De verdad que no tenía intención de hacer otro post sobre Google hoy. Ya lo hice ayer preguntando por qué no copian DeX de una vez en Android y me quedé tranquilo. O eso creía yo, porque este tema de AndroidCentral titulado ‘Wear OS could be amazing if Google and Qualcomm took it seriously‘ me ha llegado al alma.
Y oye, que se puede meter cera a todo y todos repetidamente, y si no que se lo digan a Pérez-Reverte, del que sigo leyéndome con parsimonia –y a la luz de una lámpara– su recopilación de columnas de ‘Cuando éramos honrados mercenarios’ y mete estopa sin descanso —y de forma quizás algo repetitiva, estoy empezando a apreciar— a todo lo que se le ocurre. Y como yo no quiero ser menos que mi ídolo, pues ale. A darle cera a Google. Otra vez.
Porque señores de Google, ¿qué está pasando con sus relojes inteligentes? Tienen ustedes todos los mimbres para tener dispositivos tan buenos o mejores que los de Apple, pero no parecen ni remotamente interesados en hacer algo al respecto.
Como dicen en AndroidCentral, la cosa empezó bien. Google lanzó sus relojes inteligentes con redoble de tambores y haciéndonos creer a todos que aquello iba a cambiar nuestro mundo como lo hicieron los smartphones, o casi. Aquel espectacular Moto 360 con su diseño circular nos permitía escapar de los diseños cuadrados del Apple Watch —porque a quién se le ocurre tratar de tener éxito con un diseño cuadrado, jajajj, decíamos algunos— y acceder a una plataforma que era análoga a Android en móviles. Aquello, por tanto, tenía que triunfar como lo hizo su hermano mayor.
Yo creí en la promesa. Me compré un LG Watch Urbane de primera generación hace unos años y lo usé con asiduidad durante un tiempo. En el miniresort burgués se reían mucho con mis «Ok Google», pero a mí aquello realmente me hizo creer en un futuro controlado por la voz.
Ese futuro no llegó. Google, por alguna razón, dejó abandonada la plataforma a su suerte. Los fabricantes fueron diciendo ‘hasta luego, Lucas’, y algunos de los más relevantes, como Samsung, decidieron que era mejor ir a su bola y hacer la transición a Tizen. Movimiento inteligente y acertado, en mi opinión. Otras aprovecharon para hacer su pequeño y particular agosto, como Fitbit, que sin hacer nada espectacular ha logrado convertirse en referente de un mercado que necesita más que nunca a Android Wear. Luego están otras muchas que como Xiaomi también se han convertido en protagonistas (de segundo nivel) con relojes simpáticos pero reconozcámoslo, de medio pelo si los comparamos con las ofertas de Apple, Samsung o Fitbit en sus productos más relevantes.
La consultora Canalys lo dejaba claro recientemente: los segmentos que interesan a los fabricantes son el de los 200-299 dólares y el de 300-399 dólares: entre ambos dominan el 60% de todo el mercado de los relojes inteligentes, y en ambos el Apple Watch es referente absoluto. Fitbit está segunda, pero pierde terreno frente a unas competidoras crueles, las pulseras inteligentes que hacen más o menos lo mismo, mientras que Samsung, Garmin (que no está en relojes generalistas, ya sabéis) y Fossil completan esas primeras posiciones.
Ahí lo tenéis: Hay un mercado espectacular para los wearables que Google está dejando pasar de lado. Que no es el de móviles, vale, pero es una oportunidad de negocio para su asistente -el mejor con diferencia- y sus aliados, que no tienen una plataforma válida con la que competir contra Apple. Es una pequeña tragedia, no me digáis que no.
La culpa también la tiene Qualcomm, por supuesto. La firma pasó de desarrollar procesadores específicos para estos relojes durante años, y cuando por fin se puso manos a la obra sacó al mercado unos Snapdragon Wear 3100 que eran de todo menos lo que esperábamos. No especialmente eficientes, y no especialmente potentes. Mientras tanto, claro, Apple se frota las manos: sus relojes se han beneficiado de ese control total del producto hardware y el software, de sus propios chips y sistema operativo, y han logrado crear un producto que es, con la honrosa excepción de los AirPods, el mejor que Apple ha lanzado en años. Y no me gusta el Apple Watch, ojo. Imaginaos qué pienso del resto de su catálogo. Pero al César lo que es del César: funciona bien y hace lo que tiene que hacer. En realidad hace algunas cosas más de las que debería y otras cosas más (¿Siri? ¿Dónde estás, Siri?), pero en tema deportivo y salud hay pocos que puedan competir si quieres un producto más o menos generalista y no destinada a gente con aspiraciones deportivas más o menos serias.
