ausencias interesantes en el software incluido, y una de ellas es el famoso Movie Maker que había sido acompañante de Windows Me y Windows XP.

Sin embargo Vista no lo incluyó, porque en lugar de eso Microsoft prefirió crear una suite de programas (Windows Live Essentials) bajo el famoso apelativo Live en el que también englobaría a Movie Maker. El resultado ha sido la aparición en los últimos tiempos de Windows Live Movie Maker, un sencillo editor de vídeo que, sorprendemente, puede que se convierta en toda una joya del sistema para muchos usuarios. Y cualquiera puede usarla ya (compatible desde Windows XP SP2), ya que Microsoft publicó la nueva versión el pasado mes de agosto. Puede que se trate de un programa sencillo, pero cumple a la perfección con las necesidades básicas de los videoaficionados.

Siempre me ha interesado el segmento de la edición de vídeo, y aunque ahora no tengo tiempo para esas tareas, he pasado muchos ratos peleándome con Premiere, Vegas, After Effects, Combustion, Edius y luego probando también los más sencillos Pinnacle Studio o Premiere Elements.

Cada uno tiene su atractivo, pero Microsoft parece por fin haber dado con la herramienta perfecta para los que simplemente quieren crear un vídeo rápido y sin complicaciones. Algo similar a lo que consiguen las últimas ediciones de Pinnacle Studio -que van mucho más allá si uno quiere- pero que en Windows Live Movie Maker es la base absoluta del desarrollo de Microsoft.

La puesta en marcha del programa nos presenta una interfaz muy clara. De hecho, es tan clara que uno no sabe muy bien por donde empezar. Menos mal que en el centro de la pantalla te indican claramente que desde ese momento puedes comenzar a arrastrar clips de vídeo y fotos a la interfaz. Esos clips y fotos pueden reorganizarse como más te guste, y además los clips de vídeo pueden ser recortados para que solo nos quedemos con la parte que más interese.

A cada clip o foto se le pueden aplicar luego algunos efectos -nada del otro mundo, cuidado-, y lógicamente también podremos establecer las transiciones entre cada elemento del vídeo. Las opciones básicas se completan con la inclusión de títulos de crédito y de la banda sonora del vídeo, pero es que ahí acaba todo.

Y es que aquellos que busquen una solución rápida para crear sus vídeos a partir de, por ejemplo, las fotos de las vacaciones, difícilmente lo tendrán más complicado. Pasos:

1. Seleccionar las fotos que queremos que formen parte del vídeo (viva el Ctrl+botón izquierdo del ratón)
2. Arrastrar ese grupo de fotos a Windows Live Movie Maker
3. Elegir la banda sonora (un archivo MP3)
4. Pinchar en AutoMovie: el modo que permite la generación automática de una película con transiciones estándar (normalmente, fundidos).
5. Comprobar resultados: en caso de que haya pocas fotos para esa canción, la duración de cada una será muy larga, y pasará lo contrario si tenemos muchas fotos, así que hay que buscar un buen equilibrio para la duración de la canción que hemos elegido. Si la prueba preliminar no nos gusta, siempre podemos cambiar algunas fotos de lugar, eliminar o añadir otras, y volver a crear la película con AutoMovie.
6. Exportar la peli al formato que más nos guste: incluidos de alta definición, y también los aptos para su publicación en Internet.
7. ¡A disfrutar de la película!

Eso es todo, y aunque se le puede sacar algo más de partido a esta sencilla herramienta, ha resultado ser un complemento perfecto para Windows 7 y sus opciones multimedia. Minipunto y punto para Microsoft, que parece que despierta en algunas áreas.