Hace unos meses se destapaba una noticia sorprendente: Google confirmaba el lanzamiento de su Nexus One, y lo hacía enfrentándose a todo un segmento que hasta la fecha solo concebía la venta de terminales de forma asociada a las operadoras móviles.

La venta del Nexus One libre a través de la web oficial del producto ha sido un pequeño fracaso en Estados Unidos, donde según GigaOm se han vendido unos 200.000 terminales desde el mes de enero. Teniendo en cuenta el ritmo de ventas de otros dispositivos que se comercializaron con operadoras, la lección aprendida por Google ha sido clara.

Lo explican ellos mismos en un artículo en su blog oficial:

While the global adoption of the Android platform has exceeded our expectations, the web store has not. It€™s remained a niche channel for early adopters, but it€™s clear that many customers like a hands-on experience before buying a phone, and they also want a wide range of service plans to chose from.

Está claro: los usuarios americanos no están preparados para un modelo de venta de terminales libres. Lo quieren todo mascadito, y eso implica que Google tendrá que rendirse a la evidencia y firmar acuerdos con operadoras, como se ha venido haciendo siempre. Lo curioso es que ponen como ejemplo a Europa, un continente que está mucho más preparado para el modelo que ha fracasado en Estados Unidos y en el que seguramente la venta de terminales a través de su web hubiera sido notablemente superior.

En GigaOm afirman que esto ha permitido aprender varias lecciones, y tienen parte de razón:

• Todos somos Santo Tomás: no creemos hasta que no vemos y tocamos. El Nexus One no se podía ver en tiendas, y por lo tanto los usuarios no podían toquetearlo antes de comprarlo. Fiarse de lo que han publicado ciertos blogs no es suficiente para muchos compradores, que quieren tener el producto en sus manos, olerlo y mascarlo antes de comprarlo.
• No hubo campaña de márketing: aunque los frikis obviamente supimos del Nexus One incluso antes de que Google lo lanzara al mercado, el usuario de a pie, el que acaba comprando el móvil, no tuvo conciencia de su existencia porque Google no invirtió ni un duro en darle publicidad. Verizon invirtió 100 millones de dólares en la campaña de márketing del Morotola Droid, y esa fue, con mucha probabilidad, una de las razones por las que en los primeros 2 meses y medio de vida de ambos terminales el Droid se vendió 9 veces más que el Nexus One.
• La gente es tonta o, como mínimo, perezosa: comprar un terminal libre es en muchísimos casos más barato a largo plazo que comprar el terminal asociado a un contrato. Un estudio realizado en BillShrink dejó claro que el coste total de tener un Nexus One a lo largo de los 2 años de contrato (con el mínimo contrato posible) a los que obligan las operadoras en Estados Unidos era de 2.099 dólares, frente a los 2.359 dólares del iPhone 3GS, los 1.829 dólares del Palm Pre o los 2.599 dólares del Motorola Droid. Teniendo en cuenta que el Nexus One cuesta 529 dólares libre, eso impone un gasto adicional de 1.570 dólares, que dividido entre 24 meses da como resultado 65 dólares al mes. ¿Cuánta gente gasta eso al mes? Sé que hay muchos usuarios empresariales que usan mucho su terminal, pero se podría ahorrar muuucho dinero con un uso más comedido y coherente del terminal. Cierto que yo no llamo demasiado y puedo ser un caso del extremo «barato», pero además del ahorro, están las limitaciones que impone el estar ligado a una operadora nada menos que dos años, en los que pueden pasar muchas cosas.

Personalmente creo que la marcha atrás que ha dado Google es una verdadera penita, pero está claro que los negocios son los negocios, y a Google no le ha funcionado su apuesta. Qué lástima.