Hace unos meses planteaba aquí que mi próximo monitor probablemente no sería un monitor, sino una Smart TV OLED. Tras investigar un poco y ver varios vídeos que incluía en aquel artículo, me preguntaba si ese no sería el paso lógico tras estos años usando mi Dell UP2715K.
Estoy súper contento con él, pero me preguntaba si quizás no sería momento de pensar en un salto a una tele grande y que pudiera aprovechar en formato 4K nativo. Y ya puestos, lo suyo era aprovechar una tele OLED con conector HDMI 2.1, lo que teóricamente haría que todo fuese estupendo.
El caso es que los meses pasaron y LG anunció que presentaba sus nuevas LG C2, una iteración de sus modelos del año pasado que sobre todo me interesaba porque por primera vez ofrecen un modelo de 42 pulgadas. Grande como monitor, pero bastante asumible si tienes espacio en la mesa.
Lo mejor de todo es que gracias a mi trabajo en Xataka he tenido la oportunidad de probar la LG C2 como monitor de trabajo. Han sido unas tres semanas aproximadamente, y cuando me lo trajeron tenía muchísimas ganas de probarlo y grandes expectativas. Casi casi estaba reservando ya los 1.000 euros que me iba a costar el invento si al final me decidía a intentar pillarla por ejemplo en el Black Friday. ¿Qué pasó?
Pues que lo de usar la LG C2 como monitor ha sido una decepción.
Lo cuento todo en mi «experiencial» en Xataka y no quiero repetirme mucho, pero lo cierto es que ya desde el primer momento noté que algo fallaba. Lo más importante, que usar la resolución nativa 4K era para mí problemático. Con esa diagonal pensé que lo iba a ver todo estupendo, pero no era así. No se veía mal, pero la calidad y definición de los textos —que es lo que a mí me importa para trabajar— no tenía nada que ver con la que disfruto en el Dell.
Era posible trabajar en 4K, sí, pero ese área de trabajo tampoco me aportaba nada realmente especial de momento salvo en alguna ocasión puntual. Por ejemplo, para presentaciones de producto con el vídeo acompañando a las dos ventanas de navegador que suelo tener en pantalla, y para alguna cosilla más. Más allá de eso lo que acabé haciendo siempre fue usar el escalado y apostar por una resolución «segura» QHD de 2.560 x 1.440, que es precisamente la que uso en mi monitor de Dell.
La diferencia es que el escalado de 4K a QHD es sensiblemente peor que el 5K a QHD: este último es justo un 200% y la precisión de las tipografías y elementos visuales es alucinante. Ya lo he dicho antes: es como si no leyera el texto de un monitor, sino de una pegatina.
A eso se unen molestias adicionales: la tele se apagaba y encendía inmediatamente con un flashazo como si algo estuviera mal. Creo que era algo de la configuración HDR, pero no estoy muy seguro. Eso se unía a tonterías como el hecho de que en cuanto encendía el Mac mini M1 la tele no se encendía sola, no detectaba que había una fuente que quería mostrar imagen en pantalla: tenía que darle yo al encendido de la tele para empezar a trabajar.
También conecté el PC de sobremesa con Windows 11 a la tele, claro. Me eché alguna que otra partidita y trabajé con él un buen rato, pero la cosa tampoco es que fuera para tirar cohetes. El escalado HiDPI era mejor —los Mac tienen problemas con esto porque Apple es bastante pija con la densidad de píxeles, por lo visto—, pero como digo la cosa no era impresionante.
¿La conclusión? Pues que para alguien con mi perfil, que sobre todo lee y escribe, lo de pasar a un monitor OLED no tiene sentido. No con esas prestaciones ni con ese precio. Parece que mi Dell UP2715K me va a acompañar bastante tiempo, porque el paso lógico sería hacerme con un monitor tipo Pro Display XDR de Apple.
La otra opción sería el Dell UltraSharp UP3218K, que oye, cuesta 4.275 euros (soporte incluido, ¡yeeha!) y que también ofrece unas prestaciones estupendísimas para luego jugar con el escalado. Esa diagonal de 32 pulgadas de ambas propuestas es la que más me llama la atención, pero creo que me voy a quedar sin disfrutarla: soy de invertir en aquello que uso, pero no tanto.
Larga vida al Dell UP2715K y su maravillosa resolución 5K. Sin duda, una de las mejores compras tecnológicas que he hecho en mi vida.
Por estas cosas (lo que dices de tu monitor) es por las que algunos defendemos que cuando la gente valora un iMac sin tener en cuenta la pedazo de pantalla que tiene en el precio, no lo está valorando bien. Ni digamos de los M1, que si sale uno de 27´´(o su equivalente al reducir marcos) sería un bombazo para mucha gente que lo está deseando.
Ojo cuidao que los iMac M1 no tienen esa pantalla Retina 5K, sino una «4.5K» que no es lo mismo y además es 24″, algo corta para mi gusto. A la espera de que saquen los iMac M2 de 27 con Retina 5K, esos serían una opción, pero claro, saldrán por unos 2.000-2.500 euros como poco. Inviables en mi opinión.
No podrás decir que no te avisé. 🙂
Como ya te comenté en otra entrada de esta misma temática yo monté una tele de 43″ como monitor de trabajo. Al final no terminó de cuajar porque quizá faltaba un poco de distancia y al destinatario se le hacía muy grande. Aún así creo que para su flujo de trabajo era una solución estupenda porque venía de 1080p y necesita manejar muchas ventanas: correo, internet, hoja de cálculo, procesador de texto… Al final es como tener 4x monitores de 21,5″@1080p pegados en cuadro, lo cual es alucinante, lástima que la falta de distancia lo llegase a hacer incómodo.
Pero tu caso es diferente, porque tu vienes de una resolución incluso mayor en un tamaño mucho menor, por lo tanto es evidente que lo que es definición ibas a perder. En mi experiencia al pasar a 4k todo se ve mucho más nítido: configuras Windows a resolución nativa y luego aumentas el tamaño de los elementos a tu gusto. El resultado a mi modo de ver es impecable, pero volvemos a lo mismo, viniendo de 1080 estoy viendo 4x más resolución en 4″ menos a la misma distancia y aún así soy capaz de distinguir píxeles si me acerco 5cm con un poco de esfuerzo (mi agudeza visual es muy buena aunque ya tengo una edad). Si encima dices que el Mac se pone especialito con el escalado pues el «desastre» está asegurado.
Al final para tener más o menos la misma nitidez necesitarías uno de los nuevos paneles 8k, pero falta mucho para que metan esa resolución en 40-50″ si es que alguna vez lo hacen. Según lo veo yo una opción menos lejana podría ser los nuevos monitores OLED que empiezan a aparecer en diagonales «de ordenador», pero de momento los precios son prohibitivos.
De momento lo tienes muy negro para mejorar lo que usas (por un precio no disparatado), así que paciencia.
Aún así tenía otras expectativas respecto a lo de la tele OLED. La distancia era buena así que las 42 pulgadas no me «asustaban» en ningún momento. Pero vamos, está claro que hoy por hoy no son una buena opción, al menos para mí.
Diría que más que paneles 8K —que también, pero más lejanos— la esperanza a corto plazo es que algún fabricante lance tb paneles 5K/6K (como los del Pro Display XDR) en 32-34 pulgadas. Los monitores OLED igual pueden plantear alternativa con una buena diagonal, pero tras esta experiencia ya no estoy tan seguro. Mi gozo en un pozo.
O quizás no: mi Dell UP2715K es una maravilla así que oye, a disfrutarlo más tiempo.