Hace una semana, esto.
El texto original está en El País, por si queréis echar un vistazo. Forma parte de las cartas a la directora que se publicaron ese día, pero esta en concreto fue la que se volvió viral en redes.
No conozco a Ainhoa, pero la carta me parece bastante derrotista. A los 26 yo estaba bastante «peor»: seguía estudiando, acababa de empezar a trabajar en PC Actual —tardé varios años más en empezar a cotizar— y vivía felizmente con mis padres. Y seguí viviendo unos años más y aprovechando para ahorrar un poco. No mucho. Un poco.
Así que diría que fui «tarde» a bastantes cosas. Terminé tarde de estudiar, empecé a trabajar tarde —de periodista, aunque estudié ingeniería informática, imagina, ahora podría ser como Zuckerberg— salí tarde de casa de mis padres, me casé con Sally tarde (¡pipi!) y tuve a mis niños tarde, a los 37 y a los 39.
No sé, Ainhora. A mí me parece que tienes tiempo de sobra para todo. Puedes estudiar otra carrera y la terminarás (bastante) antes de lo que yo terminé la mía. O formarte por tu cuenta en cualquier cosa que te interese. Puedes irte a vivir a otro lugar, a otro país, probar. Puedes apuntarte a actividades que te gusten y quizás conocer a alguien en ellas que acabe siendo tu media naranja. Puedes, en esencia, no rendirte tan pronto. Que es lo que parece que estás haciendo. No digo que las cosas no estén mal para la gente de tu edad, pero siempre, siempre habrá gente que está mejor que tú y gente que está peor y, sobre todo, mucho peor.
Mucha gente encuentra el amor «tarde» —no sé yo si alguna vez es tarde para eso— y mucha gente triunfa profesionalmente bastante tarde. David Baszucky tenía 41 años cuando fundó Roblox, una empresa que hoy vale 25.000 millones de dólares. Stan Lee creó su primer cómic, «Los cuatro fantásticos», a los 39. Henry Ford tenía 45 cuando creó el revolucionario Fort T, y Steve Carrell no triunfó en el mundo de la televisión hasta que formó parte de ‘The Office US’, y para entonces tenía 42 tacos.
Mírame a mí, con 50 palos y a punto de lograrlo también.
No vais tarde a nada. No al menos a nada de lo que dices. Ni tú ni casi nadie, diría: lo deja muy claro esa imagen que Juan Hernando enlazaba en su comentario (¡gracias!).
Así que no te rindas tan pronto, Ainhoa. Ánimo y a por ello. Actitud, como dice Victor Küppers. Ole, ole, y ole. Por cierto, si no habéis visto a este chico, vedlo, por favor. Son 20 minutos estupendos.
Me encantaría saber qué ha sido de ti dentro de 10 años Ainhoa. Estoy seguro de que el cuento ha cambiado bastante.
El otro día vi esta imagen que refleja muy bien esto que comentas: https://images.squarespace-cdn.com/content/v1/5a5bf099aeb625fd179fdecb/1566146727431-MRDACR5BP909A9I59SM6/toolate.jpg
Firmado: Otro que va tarde a todo! (pero que lo divertido es el camino!)
Qué gran imagen, acabo de incluirla en el artículo con tu permiso :). Y como dices, lo divertido es el camino. Ole.
De corazón, espero que Ainhoa cambie de actitud.
Añado otros ejemplos más de que nunca es tarde:
– Empecé a trabajar a los 25.
– Niños: 40 y 42.
– Mi cuñada, su primer novio ‘serio’ a los 50.
– Mi otra cuñada, funcionaria a los 63.
– De nuevo yo, con 55 años, programando mi primer video juego comercial.
Suerte y saludos.
Pues eso. ¡Bien dicho, Federico!
Fantástico, Javipas.
Aquí otro que tuvo a sus peques con 34 y 36.
Y lo de la carrera… todavía está sin terminar ?
Gracias Pakillo. Tú eras un yogurín cuando los tuviste, hombre 🙂 Y lo de la carrera queda demostrado que no siempre es importante. Míranos: dos tíos de éxito. Como los dropouts famosos, Gates, Zuck, etc.
Buenísimo el vídeo!
Sí que es bueno, sí 😉
Muy buena respuesta Javi. Yo he cambiado trabajo, País y condición social y económica con 36 tacos… Y sigo cambiando. Nunca es demasiado tarde para (casi) nada. Y espero que Ainhoa haya leído tu post y tome nota. Ole pa’ ti y Javi, y para los que nunca se rinden.
Gracias Fabri, qué fantástica esa actitud, di que sí.
