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Distros Linux y tarros de mermelada: ¿Es malo tener demasiadas opciones?

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«Cuando Sheena S. Iyengar era una estudiante de Psicología Social en la Universidad de Stanford en 1990, le gustaba visitar el Mercado de Draeger en el cercano Menlo Park. Aunque es ciega, Iyengar, una mujer pequeña con un pelo negro intenso, se sorprendía por la multitud de productos en oferta: 3.000 libros de cocina, 500 variedades de productos, 250 tipos de quesos, 150 vinagres, 75 aceites de oliva, y casi 250 mostazas. Como buena degustadora, se divertía probando en las docenas de puestos dispersos por la zona. Sin embargo, pocas veces compraba algo – y eso la dejó muy extrañada».

Ese es el principio de un artículo en el Chronicle Review que habla de Sheena Iyengar, una investigadora responsable de un libro llamado The Art of Choosing. Ese libro es el resultado de un curioso experimento que Iyengar llevó a cabo poco después de aquel acontecimiento y que sirve de base para este artículo:

«[Iyengar] persuadió al dueño de la tienda para dejar que colocara un puesto de pruebas de producto cerca de la entrada. Cada pocas horas, el puesto alternaba entre ofrecer 6 y 24 sabores distintos de mermelada. Los resultados fueron sorprendentes: la mesa con 24 sabores atrajo a más gente, pero la mesa con seis sabores impulsó más a la gente a comprar (el 30% de los que pararon en la muestra con seis sabores acabaron comprando un tarro, mientras que solo el 3% de la mesa de 24 sabores acabaron comprando uno)».

Y aquí llega la reflexión. ¿Es malo tener demasiadas opciones? ¿Pasa lo mismo con los tarros de mermelada que con las distribuciones Linux?

Para responder a esa pregunta os convendría leer el artículo que en realidad ha originado este post. En el Financial Times un tal Tim Harford escribió hace meses un artículo titulado «Given the choice, how much choice would you like?» («Dada la capacidad de elegir, ¿cuánta capacidad de elegir os gustaría tener?«).

En aquel artículo Harford nos introduce precisamente en aquella primera investigación de Iyengar y de su colega, Mark Lepper, que trataron de estudiar la influencia de las opciones en los hábitos de la gente. Lo curioso es que nunca pudieron consolidar esos resultados. Ni ellos, ni nadie más.

De hecho, otros psicólogos citados en el FT trataron de repetir ese experimento y unirlo a una docena más de estudios que precisamente trataban de analizar si tener pocas o muchas opciones producía ciertos efectos positivos o negativos. ¿Es malo tener opciones? O mejor dicho: ¿es malo tener muchas opciones?

No lo parece, a juzgar por varios ejemplos de la vida real. Starbucks, por ejemplo, presume de tener 87.000 combinaciones de bebidas, y nuestros supermercados están plagados de los mismos productos de distintas marcas. Sin embargo el estudio de Iyengar tuvo una repercusión impresionante: los grandes medios económicos y financieros lo tomaron como referencia, y pronto aparecieron recomendaciones al respecto en informes internos de empresas consultoras que acabaron -como en el caso de McKinsey & Company, con la famosa regla de 3×3, también llamada «Magic of Three»:  nunca le presentes a un cliente más de tres opciones al mismo tiempo.

Ahora bien: ¿es malo tener más de 300 distribuciones Linux activas? (1)

Pues la respuesta es idéntica. No. Ese inmenso número de opciones puede resultar «desmotivador» -como dicen en el Financial Times- para ciertos usuarios, pero los resultados de las pruebas demuestran que no hay una combinación clara que dé como resultado que muchas opciones sean malas. De hecho, lo peor es no tener opciones: eso resulta en un producto de pero calidad… tarde o temprano.

Es cierto que si yo fuera un usuario novel y quisiera comenzar a conocer Linux me gustaría que me presentaran tan solo 6 o 7 distribuciones sobre el tapete. 6 o 7 tarritos de mermelada para poder decidir de forma algo más controlada. Probar un poquito una u otra, y tomar el camino que considere adecuado. Si en ese mismo tapete me enseñaran 100 distribuciones Linux en sus bonitos CDs probablemente sacase una foto para publicarla en Flickr, pero probablemente también acabaría no probando ninguna de ellas… sólo por pereza.

Pero eso siempre sería preferible, desde luego, a no tener opciones. Eso sí es malo. Y mucho.

No puedo dejar de recomendaros que os leáis el prodigioso artículo del Chronicle antes citado, y también el del Financial Times, mucho más cortito, pero que resume esta cuestión de forma clara y concisa.

(1) 315 activas, 661 en total a día de hoy, según los números de Distrowatch.

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6 comentarios en “Distros Linux y tarros de mermelada: ¿Es malo tener demasiadas opciones?

