Tecnología

El MacBook Air M1 ya es mío (cinco años después)

Pues sí. Me he comprado un MacBook Air. Uno básico de hace cinco años en su configuración de 8 GB de memoria unificada y 128 GB de SSD. ¿Por qué lo he hecho? Fácil:

  1. Mi Dell XPS 13 sigue dando guerra, pero es ya casi propiedad de mi hija mayor.
  2. Me venía bien y sobre todo me apetecía tener un portátil propio.
  3. No necesitaba nada súper última generación. Tras investigar un poco me di cuenta de que este equipo seguía siendo muy válido para usos decentes, que son los que yo voy a hacer del equipo.
  4. Y no quería invertir mucho. De hecho, me ha costado 356 euros al cambio comprado en Amazon USA reacondicionado. Aquí no había precios similares, así que le pedí a un familiar que vive allí y se venía que me lo trajese.

No hay mucho más que contar. En realidad es un poco capricho porque no necesitaba realmente el equipo y me podía apañar con el Dell XPS 13, pero por 350 euros soluciono esos pequeños casos de uso y además lo hago con un portátil que, reconozcámoslo, le da mil vueltas a mi buen XPS 13.

Apenas he hecho nada con él aún. De hecho, este post es el primer uso «real» que hago del portátil, que llegó ayer por la tarde a mis manos. Lo primero que he hecho es actualizarlo a macOS Tahoe 26 —de momento no noto demasiado lo del Liquid Glass— y también descargar algunas aplicaciones clave de mi día a día (Cinch, Rectangle, Karabiner, Alt-Tab) que uso constantemente en mi Mac mini M4. Pensé en migrar desde este al MacBook Air, pero un primer intento me dejó claro que no era lo ideal: no necesito tener una copia del Mac mini, solo poder trabajar igual, y parece que no será difícil lograrlo.

Espera. Estoy mintiendo. Lo primero que he hecho es cambiar dos preferencias que me revientan de los Mac. La primera, lo de poder hacer un «tap» ligero con el dedo en el trackpad como click izquierdo del ratón, que no haya que presionar del todo el trackpad. La segunda, aún más irritante, desactivar la opción de desplazamiento natural. Para mí lo natural es que si muevo dos dedos hacia abajo en el trackpad el scroll vertical sea hacia abajo. Qué manía con que lo natural sea lo contrario, carallo.

Un detalle importante. En Amazon ponían que el estado de este producto reacondicionado era «Excellent», y doy fe de que así es. De hecho alucinad, porque solo se ha recargado la batería 82 veces en todo este tiempo según el informe del sistema y la batería está al 94% de su capacidad máxima. Maravilloso. La pantalla está impoluta y no hay símbolos de daños estéticos en ningún lado, teclado y trackpad perfectos, puertos parece que van bien (lástima no tener un USB-C en el lado derecho), y en fin, todo casi casi como si fuera nuevo. Un chollete, vaya.

El teclado, por supuesto, está en inglés. Eso no es un problema para alguien que como yo apenas lo mira cuando escribe, pero es cierto que tendré que acostumbrarme a ciertos pequeños detalles como el de la tecla Intro de los teclados ANSI, o el hecho de que la tecla Ñ no está aunque en realidad sí lo esté. Son pequeñas molestias que tampoco plantean un gran problema. Menos mal que soy un superviviente nato, fiu.

¿Me tentaban otras configuraciones? Claro. Se ha hablado mucho de que los 8 GB de memoria unificada se quedan cortos, pero aquí hablo por experiencia: usé un Mac mini M1 durante varios años con 8 GB de memoria y casi nunca tuve grandes problemas. Mi uso de este equipo va a ser bastante más esporádico, así que la cosa me importa aún menos. Además, ya hice el upgrade al Mac mini M4 hace unos meses (16/256GB) y ese equipo se ha convertido en un estupendo equipo de trabajo para el día a día.

Total, que estoy y creo que estaré encantado con este MacBook Air al que de momento ya le he encontrado una agradable sorpresa: el botón de encendido es también un sensor Touch ID —confieso que no lo recordaba cuando lo encargué— así que en estas pocas horas con él ya he comprobado que lo de no tener que introducir contraseñas y usar el sensor de huella dactilar en su lugar es un inventazo. Qué cosa tan tonta, y qué practiquísima. Nunca había tenido algo así en mis equipos, y teniendo en cuenta que soy bastante maniático con las contraseñas (uso KeePassXC), esto es un antes y un después.

Seguro que iré descubriendo alguna que otra pijadita más en el equipo, pero la verdad es que las primeras impresiones son sorprendentes. O quizás no, porque confirman lo que yo ya sospechaba sabía: que el Apple M1 es un chip tan brutal que incluso cinco años después el MacBook Air M1 tiene mucho, mucho, mucho sentido.

Y más si te cuesta unos míseros 350 euros.

Que está muy bien comprarte lo último de lo último si tienes margen y si realmente lo vas a aprovechar —invierte en aquello que usas—, pero mi caso de uso era distinto, así que ya sabéis: viva la tecnología duradera.

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