Abandoné mi iPhone 3G para dar el salto a la plataforma Android , y lo hice cansado de esa filosofía cerrada de Apple que se notaba especialmente en su smartphone. Sin embargo siempre dejé claro que el cambio no era del todo convincente: la interfaz de usuario de Android me parecía inferior en muchos aspectos a la de iOS, y de hecho analicé algunos de esos aspectos en mi estudio de usabilidad que, eso sí, estaba también condicionado por las propias capas que los fabricantes incluyen en sus terminales (en aquel caso, HTC Sense). Esos defectos de Android me hicieron explorar otras alternativas -algo que al menos Android sí ofrece- entre las que destacó con luz propia -en mi opinión- MIUI, una ROM con muy buen gusto que, admitámoslo, copia algunas ideas de iOS.

Obviamente los defectos de Android no eran solo algo que solo yo notaba. La propia Google tenía claro que algo fallaba en la interfaz, y llevaban tiempo trabajando en solucionarlo. Y de repente, surgió una oportunidad. Matías Duarte, que se había encargado de la notable GUI de webOS, se quedó sin trabajo en el proyecto que había tratado de mimar, y aceptó una de esas tentadoras ofertas de Google, que sabe captar la atención de gente con talento en distintas áreas. Y ahí comenzó a fraguarse la solución a muchos de los problemas de Android.

En octubre de 2011 se presentaba al fin el resultado de ese nuevo esfuerzo de Google. Android 4.0 Ice Cream Sandwich llegaba al mercado, y lo hacía con una gran carta de presentación. Sin embargo, ICS llegaba también con las limitaciones tradicionales del proyecto de Google: su implantación masiva sería muy, muy lenta, y se iniciaría con el nuevo smartphone estrella de la plataforma Android, el Galaxy Nexus fabricado por Samsung. El resto de terminales Android tendrían que esperar, y de hecho, la mayoría de ellos ni siquiera tendrían la oportunidad de disfrutar oficialmente de este nuevo sistema operativo, que tiene, como era de esperar, ciertos requisitos hardware.

Y sin embargo, algunos cambios merecen ciertos sacrificios. Y este es uno de ellos.

Android 4.0 Ice Cream Sandwich es un salto cualitativo dramático en la evolución de Android, y buena parte de ello se debe a la renovada interfaz de usuario, que ofrece muchas e importantes mejoras en apartados muy relevantes que han hecho que la usabilidad general de Android gane muchos enteros.

¿Que cómo lo sé? Pues porque ahora mismo tengo instalado Android 4.0 en mi HTC Desire, algo que ha sido posible gracias, como casi siempre, al esfuerzo de los gurús de XDA Developers, que han aprovechado la liberación del código fuente de Android (o, al menos, de la parte que libera Google) para desarrollar ROMs personalizadas para diversos dispositivos, y, entre ellos, para el HTC Desire.

Instalar la ROM es exactamente igual que en el pasado, así que los aficionados a probar ROMs no tendrán muchas dudas. Los que queráis iniciaros en el proceso tenéis toda la información disponible en los foros de XDA Developers, así que seguid las instrucciones, que yo no voy a indicar aquí porque no es el objeto del artículo. El resultado es lo que importa: tras unos minutos de limpiar particiones de sistema, instalar la ROM y completar el asistente de instalación, tenía en mis manos un dispositivo con Android 4.0 (o más bien, con Android 4.0.1).

Los cambios comienzan desde el primer momento con esa curiosa tipografía llamada Roboto creada por y para Android 4.0, y que dota a ICS de su propia personalidad. El sistema de bloqueo de pantalla -que ya se había visto en ROMs personalizadas-  y el escritorio inicial ya hablan bien de esos cambios: en primer lugar, el buscador integrado de Google está presente en todos los escritorios virtuales, y en él encontramos otro de los símbolos de identidad de ICS: el reconocimiento de voz, que si bien no es tan ambiciosa como la que ofrece Siri en iOS 5, si apunta maneras, y lo hace de una forma excepcional.

Ese reconocimiento de voz no es en realidad novedoso, porque ya era posible dictarle textos a nuestro smartphone Android a través de la búsqueda por voz de Google, pero ahora se ha pulido el sistema para que interactúe de forma nativa con muchas aplicaciones como Gmail (por cierto, cuidado, desactivar en Gmail la descarga de adjuntos, que está habilitada por defecto y que llena la memoria del smartphone muy rápido) o Android Market. Entre otras cosas, el dictado ahora es continuo, el micrófono queda abierto hasta que digamos lo contrario, y aunque es necesaria conexión a Internet -como antes- podremos hablar con total normalidad y el nivel de reconocimiento y su precisión es sencillamente sorprendente… ¡sin entrenamiento previo!

Gmail o Maps muestran también esa vocación de Google por mejorar la interfaz de usuario, y lo hacen con algo que yo ya había mencionado en aquel estudio de usabilidad: la presencia de accesos directos en la parte inferior de la interfaz a ciertas funciones que evitan tener que estar pulsando la tecla Menú en todo momento: la usabilidad, ya solo con este pequeño factor, se ha mejorado de forma brutal.

También ha mejorado la gestión de la multitarea en Android 4.0: manteniendo la tecla Home aparece una lista de miniaturas con las tareas abiertas en segundo plano. Desplazando cualquiera de esas miniaturas a la izquierda con un gesto táctil lograremos cerrar esa tarea. Fácil y efectivo, además de visualmente logrado.

Otras mejoras visuales afectan al sistema de notificaciones -mucho más cuidado, aunque ya había visto cosas similares en ROMs personalizadas- o a la presentación de contactos, mucho más cuidada. Por cierto: al fin tenemos fotos a pantalla completa cuando nos llaman, como en el iPhone, lo que hace que las viejas miniaturas que solíamos utilizar para los contactos en Android «pre-4.0» queden pixeladas.

El navegador es otra de las aplicaciones con cambios singulares, pero es la que más me ha decepcionado: la velocidad es limitada en la ROM que estoy utilizando (que han llamado, simplemente, ICS for Desire BETA 1.0.3), aunque supongo que es cuestión de ajuste fino. Hay cosas curiosas, como la gestión de pestañas, aunque la de marcadores tampoco me acaba de convencer. Chrome para Android está cerca -los propios desarrolladores de Google lo han confirmado- pero hasta el momento tendremos que aguantar con Browser, o en su defecto, con cualquiera de las alternativas disponibles.

La conclusión es la que indicaba al comienzo: Android 4.0 no es ahora mismo del todo usable en mi HTC Desire, y es probable que vuelva a MIUI durante una temporada, pero tenía demasiada curiosidad para aguantar. Además, hay cosas importantes que no funcionan -la cámara, un obstáculo claro, y no parece que haya solución a corto plazo- pero con todo y con eso, Android 4.0 es un fantástico avance en la usabilidad y el aspecto visual de la plataforma móvil de Google.

Os dejo con algunas capturas más de un sistema que, por fin, puede competir de tú a tú con iOS en usabilidad.