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Figo y el dinero

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Me encantan los documentales deportivos, y últimamente he tenido la oportunidad de disfrutar de varios chulos en Amazon Prime. Los de la selección española están genial, el de Simeone un poco más flojis, y la serie de Maradona (que no es un documental) me pareció simpática, por ejemplo.

Es curioso porque disfruto especialmente de los que van sobre fútbol aunque ya no vea casi ningún partido. Supongo que es más por la nostalgia: esos documentales suelen hablar de épocas pretéritas en las que sí que lo veía, así que lógicamente me tocan más cerca.

Es lo que ocurrió cuando el otro día me enteré de que en Netflix se estrenaba el documental «El caso Figo«. Pocas horas después ya estaba viéndolo y rememorando aquel fichaje alucinante que inició la era de Florentino y de los galácticos y que hizo que la guerra fría entre el Madrid y el Barça se pusiera mucho menos fría.

Lo cierto es que no recordaba detalles del suceso, pero sí recordaba el suceso en sí y aquella pitada cuando Figo regresó al Nou Camp en su primer clásico con el Madrid. Tapándose los oídos y haciendo claros gestos de «ostras, aquí parece que me odian un poquito».

Así que el documental me gustó por descubrirme un poco cómo sucedió todo. No había leído nada nunca y supongo que la mayoría de los detalles eran conocidos, pero por ejemplo no recordaba que aquel fichaje logró que Florentino se convirtiese en presidente del Madrid. Si estáis un poco como yo lo cierto es que la historia mola, y la intervención de Futre en el traspaso me sorprendió.

Y sin embargo, cuanto más veía del documental, más evidente se hacía que esto era una producción destinada (cómo no) a dejar bien a los que salían en ella. Prácticamente salen todos bien parados —me gustó especialmente Guardiola, muy coherente— o lo intentan, pero sospecho que unos cuantos mienten no dicen toda la verdad. Y el que menos verdades dice para quedar bien es probablemente Figo.

Entiendo su postura y sus comentarios. Se pasa el documental evitando decir la verdadera razón por la que fichó. No fue porque en el Barça no recibiera cariño o porque en Madrid fuera a recibir más. No fue por la ambición de uno u otro equipo y tampoco por los compañeros o los amigos.

Figo se fue al Madrid por dinero.

El problema es que Figo jamás lo dice. Ni lo dijo entonces, ni lo dice ahora. Es sorprendente. Le da vueltas al tema y que yo recuerde solo acaba confesando un par de veces que lo que pasaba es que quería sentirse valorado como él creía que debía serlo. Pero no lo dice claramente. No dice «ostras, es que me pagaban el doble».

¿Por qué no dijo simplemente eso cuando le ficharon? ¿Por qué ni siquiera es capaz de decirlo años después a las claras en el documental? En este mundo parece que da miedo admitir algo tan sencillo como eso. Si a mí alguien me llega mañana y me ofrece el doble de sueldo por escribir en otro medio majete y en el que puedo hacer un trabajo similar y tener un «éxito» similar —es obvio que hay otros factores más allá del dinero— pues qué queréis que os diga. Probablemente lo pillaría.

Es lo que decía Eva Güimil en El País hoy, y lo que ha inspirado este tema. La esposa de Di María hablaba estos días de cuando su marido, que jugaba en el Madrid, fichó por el Manchester. Odiaba todo de esa ciudad, pero a Di María le daba igual: le pagaban el doble. Y es lo que decía esta chica: «Tú trabajas en una empresa y te vienen de la competencia pagándote el doble… ¿no te vas?».

Pues hombre, diría que salvo casos raros, la mayoría de la gente lo haría. Insisto en que puede haber escenarios en los que ni siquiera que te paguen el triple o el cuádruple compensaría. O que pagándote el doble no te vas por lealtades alucinantes o por razones más prácticas —como no mudarse o cambiar a los niños de cole—. Pero para la inmensa mayoría la cuestión tendría una respuesta rápida.

Para Figo también la tenía.

Figo, de verdad: no hacían falta 105 minutos de documental para quedar bien. Que no pasa nada por haberte ido porque te pagaban más. Solo hacía falta que lo dijeras sin más. Casi cualquiera en tu pellejo habría hecho exactamente lo mismo.

