El otro día navegando por la internet oscura encontré un curioso documento firmado por Elon Musk. Se titulaba «Cómo me voy a cargar Twitter y perder un pastizal por el camino» y mostraba garabateados los siguientes pasos:
- Comprar Twitter por 44.000 millones de dólares. Tengo pastuki de sobra, así que qué más da. Asustar a los anunciantes para que se piren y nos dejen sin ingresos. Ya haré como que quiero hacer que el modelo de suscripción funcione y sea el verdadero motor de la plataforma. Sé bien que eso es imposible, sobre todo porque voy a plantear unas suscripciones que no valgan para nada.
- Despedir al 60-70% de la plantilla. La mayoría de los empleados actuales se están tocando las narices, no los necesitamos y así comenzaré a ahorrar pasta.
- Provocar el caos entre la gente con las suscripciones a Twitter Blue. Vamos a obligarle a la gente a que pague por estar verificada —las antiguos verificados dejarán de serlo, salvo algunos coleguis famosos—, por poder usar Twitter más tiempo o por poder mandar más DMs. La gente no solo no acabará no suscribiéndose: lo verán como algo absurdo y que en lugar de dar prestigio, lo quita. Meter muchos colorinchis a las suscripciones para liarlo todo más. Y que cueste un poco más en iOS por la App Store.
- Cargarme Revue porque total, las newsletters no están muy de moda.
- Meter el feed algorítmico para que a la gente le salgan cosas que no han pedido leer. Activarlo por defecto, que cueste ver que el feed cronológico de gente a la que sigues siga ahí. (Porras, esto igual me sale mal).
- Cargarme los clientes de terceros porque sí. Si la gente quiere usar Twitter, que tiren de la app oficial. Hombrevengaya.
- Quitar el acceso libre y gratuito a la API. Todos los bots y gentuza que se nutrían de Twitter, y por supuesto todos los que entrenan modelos de IA con nuestro contenido, que se las piren. O que apoquinen, vaya, pero además que apoquinen a lo bestia. Lo pondré carete para que sepan lo que vale un peine tuitero.
- Retar a Mark Zuckerberg, mi colega Zucky, a un combate MMA aunque probablemente sea mi sentencia de muerte. Pero oye, seguro que doy espectáculo.
- Dejar que mis competidores creen sus propias plataformas, aunque sean una copia de las nuestras. Alguien tiene que coger el testigo, y la gente tiene que tener una buena alternativa. Zucky me llamó y me dijo que si podía fichar a algunos de los que despedí para ello. No problem. No pienso mover ficha, pero eso me dará más material para darle caña a la pelea, a ver si sale.
- Cambiar de nombre y de logo porque Twitter no me acaba de convencer y me cuesta escribir tantas letras todo el rato. Mejor la equis, el símbolo universal para quienes no sabían escribir y tenían que firmar algo. Guiño, guiño. El pajarito, además, me tenía harto ya. Una equis molona y a tirar millas.
No sé cómo lo veis vosotros, pero llevamos nueve meses de reinado de Musk y el despiporre de decisiones polémicas (y, en la mayoría de los casos, erróneas) es asombroso. La lista es un repaso irónico a las medidas más destacadas tomadas por Musk, pero ha habido unas cuantas más y lo raro es que hayan pasado semanas sin que haya soltado alguna burrada que desafíe a la lógica en los negocios.
No sé, yo ya dije que era medio optimista con Twitter cuando llegó Elon. Luego me volví pesimista, y aunque recuperé cierto optimismo con el feed algorítmico y el hecho de que la plataforma aguanta bastante bien con la plantilla en mínimos, vuelvo a pensar que Musk se la podría cargar si sigue así.
Lo de cambiar el nombre es algo que me parece absolutamente estúpido. Ya tienes una de las marcas más reconocibles de internet, ¿para qué cambiar de nombre? Si quieres convertir a Twitter en una superapp que haga de todo, a lo wechat, no necesitas cambiarle el nombre, querido Elon: basta que haga de todo, y que lo haga bien.
Y el problema es que casi nada de lo que has planteado como teórica del servicio hace bien lo que tiene que hacer. En lugar de escuchar a tus usuarios y clientes —que es por ejemplo lo que hizo Microsoft en su resurgir con Nadella al frente— no paras de tomar decisiones que van contra lo que la mayoría de usuarios querríamos.
No sé. No soy capaz de imaginarme un futuro sin Twitter, pero es espectacular cómo de bien está trabajando Elon para que ese futuro llegue.
Vaya tela.
Yo me he dado de baja de Twitter, estoy hasta las narices de Musk y sus tonterías. Algunas cosas las echo de menos, como por ejemplo los incognichollos que solía utilizar el link para comprar algunas cosas que encontrabas interesantes. Ahora eso lo he perdido. Sé que es mucho curro si no lo automatizas (y cada vez menos pasta de afiliados), pero si lo migras al formato email o Mastodon, avísame y lo vuelvo a seguir. Saludos!