Usaba una alfombrilla con el Amiga 500 y el 1200. Lo recuerdo vivamente, porque también recuerdo que mi forma de trabajar, que era totalmente antiergonómica y anti-cómoda. Ya conté hace tiempo que de jovencito tuvimos la suerte de tener esos ordenadores (y el C64) en una mesa tipo máquina recreativa, la que vendía Telemach y que era una pasada para jugar uno contra uno a juegos como el Match Day II o el Sensible Soccer.

La mesa era fantástica para jugar de pie, pero bastante infernal para trabajar sentado. La razón era simple: no había sido concebida para máquinas de 16 bits con ratón, sino para ordenadores de 8 bits a los que conectaras los joysticks.

Total, que trabajar allí era al final ponerse con una silla (no especialmente cómoda) y tener sobre las piernas un librito que hacía de superficie para el ratón. Y como el librito (un miniatlas con una muy desgastada cubierta azul, también tengo el recuerdo vívido) no era especialmente ideal para la tracción del ratón del Amiga, usaba una alfombrilla.

Al cabo del tiempo acabé «mudándome» a una mesa normal —tiramos la mesa de Telemach, qué penita— y allí usé también alfombrilla hasta que llegó aquel ratón maravilloso llamado Microsoft Explorer, que tenía tecnología BlueTrack y que no necesitaba alfombrilla porque funcionaba sobre virtualmente cualquier superficie. Total, que la alfombrilla desapareció para no volver.

Lo hizo casi de casualidad: al buscar los Incognichollos vi que aparecía una alfombrilla gigante, y como por aquel entonces ya le daba al ‘Battlefield 1’ y quería tener un ‘setup’ de gaming un poco más preparado, me dije: «igual con la alfombrilla soy (aún) mejor».

No lo fui, pero la compré igualmente. Resulta que quedé encantado con mi alfombrilla XXL, que sigue estando disponible por 11,99 euros y que tenía un mapa del mundo sin ningún encanto en particular. Sobre todo la compré porque tenía buena pinta, buenas opiniones y estaba aún más barata entonces.

El caso es que con esto de ver tanto vídeo en YouTube acabé envidiando la que siempre mostraba Linus en su canal. Es un modelo llamado ‘Northern Lights‘ que mola bastante por su diseño pero que costaba 30 dólares sin gastos de envío. Cuando miré antes de Navidad para que me llegara como regalo me di cuenta de que con los gastos de envío (18 dólares) la cosa salía ridículamente cara. Coñe que es una alfombrilla, no tiene chips dentro.

Total, que acabé descartando ese modelo, pero ayer pedí una nueva por internet porque la mía se había desmigajado un poco por la parte inferior. Nada grave, pero también tenía ganas de cambiar, así que tras echar un vistazo a los modelos disponibles escogí este que me pareció simpático por 13,85 euros.

Me ha llegado hoy y ya la he colocado, así que tan contento. He acabado siendo súper fan de este tipo de accesorios para el ordenador, que no solo ofrecen esa superficie XXL para el ratón, sino que también hacen que el teclado esté como más inmerso en ese espacio. No tengo nada claro que me ayuden a ser mejor en los juegos FPS a los que le doy en el PC, pero me gusta ese tacto algo más cálido que el de la mesa —a la que por cierto, proteges ya de paso— y suave.

Si alguna vez os ha tentado una de estas, creo que son una ideaza. Evidentemente hay mil modelos y también tenéis esas que tienen hasta retroiluminación RGB, pero diría que si no la usábais igual no es mala idea que probéis. Igual acabáis convencidos, como yo.