  1. Adri dice:

    Por una parte, te doy la razón, pero por otra parte, no.
    Te doy la razón porque pienso igual: hay muchas distribuciones, cualquiera hoy en día puede hacer una propia y publicarla. Me parece bien que hagan distribuciones para distintos ámbitos (normales (por así llamarlas), livianas, etc.), pero que salgan 10 que ofrecen prácticamente lo mismo, no lo veo normal. Para auto-aprendizaje sí, pero publicarla, no, ya hay 10 más que hacen lo mismo, pero bueno, de eso se trata la libertad, cada uno puede hacer lo que quiera.
    Por otra parte, no te doy la razón cuando comentas que se muestren sobre el tapete 100 distribuciones. Vale que se pueda hacer, pero sí existen 6 o 7 que son las más representativas, por poner unos ejemplos: Debian, Ubuntu, Fedora, OpenSUSE, ArchLinux, Linux Mint.
    Unas más fáciles (Ubuntu y Fedora, de las que he probado, aunque Linux Mint es como Ubuntu, e incluso más fácil al incluir códecs restrictivos ya instalados que un usuario novel no sabría instalarlos al principio), otras más difíciles (ArchLinux), pero ya tienes 6 o 7 entre las que elegir, y no 100. Las otras son como «especiales». Si tienes un ordenador viejo, busca una «especial», liviana, porque Ubuntu puede que funcione bien con GNOME, pero no tan rápido como si usas LXDE, por ejemplo.

    Bueno, me he extendido mucho, pero quería explicarme bien.

    Saludos!

  2. Sobre la mesa tenemos las mismas distribuciones de toda la vida, Debian (.deb y repositorios apt) de esta se deriva una innumerable cantidad de distribuciones, Ubuntu incluida, que más que un gran aporte se crea porque no podían controlar lo incontrolable «debian».

    RedHat las basadas en rpm, es decir RedHat Package Manager, aunque ahora han cambiado el acrónimo para que otras distros se sientan cómodas.

    SUSE Linux que a pesar de estar basada en RPM cabe mencionarla porque impulsó como ninguna otra el escritorio, hoy y siempre, toda la innovación en desktop se le debe a esta distro, desde un KDE estable y bonito hasta hoy un gnome firme y delicado e incluso compiz que son los efectos gráficos que tanto disfrutamos y de los que nos jactamos hoy en Linux.

    Por último Slackware que no es para gente muy nueva en el uso de linux, pero definitivamente es un hito real en el mundo Linux.
    (cabe mencionar en voz baja a Gentoo, que no es diferente de las otras, solo que complica todo un poco más y hace alarte de lo que siempre hemos podido hacer en Linux, compilar todo el sistema).

    Cualquier cosa fuera de estas cuatro distros Linux es un derivado que está disponible para propósitos particulares, incluso hoy en día puedes hacer tu propia distro basada en openSUSE con increíble facilidad a través de Suse Build Service.

  3. Sin dos dedos de frente. dice:

    Seamos realistas:
    – Tener muchas opciones donde escoger nos gusta a todos y es de agradecer. Pero ¿Es deseable?

    Sin duda en el campo del linux no lo es. Lo importante es:
    – Tener un entorno conocido y estandar. Que en todas las distibuciones este todo en el mismo sitio y funcione de la misma manera.
    – Tener portabilidad. Es decir que cualquier aplicacion instale en cualquier sistema (dentro de sus limitaciones)

    Esto no se cumple en linux por culpa de la enorme cantidad de distribuciones que existen. Ademas se duplican los esfuerzos, programando 20 veces lo mismo, aunque de manera ligeramente diferente) y no se invierte en lo importante: un entorno comodo, con baja curva de aprendizaje y que no muestgre las tripas del sistema.

    Linux gozaba de grandes ventajas, como rendimiento, estabilidad y seguridad. Desgraciadamente esto no le interesa al usuario comun:
    – Rendimiento: El hardware actual es barato y va sobrado.
    – Estabilidad: El windows ya es sufientemente estable. Un cuelgue a la semana no preocupa al usuario.
    – Seguridad: ¿y eso para que sirve? se pregunta el usuario medio. Ya tengo antivirus…

    La unica ventaja que le queda es la portabilidad y eso hace que triunfe en sistema embebidos (moviles, tablets y otros dispositivos no x86)

    Ahi esta el futuro del linux, y no en el escritorio.

    i

  4. Cuantas más opciones mejor, otra cosa es que la mayoría de la gente no quiere ni pensar en opciones.
    Pensar en otro mercado, por ejemplo en el automóvil. Preguntar a vuestros padres o abuelos, cuando en España solo te podías comprar un 600 o un Citroen 2CV y los muy pudientes un Seat 1500. Cojonudo, me compro un coche sin pensarlo. Y ahora, tenemos decenas de marcas y cientos de modelos, además muy personalizables, ¿que situación era mejor?

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