Tecnología

Tres meses con el P30 Pro

·

Tardé bastante en plantearme cambiar de móvil. El Xiaomi Mi 6 seguía dándome muchas alegrías tras más de dos años tirando de él, pero claro, había momentos en los que diversos modelos me ponían los dientes largos. El primero fue probablemente el P20 Pro de 2018, pero aguanté la tentación a pesar de que la cámara es para mí lo más importante de un móvil con bastante diferencia. Saco bastantes fotos y vídeos, así que dar un salto en ese apartado era argumento necesario (pero no suficiente) para cambiar de móvil.

Pero a todo cerdo le llega su San Martín, dicen. Al Xiaomi Mi 6 le llegaron en realidad tres de estos, porque probé con el Pixel 3a y luego con el Xiaomi Mi 9 sin que ninguno me convenciera. Poco después de aquellos dos intentos fallidos llegó el terminal definitivo. Me compré un Huawei P30 Pro en Wallapop a precio de súper chollo (400 euros) y comencé a saborear las mieles de tener un terminal top y que en condiciones normales jamás hubiera comprado por su alto precio.

Tres meses después tengo claro que la compra ha sido un acierto. Algunos me pedíais un análisis de largo recorrido, y aunque no quería ir a un tema extensísimo, sí quería contar esa experiencia con sus luces y sus sombras, que también las hay… aunque sean pequeñitas. Pero como diría Jack, vayamos por partes.

Cámara

Espectacular en mi opinión, no defrauda casi nunca y es un salto importante desde la del Mi 6. Hay capturas en las que se nota más que en otras porque insisto, el Mi 6 ya sacaba muy buenas fotos. El P30 Pro las hace con más alegría gracias a darles un toque de viveza con colores algo más saturados.

El modo retrato es más incómodo curiosamente: en el Mi 6 lo aplicabas a todo, tocabas en pantalla y aquello se ajustaba perfecto. Aquí el modo retrato te fuerza a que se reconozcan las caras, y no puedes usarlo (o al menos yo no lo he conseguido) con objetos estáticos. Para eso tienes el modo apertura, que da mucho más control pero que a mí me resulta incómodo porque te obliga a editar luego la foto para elegir exactamente qué desenfoque quieres y dónde. Complica un poco las cosas, aunque los resultados son desde luego superiores a los del Mi 6.

Luego está el zoom, absolutamente prodigioso… si tienes buen pulso. No es mi caso, y de hecho mis primeras pruebas a 5x y 10x fueron un poco decepcionantes. «Ostras, pues esto no sale muy definido», me decía al principio. Pero claro: en cuanto apoyas el móvil en algún sitio estático o usas un trípode (compré uno pequeñín hace poco para excursiones) la cosa cambia de forma brutal. Es curioso, pero al menos en mi caso no uso tanto el zoom como hubiera pensado. Es algo que sí hago (o más bien, hacía) con mi vieja cámara DSLR (una Canon T1i/EOS 500D) y un objetivo Sigma que tengo de 18-200, pero con el móvil como que no me sale. Pero oye, es genial que esté.

Lo que me ha conquistado por sorpresa ha sido el gran angular. En el viaje a San Francisco se convirtió en una forma fantástica de lograr fotos y vídeos que de otro modo hubieran sido imposibles, sobre todo en Yosemite, y como veis en la foto hasta el National Geographic me sacó en su portada tras el viaje (bien por las webs chorras que te permiten hacer estas cosas) ;). Bromas aparte, el gran angular me parece un inventazo, y por lo que he visto en diversas comparativas el del P30 Pro está especialmente logrado.

Con las tomas nocturnas la verdad es que no he notado nada muy especial. No es ese «milagro artificial» de los Pixel, y de hecho el modo noche de la cámara no saca mejores resultados que el modo normal… salvo que no haya ni una pizca de luz. Es gracioso, pero la mayoría de fotos nocturnas (en las que siempre hay algo de luz) acabo sacándolas con el modo foto normal y salen igual de bien (o mejor) que si las hiciera con el modo noche.

La cámara selfie es en mi opinión el punto flojo del P30 Pro, aunque aquí puede que mi mal pulso influya: no he logrado selfies demasiado convincentes cuando los he necesitado, y aunque tienes modo retrato también aquí, no he logrado los resultados que esperaba. Afortunadamente no tiro mucho de este modo, así que tampoco me importa demasiado.

No he tocado muchos más modos, auque sí he probado por ejemplo el HDR sin notar demasiada diferencia con las tomas normales. Quizás esperaba algo más exagerado, pero si quiero algo así siempre tiro de Snapseed para toquetear un poco el resultado. Me gustaría probar la Gcam de Google con el P30 Pro, pero en XDA comentan que es básicamente imposible usarla de forma adecuada por alguna incompatibilidad con la CPU de los Huawei, parece. Más allá de eso he jugueteado con el modo supermacro -que mola, aunque no soy de sacar fotos a bichos ni a detalles de objetos- y poco más.

