Hace algo más de un año hablé por primera vez de Medium, y hace unos meses pude comprobar de primera mano las virtudes de esta plataforma para bloggers. Como esperaba, el editor cumplió con las expectativas y es una verdadera maravilla. El folio en blanco nunca se trasladó mejor al ordenador, aunque sea igualmente trasladable a otros gestores, incluido WordPress, con su «Distraction Free Writing Mode«. Pero en Medium es todo más limpito, más fácil, más simple. Rollo lado oscuro de la fuerza.

La idea es fantástica, pero desde luego no es para mi. No renuncio a publicar de cuando en cuando –me da la oportunidad de hacerlo en inglés, idioma de facto de la plataforma, aunque su uso no sea obligatorio– pero lo explicaba hoy (precisamente en Medium, que no parece tener problemas en publicar esas críticas, algo que les honra) uno de los que también han probado la plataforma, y que llegaba a la misma conclusión a la que hemos llegado ya unos cuantos.

Medium… does what? If I’m lucky, Medium will feature my post and I’ll get a ton of traffic. That traffic doesn’t do anything for me, though. I can’t put ads up to monetize the traffic. I can’t put a logo anywhere to build my brand. There isn’t even a way for me to put a link to my twitter or my personal website so that I can drive that traffic somewhere useful. Medium’s sole value is giving me an easy way to write and driving traffic to my writing. Admittedly, it does a good job with that.

Ese párrafo resume de forma brillante lo que ocurre con Medium. Cualquier blogger que se precie tendrá su corazoncito. Todos los que escribimos lo hacemos para nosotros, no para un tercero, por muchas facilidades que ese tercero nos proporcione. Que además esa empresa se quede con los derechos de lo que escribimos (lo hace) es preocupante, pero es un detalle más de un ejemplo más de esa gran verdad que últimamente estamos descubriendo por todos lados en el mundo digitial.

Si no pagas por el producto, tú eres el producto.