Exactamente lo mismo me pasó con el Surface Studio. Es por lo visto el sino de mi relación con el hardware de Microsoft, porque ninguno de los productos que han sacado (salvo las Xbox) han logrado que saque la billetera. Y no es porque sean malos productos, ojo.
No todos son estupendos, porque el Surface Laptop que planteaba por fin la llegada de un portátil puro al catálogo de Microsoft se quedó en un equipo que salía muy bien en las fotos pero muy mal en casi todo lo demás.
Al citado Surface Studio se le suman tanto los Surface Pro como los Surface Book que, como dije hace ahora dos años, no son para mí. Los nuevos Surface Pro son una magnífica (aunque aburridilla) evolución de un formato que tiene sentido para mucha gente, pero es que a mí lo de no tener un teclado que poder aporrear y apoyar de forma contundente en cualquier lado me mata.
La cosa cambia un poco con los Surface Book 2 que Microsoft anunció ayer, y que de nuevo se convierten en los productos que más me tientan. Como decía hace un par de años, el problema fundamental de este equipo es que es un convertible, algo que a mí no me atrae especialmente porque sé que de las dos opciones voy a utilizar la del portátil (o portátil conectado a monitor externo) el 99,9% del tiempo. El sobreprecio que impone la pantalla táctil y la posibilidad de usar el Surface Pen o incluso el Surface Dial (para flipadetes) me echa para atrás.
Lo que no quita para que los Surface Book 2 no sean ahora más tentadores que nunca, sobre todo por integrar unas buenas gráficas (GTX 1050 o GTX 1060 dependiendo de si vais a por los modelos de 13,5 o de 15 pulgadas). A eso se suman cantidades de RAM y de almacenamiento que en los modelos más ambiciosos llegan a los 16 GB y 1 TB respectivamente, una burrada que está acompañada por precios igualmente burríticos.
De hecho a estos Surface Book 2 que aciertan en muchas cosas les fallan otras bastante importantes para mí. Por ejemplo, cuentan con un puerto USB-C, pero no tiene interfaz Thunderbolt 3, algo que se debe al tipo de procesadores de bajo consumo (TDP 15W) utilizados en todos los modelos. El formato de pantalla 3:2 sigue sin convencerme porque siempre trabajo con una ventana a cada lado y aunque las resoluciones de estos equipos no darían demasiado problema, sigo pensando que mi formato perfecto es un 16:9 o un 16:10 tanto en sobremesa como en portátiles.
Y luego, claro, está lo de los precios y disponibilidades. En España no los veremos (quizás el 13 pulgadas, y si eso), y que el teclado esté en disposición de teclado americano puede ser una barrera para algunos. A mí eso no me molesta demasiado, pero es que los 1.499 dólares del modelo base son muchos dólares por una configuración con 8 GB de RAM y 256 GB de SSD peladita.
Aquí diría que los Xiaomi Mi Notebook Pro, aunque sean «solo» portátiles puros, me atraen mucho más porque entre otras cosas cuestan 833,43 euros en GearBest con el cupón MIBOOKPRO. Llegan con los Core i5-8250U (frente a los Core i5-7300U del Surface Book 2 básico), una GeForce MX150 (mucho más potente que el Intel HD Graphics 620 del modelo base) y el lector de huellas que tan buenas sensaciones me dejó en el Air 13. Es cierto que como digo no es táctil ni tiene Thunderbolt 3 (por lo mismo, los micros de Intel con tan bajo consumo no llegan a tanto), pero para lo que yo hago este equipo va incluso sobrado. Pierde en pantalla (15,6 pulgadas Full HD), pero no es algo que de nuevo a mí me preocupe mucho porque la mayor parte del tiempo lo tendría conectado a mi monitor 5K (je).
¿Para quién es entonces el Surface Book 2? Pues para gente con menos repeluco a la hora de gastar dinero, y para quienes vayan a aprovechar esa fantástica pantalla táctil con el Microsoft Pen. Y para los que quieran molar, claro, porque otra cosa no, pero el Surface Book 2 mola un rato. Lástima, como siempre, que no sea para mí.
Y, hablando de Microsoft, ¿has visto, Javier, que con la Fall Creators Update, Edge permite aclar páginas a la barra de tareas? Creo que leí un artículo tuyo, no recuerdo si aquí o en Xataka, que decías que una de las cosas que te ataban a Chrome era esa posibilidad, aunque como nos contaste luego, diste el salto a Firefox.
Saludos.
Lo vi, pero que cuando hablaba de eso en Chrome creo que me refería a lo de anclar pestañas… No me suena de todos modos que lo comentara porque anclar sitios web a la barra de tarea de Windows me parece un poco jugar al despiste: yo abro el navegador de todas formas, y me gusta tener ahí mi barra de marcadores, así que no necesito esa opción. No digo que no le venta bien a ciertos usuarios, pero no es mi caso.
Gracias por el apunte de todos modos 🙂
No me queda claro si la horrible visagra de los modelos anteriores persiste. Seguro que por ahí se te cuela toda clase de suciedad, por decirlo finamente.
¿La del Surface Book original? Es exactamente la misma, así que si ahí tenían un problema (no había leído nada por ahí), volverán a tenerlo.
Recuerdo lo impresionado que me quedé con aquella keynote de Microsoft.
Y que era una sensación compartida en el post que publicaste.
Lo mucho que me encantó el Surface Book, la maravilla que me parecía… Hasta que lo ví y lo tuve en mis manos en un viaje.
Es pesado, muy pesado. Demasiado para mi idea de portatil, pero sobre todo vi la bisagra, como queda cuando está cerrado, y como envejecia.
Me pareció horrenda, de verdad. Una muy mala solución. No debo ser el único, al parecer, en todas las fotos promocionales no recuerdo haber visto ninguna con el portatil cerrado, desde una visión lateral. De hecho, no recuerdo haber visto casi ninguna foto donde se aprecie la bisagra.
Por ese lado, cierta decepción con la continuidad de ese diseño, que, dicho sea de paso, a ese precio, y esa barbaridad de potencia tampoco es obviamente para mi.