Así pues, ¿qué pasa contigo, Google? ¿A qué narices esperas? Las últimas actualizaciones de Wear OS iban por buen camino, pero ahí se han quedado. En el camino. Dicen quienes los han analizado que los Fossil Gen 5 se han convertido en los mejores relojes con Wear OS gracias a un detalle y solo uno: integrar 1 GB de RAM en lugar de los 512 MB habituales de estos dispositivos. Teniendo en cuenta lo glotón que es Android en móviles, me lo creo, pero es que además necesitamos procesadores destinados totalmente a relojes inteligentes.
Hubo un tiempo en que se rumoreaba que Google tenía en marcha el desarrollo de sus propios micros. No sé si seguirán en ello, pero es que la vida no es solo Qualcomm, amigos de Google. Igual MediaTek podría hacer algún movimiento ahí, o quizás haya alguna startup por ahí que quiera aprovechar la oportunidad.
En lo demás, insisto, Google tiene muchas cartas ganadoras. La primera, la de Google Assistant, que es de lejos el asistente que más opciones da al control por voz de todo tipo de dispositivos. Sus recursos son más que suficientes para aprovechar campos por explotar como el de la salud —aquí Apple lo está intentando, pero me parece que hay más humo que otra cosa—, los pagos móviles o esa independencia del móvil que a veces viene tan bien. Pero es que además hay buenas herramientas en monitorización de la actividad que simplemente necesitan un dispositivo y una plataforma en la que brillar.
El reloj inteligente con Wear OS no es ni ese dispositivo ni esa plataforma. No en estos momentos, desde luego.
Google, tu mueves. Si quieres, claro.
Yo lo de tener un «mini smartphone» en la muñeca controlado, básicamente, por voz no termino de verlo claro. Sobretodo si hay que ir a por los «300€» para llegar a algo mínimamente funcional. Actualmente uso un Amazfit Verge (pantalla OLED, autonomía de 4-5 días) y mi pareja un Amazfit Bit (pantalla trans-LCD creo que se llama y que se ve mejor mientras más luz incida en ella que además cuenta con su propia retroiluminación, autonomía de dos a cuatro semanas). Ambos pueden registrar actividades haciendo uso del GPS sin necesidad de estar vinculados al móvil y el Verge además puede funcionar de reproductor MP3 (audio por Bluetooth) si te valen sus 4 Gb de almacenamiento interno.
Ambos incluyen GPS, sensor cardíaco y un conjunto de aplicaciones y funciones «cerrado» por el fabricante. Pero suficiente. Se ven las notificaciones de las aplicaciones que tú decidas, monitorizas tu pulso, sueño y ritmo cardíaco y, de postre, mi Verge me permite contestar llamadas o incluso realizarlas como si fuera un manos libres bluetooth de muñeca (creo que incluso derivando la llamada desde el reloj a unos auriculares bluetooth, cosa que no he probado). No me veo hablando con el reloj. Ni viendo más información en él que la notificación de turno, la mayoría de las veces para pasar de ella. Si quisiera algo más, hay diferentes «esferas/watchfaces» para instalar a lo largo y ancho de internet. Incluso alguna aplicación modificada proveniente de Android Wear. Pero sin embargo, no he sentido esa necesidad. Será que por 149€ que me costó en febrero (ahora lo pillas por 115€) y 60€ que me costó el Bip de mi chica me parecen bastante correctos y funcionales. Encima, Amazfit amenaza con nuevos modelos para este final de año. ¿Android Wear? Mucho tienen que bajar los precios. ¿Apple Watch? no hay nada que me parezca más contraproducente que tener a Mickey/Minnie señalando la hora en una pantalla tan minúscula (curioso que a gran parte de sus potenciales y actuales usuarios sea de lo que más hablen) y menos por 400 pavetes.
Los Amazfit están graciosos, desde luego, y el tema de la batería es bastante chulo sobre todo en el Bip, del que leído buenas críticas. Pero aquí se trata de que Google se active y dé una opción a los que no la tienen porque parece que el mundo de los relojes inteligentes «de alta gama» es solo del Apple Watch. Hay intentonas como decía, pero aquí creo que Google está dejando pasar una oportunidad, no es más que eso, responder a una demanda del mercado que parece existir según los datos de Canalys.