En resumen -y no me alargo más-, la cámara me parece impresionante, y es desde luego ese paso adelante que yo pedía en mi nuevo móvil. Solo por esto ya ha valido la pena comprar el P30 Pro, eso seguro.

Biometría

El punto flaco del P30 Pro, al menos en mi opinión. Tengo tanto reconocimiento facial como reconocimiento de huella bajo pantalla, pero ninguno de los dos métodos funciona a la perfección. No al menos como lo hacía la huella en el Xiaomi Mi 6, y aquí la presencia de un sensor físico que siempre sabías dónde estabas sin tener que adivinar dónde tocar es claramente diferencial.

Con el P30 Pro la experiencia no es mala, pero no es como en el Mi 6 ni de lejos. El móvil te pide presionar (no solo tocar) cuando pones la huella en pantalla para confirmar que quieres efectivamente usar ese método, pero yo no me acostumbro a ese gesto aún, y sigo «posando» el dedo en lugar de hacer esa presión adicional. Me acuerdo algunas veces y otras no, y eso acaba haciendo que a menudo no me reconozca la huella a la primera. La orientación sí que la coge sin problemas, da igual que tengas el dedo girado, pero si no aplicas la presión adecuada (o no lo haces en el sitio adecuado, que también pasa), no pasa el reconocimiento. Es un poco gaita.

Y luego está el reconocimiento facial, que uso pero que está muy lejos de convertirse en mi método preferido para autenticarme. De hecho pocas veces me acuerdo de mirar al móvil como se me pide: sigo acudiendo a la huella de forma involuntaria, y me cuesta hacerme a la idea de que no la necesito y que basta con colocar el móvil bien para que se detecte mi cara de forma adecuada. Si hago ese gesto de forma consciente y voluntaria el reconocimiento es fantástico, pero es que no lo hago, y ese es el problema.

La vedad es que echo de menos el viejo sensor físico del Xiaomi Mi 6, pero no se puede tener todo, claro. No es un problemón, pero sí que noto ahí probablemente la mayor diferencia con respecto a la forma en la que usaba el Xiaomi Mi 6. Curioso cómo sigo anclado en el pasado en este caso.

Gestos

Otro de los puntos diferenciales de la experiencia con el P30 Pro es el de usar gestos para acceder a la pantalla de inicio, para ir hacia atrás o para acceder a la lista de aplicaciones abiertas.

Es algo que tenía muchas ganas de usar de forma continuada, y el resultado ha sido fantástico: no echo de menos los botones virtuales de Android, y de hecho intento hacer los gestos en el Mi 6 cuando he tenido que cogerlo para rescatar algún dato ocasional.

Es cierto que el gesto para acceder a la lista de aplicaciones es algo más laborioso: eso de mantener el dedo en el centro lleva quizás algo más tiempo de lo que yo creo necesario, pero es verdad que es como todo: una vez te acostumbras, la cosa es espectacular. Lo dije en febrero de 2018, y casi dos años después lo tengo más claro que nunca: el mundo es (o será) de los gestos.

Batería

Ah, la batería. Qué maravilla. Qué-ma-ra-vi-lla, chicos. No voy a decir que es lo mejor del móvil porque la cámara gana a esta opción, pero la autonomía de la batería es absolutamente prodigiosa. Si lo cargas por completo suele ocurrir que tras un ratillo sigues viendo el 100% y dices «pero bueno, esto tiene que estar mal, ya debería haber bajado un poco».

Pero no. El condenado tarda en bajar. No he calculado horas de pantalla ni nada parecido porque tengo una medida mejor: que yo recuerde, jamás he tenido que cargar el móvil de un día para otro salvo en ocasiones muy especiales (como el viaje a SanFran en el que me pasé el día sacando fotos y vídeos). Lo normal en mi caso es cargarlo cada dos días, y aún así creo que si me propusiera exprimir la batería aguantaría hasta tres.

Es cierto que mi uso del móvil es ligero en comparación con otros usuarios. Lo de telegrabajar hace que use el PC o el portátil mucho más que otras cosas, así que suelo tener el móvil descansando y contestando a WhatsApps por ejemplo desde el navegador, donde suelo tener una pestaña abierta para esa mensajería personal. Pero es que da igual: aunque use el móvil con relativa frecuencia, la autonomía de la batería es absolutamente brutal.

No solo eso: la carga rápida es muy, muy rápida. En apenas una hora está preparado para darle caña durante mucho tiempo si tienes prisa -no llega a cargarlo al 100% en ese tiempo-, pero es que además la carga inalámbrica da esa opción si quieres aprovecharla. Yo la uso, pero eso será tema de otro post que tengo pendiente desde hace algún tiempo, así que me reservo la carta. Baste decir que la batería del P30 Pro es, insisto, asombrosa. Un milagrito.

Diseño y experiencia de uso

Lo que suele suceder cuando cambias de móvil es que el tuyo antiguo parece un poco como un juguete. Ahora veo el Mi 6 así. El P30 Pro es imponente a su lado, sobre todo por esa pantalla sin apenas marcos, con ese mininotch que a mí me parece una gran solución y con esos bordes curvados que le dan ese toque súper elegante y futurista al móvil.