Dicho lo cual, disfruté del documental especialmente porque todo en él me era reconocible. Los jugadores, los goles, las situaciones. Lo recordaba todo de repente. Un estupendo viaje a ese pasado en el que veía y disfrutaba de ver fútbol. Es otro signo de que me hago mayorcito: sentí como que aquel fútbol era mejor. Más épico, no sé. Es injusto decir algo así, sobre todo porque ya apenas veo fútbol y hablo sin conocimiento de causa. Seguro que el de ahora es también brutal, pero no sé. No es como el de antes 🙂

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10 comentarios en “Figo y el dinero

  1. Manuel dice:

    No creo que vea el documental, pero tu entrada ha corroborado los que he leido en los medios, que no se dice toda la verdad, y que en el fondo todo se reduce al dinero. Se fue porque quería ganar mas dinero, así de sencillo.
    Eso si, dejo a toda una afición que lo adoraba en la estacada. ¿Que importa eso cuando te pagan el doble?

    • Bueno, eso es.un poco como cuando cambias de novia. En Madrid encontró otra afición que tb le adoraba. Que entiendo que fue un bajón, pero vamos, los cracks del fútbol lo deben tener bastante asumido.

      • Miguel Angel dice:

        La diferencia es que cuando la afición del Barsa le adoraba, la del Madrid no le odiaba ( o no más que a cualquier otro jugador del eterno rival). Pero en el momento en que traicionó por dinero a su afición (aunque el no lo reconozca, como bien dices tú), está pasó a odiarlo de forma inconcebible. Y con razón, ya que es lógico que cualquiera hiciese lo que el hizo por dinero y también el lógico que si te vas al eterno rival, pues tu ex afición te odie.

        Por cierto, yo tampoco he visto el documental, ni pienso verlo. No me merece la pena perder el tiempo viendo este tipo de contenidos (no por ser este caso Figo, ay que no he visto ni el de Sergio Ramos, ni el de Cristiano ni ninguno parecido) y eso que me encanta los documentales bibliográficos, pero siempre que el personaje haya tenido una vida intensa, interesante y haya hecho algo más que forrarse y llevar una vida de lujos solo por pegar patadas a un trozo de cuero

  2. promeu dice:

    Puede que no quería decirlo porqué sería afirmar de manera implícita que X compañero de entonces, que cobraba igual o más que él, era peor jugador, y puede que no quería hacerle ese feo (se me ha ocurrido ahora).
    Lo que de la tiene jurada a TV3 cada vez que está por Barcelona, eso sí.
    La turra que le debieron dar des de la tele pública…
    Me pilló muy joven y no recuerdo apenas nada (esto y lo de Laudrup, aún más lejano) y ahora no recuerdo si hacían Força Barça entonces (un Crackòvia de cuando Arús), porqué sacarían gags a patadas de eso.
    Si cobra más, adelante, aunque me suena que decía que se quedaba cuando ya había firmado.

  3. Raúl dice:

    A mi me da la sensación de que el representante y Futre se la jugaron a Figo cuando vieron que si no cumplian tenian que poner de su bolsillo los 500 millones, que para mi son la clave de todo.
    Solo hay que ver la cara de entierro que lleva Figo cuando lo presentan, pensando «estos 2 me la han jugado pero bien».
    Para mi no se hubiera marchado, pero al final tampoco le fue tan mal.

    • Desde luego la cara de él en la presentación es un poema. Está claro que el representante y Futre iban a lo que iban, pero yo creo que por muchas vueltas que le des era mucha pasta para rechazarla. Como dices al final le fue bastante bien.

  4. firolelgris dice:

    Yo también vi el documental la otra noche en mis “semi vacaciones” y me pasa como a ti, no veo nada de fútbol hace años, pero estos documentales me encantan porque todo en ellos me es conocido y me traen nostalgia.

    Como culé, recuerdo que dolió mucho, fue un verano movidito y que cada dia la prensa decia lo contrario. Mi mejor amigo que es un masoca, justo cuando todo el mundo se quitaba el nombre de Figo de la camiseta, va al camp nou tly se lo pone xD

  5. Javier dice:

    Bueno, míralo por el lado bueno, dentro de 20 años tendremos otro documental, El caso Casemiro, aunque ese probablemente lo lo vea nadie porque todos lo tenemos claro (como el de Fogo)

Comentarios cerrados