Dicho lo cual, está claro que relojes menos ambiciosos y sobre todo pulseras inteligentes (Xiaomi diría que lo peta con sus Mi Band) tienen también un nicho de mercado muy llamativo, pero también el margen ahí es menor y menos interesante para alguien como Google. En esos dispositivos hay menos chicha de la que sacar provecho (aunque también recolectan datos, claro).
Sea como fuere, bien por esa experiencia Land. Gracias.
Aguantame la copa,
Ahí va mi teoría: Google es una empresa que vive de vender publicidad y desarrolla herramientas e instrumentos que le permitan lograr ese objetivo. Ahí están el buscador o los móviles. Los móviles para Google no son más que un medio para recolectar datos y…..vender publicidad.
A mi, a veces, me da la sensación de que tiene aplicaciones por tenerlas, que no están pulidas del todo. Pero existen y las tiene que ofrecer. Ahí está por ejemplo Google Auto, que es un dolor de huevos. O play música, bastante tosco para mi gusto. O, en el terreno del hardware, sus propios teléfonos, que sin ser mal producto, no terminan de ser redondos.
¿Qué pasa con los relojes? Pues quien a Google no le interesa porque no le saca rendimiento. De Wear OS solo se aprovecha el usuario, o un fabricante ajeno a Google. Pero Google no. ¿Que hace un reloj que no haga un móvil? Nada. (bueno, medir la frecuencia cardíaca, el móvil ya te geolocaliza quieras o no) Y para Google esto es redundante: dos instrumentos que pueden recolectar la misma información, pero uno está más extendido y es más usado que el otro. Conclusión, abandonamos Wear OS (bastante habitual en Google, abandonar servicios).
¿Samsung que vende? Teléfonos. No vende software. No vende publicidad. Vende teléfonos. De ahí que sean productos mucho más cuidados, al menos la gama alta, en el que se esmeran más y, sobretodo, intentan diferenciarse. Hoy en día te coges un kilo de gama alta y son todos sota, caballo y rey, no hay grandes diferencias entre ellos. Por eso Samsung mete «accesorios» para diferenciarse: dex o tizen.
Lo que le falta a Samsung es entidad, a nivel mediático no destacan (son un android más, un fabricante más) y, ni de lejos, llegan a tener la misma presencia en el subconsciente de la gente, como Apple o Google.
Yo veo el reloj inteligente como un potente aliado de esa obsesión de Google por saber qué hacemos, cuándo lo hacemos y cómo lo hacemos. Con el GPS siempre activado, la estupenda Google sabría donde vamos, cuántos pasos hemos dado y qué tal va nuestro corazocito. Datos que igual tienen sentido para vender zapatillas o lexatines, vete a saber.
Vamos, que algo sentido sí tienen creo yo. Quizás no el suficiente.
Claro, pero a lo que te voy es que eso mismo lo puedes hacer con el móvil: te abres mi fit y desde ahí te saca esa misma información. Con o sin tu consentimiento, la localización siempre está activa.
Es mera especulación, pero al ser un «suministro» redundante de información, no le prestan atención, simplemente meten cabeza porque tienen que tocar todos los palos. Por eso lo dejan agonizar de esta manera.
Yo le daré una oportunidad, lo he probado poco, tengo el Gear S3 Frontier, no está mal.
Así que a finales de agosto y mediado de septiembre llegan los Gen 5 de Fossil a España
El caso es que no están tan mal, pero no llegan a la altura de los ApplenWatch. O eso parece a tenor de las circunstancias. A ver qué tal los Fossil, igual es cuestión de meterles a los relojitos 8 GB de RAM.
A nivel empresarial, no se si Google tiene interés o no.
Yo, y creo que la mayoría, no le pedimos tanto a un reloj inteligente; que sin ser obligatorio es útil. Notificaciones, cuantificación, pago por NFC (ya lo veo fundamental), y algo de lo que se olvida Apple: que sea un reloj. Una pantalla negra que tienes que tocar para ver la hora no es un reloj, y si además lo tienes que cargar cada dos días tampoco. Todo eso lo puede hacer Google, cómo diría Pérez-Reverte, no jodamos.
¿No estarán los de google esperando lanzar cosas con fuxia (era algo así)?
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