Hola Javier,
No sabes lo bien que me ha caído leer tu publicación. Estoy llevando un muy mal tiempo por unos cambios que he tenido en la vida.
Gracias por tus palabras y el vídeo que también está muy bueno (va directo a mis videos guardados)
Me alegro, te llames como te llames, que supongo que no es Javier Pastor.
Saludos.
Nunca se llega tarde a nada, si se llega. Por suerte o por desgracia el antiguo canon de «nace, crece, busca trabajo, compra casa, casate, procrea, cría y muere» ya está superado hace unas décadas, hoy en día vivimos en una era en la que lo tenemos todo en la palma de la mano y podemos llegar a ser practicamente lo que queramos con un poco de esfuerzo, ya no eres la única persona del mundo en hacer eso que estás haciendo, ya no te tienes que sentar a leer un libro sobre crianza porque tu madre está a dos mil kms, vivimos en una era en la que, bien utilizada, la tecnología nos brinda la oportunidad de que nuestros caminos sean una ruta de sorpresas continuas hasta el final.
Como bien dice Javi, nunca es tarde y nunca sabes lo que te vas a encontrar y como te va a enriquecer como persona y redireccionar tu carrera/vida.
No quiero ser un brasas pero te cuento en dos (mentira son mas) líneas mi vida:
Alumno prometedor hasta los 16, cambio de centro en busca de la ruta perfecta y descubro la vida loca, retomo a los 18 el buen camino gracias a una gran persona, entro en teleco, vuelvo a ser prometedor pero cometo el error de intentar trabajar y estudiar a la vez (error) presión a tope reviento con todo, literal, me voy a un bar a currar durante dos años, oscuros y turbios como el hollín de una chimenea del Londres de la revolución industrial… un día me dice un amigo, te vienes a escalar (ya que había abandonado hasta mi deporte favorito, ciclismo) pruebo, me centro, me engancho y cambio noches por madrugones. A la par, desde siempre he tonteado con las teclas, no tenía pc, pero lo tenían mis amigos, spectrum, comodore, amiga… todos, mi primer pc entró en casa a mis 20 en pleno intento de Teleco, gracias a mis conocimientos (el tuerto en el pais de los ciegos) acabo programando en una pequeña empresa que a su vez imparte cursos, doy cursos… conozco a gente… conozco varios y diversos colores de sombreros (ya tu sabes).
Me caliento un día, vuelvo a estudiar, me encuentro con un colega que trabaja está estudiando para cierta oposición, me la preparo, apruebo, llego a Barcelona, me ven navegando por wifi, en 2007, solo había una wifi y era del super mega jefe y estaba super mega securizada xDD me fichan, años buscando a los del sombrero negro y peores calañas.
Ahora, se va el sysadmin de mi actual destino y me ofrecen el puesto, llevo una plantilla de 356 personas y sus respectivos terminales y dudas sobre todo tipo de carencias informáticas, soy féliz, he acabado siendo lo que en un principio soñé y jamás pensé que lograría y ha sido con 43 años.
Los hijos… descarté la opción de casarme a los 31… a los 33 conocí a mi mujer y madre de mis dos herederos, que tuve con 34 y con 38.
La vida es eso… caminar, escalar, seguir escalando, paso a paso, ¿llegar? ya llegarás, pero te aseguro que llegas.
Fantásticas dos líneas, Víctor. Gracias por la historia, espero que Ainhoa la lea.
Y felicidades.
No me considero un ejemplo para nadie, ni creo que tenga que serlo nadie, cada uno ha de vivir su vida con sus propios zapatos, y es un camino duro muchas veces. Sin embargo sí me gustaría compartir mi experiencia en este sentido, porque he ido tarde a muchas cosas en la vida, soy consciente, y me ha ido bastante bien, soy bastante feliz, que es de lo que se trata esto.
A mi la vida no me iba mal (visto desde fuera) pero llegado el momento sentí que necesitaba un giro, dejé un buen trabajo me hice un máster y me mudé de ciudad. Una aventura con 36 años que me llevó a volver a compartir piso, a esa edad, y a empezar de cero, sin ahorros, en una nueva empresa empezando de cero. Conocí a mi actual mujer, y tras varios años de «soltería» tuvimos dos niñas preciosas. Mucha gente me dijo «vas tarde» cuando hice el master, cuando me mudé, cuando compartí piso, cuando empecé de cero, cuando tuve a mi primera hija y cuando tuve a la segunda.
Nunca es tarde para hacer lo correcto.
Me alegro un montón de que tuvieras la valentía y la actitud necesaria para cambiar cosas que veías que no te compensaban. Grande, Goyo. De nuevo, espero que Ainhoa lea también tu historia para darse cuenta de que no va tarde a nada.