En alguna ocasión me he preguntado cómo sería vivir en la misma época que Albert Einstein. O en la de Sir Isaac Newton. O en la de Galileo Galilei. La mayoría de sus coetáneos probablemente no alcanzaban a entender la dimensión de su trabajo. Algunos sí, claro, pero para muchos esos genios serían otras cosas que pesarían sobre la opinión pública que entonces existía sobre ellos.
Newton, por ejemplo, usó su influencia en la Royal Society para quitarle el mérito a Leibniz y apropiarse de la invención del cálculo. Era un tipo obsesivo que llegó a obsesionarse con la piedra filosofal y según las crónicas era un tipo asocial y cabezón. Nadie se acuerda de eso.
Galileo pasó olímpicamente de sus hijos, no se llevaba muy bien con sus colegas científicos —con los que rápidamente entraba a la gresca— y usaba el sarcasmo para ridiculizar a sus oponentes intelectuales. Nadie se acuerda de eso.
En cuanto a Albert Einstein, llegó a crear un borrador antes de casarse para establecer condiciones que le permitieran distanciarse emocionalmente de su mujer y sus hijos —acabó divorciándose, sorpresa— y su tardía fama hizo que se volviera algo arrogante —lógico— y rechazara ideas nuevas, como las que planteaban físicos más jóvenes como las de Bohr y Heisenberg, que oye, algo sabían. Nadie se acuerda de eso.
En fin. Que todos tenemos nuestras manías, y los genios, más. Probablemente por eso son genios: porque ven las cosas distintas a como las ve el resto del mundo. No les comprendemos, pero no importa: ellos acaban pasando a la historia mientras el resto nos limitamos a pasar desapercibidos. Ellos son inmortales.
Y uno de esos genios locos es, por supuesto, Elon Musk. Lo explicaba muy bien David Heinemeier Hansson en su post de ayer, titulado «To the crazy ones«, en referencia clara a aquel poema-discurso utilizado por Apple en su campaña publicitaria ‘Think Different’. Hoy, de hecho, todos nos hemos quitado el sombrero ante Musk. Lo que ha logrado con SpaceX y la Starship, que ha logrado retornar a la Tierra y ser cogida al vuelo por la ‘Mechazilla’ en una maniobra rocambolesca, es una absoluta locura. Algo que está al alcance de muy poca gente. Como dice Heinemeier Hansson, «Musk está loco. Es uno de los locos. Uno de verdad. Fácil de odiar, imposible de ignorar».
Lo es. Es un bocachancla, un tipo que no para de hacer y decir burradas en Twitter y allí por donde pasa. ¿Y sabéis qué? Que a pesar de todas sus locuras, sus meteduras de pata y sus discutibles ideas políticas o morales es un genio. Y por eso mismo Musk pasará a la historia. ¿Qué pasará con todo eso que le rodea, sus ideas, sus relaciones, su forma de interactuar con el mundo?
Que nadie se acordará de eso.
Totalmente de acuerdo, totalmente.
Es un pensamiento que me rondaba la cabeza casi desde un principio, y en cuanto me aparece la duda de que si es un genio o no, va y siempre hace algo más difícil todavía.
Así es.
Es cierto que es una locura lo que están consiguiendo sus empresas y lo que este tipo ha liderado e impulsado. Pero, en comparación con con los otros genios que mencionas ¿qué parte de responsabilidad tiene cada una de esas personas en «sus» logros, y qué parte se debe al buen trabajo de un equipo? Aunque estoy convencido que, de un modo u otro, los otros que comentas no trabajaban solos y también tenía un equipo, se me antoja que el equipo (las empresas) de Musk, es mucho más grande y numeroso que la de los otros genios que mencionas.
Es una buena apreciación. E importante, porque Elon saca mucho partido de todo el talento que contrata y que exprime a tope. Seguro que hay gente validísima en sus empresas que no pasará a la inmortalidad a pesar de que sus contribuciones son brutales, pero ocurre siempre y es una pequeña tragedia. Es cierto que en los casos que menciono el mérito era mucho más individual, desde luego. Bien apuntado Hitnas.
Totalmente de acuerdo, pero no puedo evitar recordar la famosa frase: «Cuando en el mundo aparece un verdadero genio puede reconocérsele por este signo: todos los necios conjuran contra él» de Jonathan Swift. Yo la descubrí al leer La conjura de los necios.
Hay multitud de ejemplos de genios en una faceta que han sido tipos dudosos o directamente despreciables en el trato con sus semejantes: futbolistas, pintores, músicos o matemáticos. Se dice de Ronald Fisher, al que se puede considerar el fundador de la estadística moderna, que era un tipo mezquino y rencoroso que con su influencia condenó al ostracismo a varios colegas que contradecían algunas de sus ideas, que era abiertamente racista, partidario de la eugenesia abogando por la esterilización de los pobres, y que conspiró con las tabaqueras para negar que el tabaco causa cáncer.
Pienso que a Musk será al siglo XXI lo que Henry Ford lo fue a siglo XX. Otro industrial que cambió el mundo pero tampoco era un santo precisamente.
Pues sí. Una cosa es lo que logran y otra muy distinta cómo son. No parece que haya muchos genios locos que sean normales. Pero claro, están locos. Es lógico que no sean normales 😛
Entonces ¿También Steve Jobs era un genio? No inventó nada, tuvo vista comercial sobre lo que podía venderse bien. Los inventores eran sus subordinados.
Pues Musk, igual. Ha sabido invertir, punto.
Eso también me parece. Sin duda pasará a la historia, pero como genio? Yo creo mas bien como personaje controvertido. El tiempo lo dirá.
Yo a Musk le pondria mas bien junto a Edison que con los que comentas. Aparte de eso, totalmente de acuerdo con lo que dices. El mismo Edison era bastante negrero, no invento la bombilla realmente y nadie se acuerda de eso ni de Tesla.
Ironicamente Musk llama Tesla la su empresa de automoviles, cuando mas bien deberia llamarla Edison.