Mira que soy friki para muchas cosas, pero lo cierto es que eso de utilizar Internet a través del móvil o incluso a través del módem 3G me daba palo. Las tarifas de datos eran hasta no hace mucho bastante prohibitivas, y en los tiempos que corren uno tampoco puede estar dándose demasiados lujos… aunque reconozco que de cuando en cuando me doy algún que otro caprichito, ya sabéis 🙂

Soy usuario de Simyo desde hace tiempo: no me imponía un gasto fijo, y si quería usar Internet podía hacerlo por un euro al día como máximo. Esa era mi tarifa hasta hace poco, pero hace un mes descubrí gracias a uno de mis compis de trabajo (¡ese Matu!) que varias operadoras estaban ofreciendo planes y tarifas móviles de voz y datos bastante mejores de las que yo estaba usando.

El caso es que pasé de tener una tarifa de 8 céntimos minuto sin cuota fija al mes y con el citado euro/día por conexión a Internet como máximo, a una tarifa de 5 céntimos minuto con un fijo de 7 euros/mes y con un límite de descarga de 300 Mbytes que puedes racionar como quieras. Y 300 Mbytes desde el móvil son muchos Mbytes… al menos para mí.

De hecho, he descubierto un pequeño nuevo mundo en el que conectarme cuando y donde me apetezca ya no me echa para atrás: los 300 Mbytes dan para mucho, y consultar el correo, ver mi cuenta en Twitter y navegar por Internet desde mi HTC Desire es algo totalmente accesible… y «gratuito».

El único miedo que tenía era, claro está, el de cuánto se consume normalmente con un uso «coherente» de Internet móvil. Teniendo en cuenta que no necesito conectarme vía 3G todos los días ni todo el día, lo cierto es que mi consumo es bastante bajo, pero aún así le he dado toda la caña que he podido este mes y no he pasado de los 100 Mbytes.

Y en esos incluyo la descarga de aplicaciones, de alguna que otra canción (probad AReGo y flipad), y de adjuntos que llegan con el correo. Pero por lo demás, tráfico normal de navegación web, visionado de correos y de tonteo con Twitter, mi admirado y redescubierto servicio web 2.0.

Este fin de semana incluso realicé una prueba curiosa: puse en marcha Google Maps Navigator desde Soria a Madrid, casi todo el camino. Ya sabéis que Google Maps Navigator funciona fantástico como GPS, pero lo malo es que necesita conexión a Internet para ir descargando los mapas y demás. En una hora y mucho de camino y más de 150 Km, ¿sabéis cuánto consumió? 4 Mbytes. La cosa ya no parece tan grave, ¿verdad?

Lo mejor de todo es que hay una pequeña aplicacioncita de Android Market-seguro que hay más- que permite saber en todo momento qué consumo lleva uno, además de poder establecer límites para no pasarse de la raya. Y funciona como un tiro. Se llama 3G Watchdog y con su pequeña interfaz me permite saber si la cosa peligra o no. Fantástico.

Así pues, estoy redescubriendo esto de la movilidad e Internet, y estoy encantado con el tema. Sé que hay tarifas interesantes por ahí (PepePhone o Másmóvil son especialmente agresivos, por lo que yo sé), pero por ahora yo mantendré todo tal cual está. Ya se sabe. Cuando una cosa funciona, no la menees.