Tengo el móvil protegido con una carcasa de silicona desde el día cero, así que el resto del diseño me importa más bien poco. Me encanta, eso sí, tener la pantalla siempre activa para poder ver la hora y alguna notificación que pueda llegar, y sí que encuentro esa pantalla algo grande para mí, y eso que tengo manos de tamaño decente. Usar el móvil a una mano es prácticamente imposible salvo para cosas puntuales, y aunque hay un gesto sencillo para usarlo a una mano (deslizar el dedo desde esquina inferior izquierda o derecha en diagonal hacia el centro) no lo uso jamás.

No tener minijack para los auriculares es una gaita, la verdad. Es otro de los pequeños fallos de un móvil en el que yo creo que con esas dimensiones ahorrar esa opción es absurdo. Ocurre con todos los móviles que han dicho adiós al conector de 3,5 mm, y no es la excepción en el P30 Pro. Es cierto que usar auriculares inalámbricos con Bluetooth es chulo en según qué escenarios, pero al menos en mi caso para llamadas los auriculares con cable siguen siendo mejor opción.

No soy especialmente pijo con las pantallas, así que cualquier mejora aquí con respecto a la modesta pantalla del Xiaomi Mi 6 se iba a notar. Tener una pantalla OLED es brutal por esa viveza que suele caracterizar a estos paneles, y aunque la resolución es 1080+, a mí me parece que se ve espectacular, muy definida —los fondos de pantalla incluidos se ven increíbles, tengo que lograr hacer fotos así, porras— y el brillo es estupendo, aunque sí lo noto algo bajo para mi gusto por la noche o en exteriores. A veces tengo que tocarlo un poco, pero no es lo normal. Los colores están un poco saturados, rollo Samsung, pero no a ese nivel, y la verdad es que mola. Como que da alegría mirar la pantalla con esos colores vivos (que por supuesto puedes toquetear en la configuración). Suelo usar el modo noche de forma intermitente, y de nuevo es una buena idea para que la cosa no te desvele tanto por las noches.

Tampoco tengo queja con EMUI, una capa de personalización que muchos análisis critican de forma notable y que a mí no me molesta en absoluto. Quizás sea porque no recuerdo haber tenido un móvil Android puro en toda mi vida, pero es que la experiencia con EMUI es correctísima, fluida —faltaría más con el hardware que tiene este bicho— y que tiene una curva de aprendizaje muy pequeña. No he podido probar el modo oscuro de la nueva versión —EMUI 10 debe estar al caer, sigo con la 9.1.0— pero tampoco tengo un interés brutal por esa opción. En general soy poco pijo con las ROMs de los fabricantes: me encantaba MIUI y estoy contento con EMUI, así que por ese lado poco que contar. Es, como todo, acostumbrarse a la forma de hacer las cosas de cada fabricante.

Luego están cosas como el modo PC que a mí me entusiasma aunque aún no sea perfecto para producir —lo conté hace poco— y alguna cosilla más que seguro que se me escapa, pero en general mi uso del móvil es bastante discreto: me interesaba tener una buena cámara y una buena autonomía, y en eso está claro que el P30 Pro ha sido un verdadero descubrimiento.

Conclusiones

Seguro que se me escapan cosas, pero escribo esto con algo de prisa y de hecho si puedo luego releeré bien para añadir algo más. La conclusión, como ya adivinaréis a estas alturas, es que el P30 Pro me parece un móvil espectacular que yo diría que me va a durar bastante tiempo.

Existen cosas que me llaman la atención de otros competidores y seguro que algún modelo me pone los dientes largos en 2020 y sobre todo en 2021, pero hoy por hoy estoy muyyy tranquilo con un P30 Pro que seguro que va a seguir dando mucha guerra —y muchas portadas de National Geographic— en los próximos meses. Si tenéis sugerencias o preguntas sobre el repaso a estos tres meses, por favor, no dudéis en comentar. ¡Saludos!

Suscríbete a Incognitosis

¡Recibe en tu correo las nuevas entradas!

Standard

7 thoughts on “Tres meses con el P30 Pro

    • Pues no, es algo que no me llama nada la atención en el móvil, pero como otras muchas opciones, igual sí que le es util a cierto tipo de usuario. Bien por estar ahí sea como fuere, supongo.

      Y cuidado porque lo de la pantalla más grande es algo que ni a mí me ha convencido nunca. Fíjate que pasé de un móvil de 5,5 (OnePlus One) a uno de 5,18 (Mi 6). Ahora el Mi 6 como decía me parece de juguete, y ver las cosas en el antiguo si lo cojo alguna vez me parece como una vuelta a un pasado al que ahora quizás me resistiría justo por eso. Ya se sabe: caballo grande…

      ¡Feliz Navidad Fefo!

  1. Trufeitor says:

    En cuanto lo tengas disponible deberías probar el modo oscuro. En las pantallas amoled le da un empuje extra a la batería bastante importante. Creo que un compañero tuyo publico un análisis al respecto.

    😉

Comments are closed.