Evento intenso el de ayer de Apple, que sigue marcando ritmos de forma imperial no ya en el ámbito de los iPhone o los iPad, sino también en del unos Mac que han logrado salvarse de la irrelevancia y recuperar un interés brutal gracias a la nueva era de la familia de chips Apple M1.
Como de costumbre, ayer tuve poco tiempo para digerir nada. Las coberturas de estos eventos son complicadas porque quieres publicar rápido y bien (las quejas con el famoso ‘En desarrollo…‘ son frecuentes, pero es que no hay otra), así que te puedes enterar un poco del hilo general, pero se pierden muchos detalles particulares.
Luego, claro, hay tiempo para repasar qué ha pasado según distintas fuentes, descubrir cosas curiosas —como que Tim Cook llevaba un Apple Watch con correa amarilla, quizás como apoyo simbólico a Ucrania— y reflexionar un poco sobre todo lo presentado. Y como suele ser habitual, voy a dejar aquí algunos apuntes no necesariamente originales, sino más de opinión sobre el impacto y sentido que tienen estos lanzamientos.
iPhone SE (2022)
Primero el iPhone SE (iPhone SE 3, iPhone SE (2022), como queráis llamarlo). Es alucinante cómo Apple logra reciclar un chasis de hace cinco años y hacerlo válido hoy en día. A mí la idea no me disgusta, pero es que soy muy fan de los botones físicos con sensor de huella dactilar. Me flipaba el de mi Xiaomi Mi 6 y es evidente que es algo muy cómodo en los iPhone SE.
La evolución del producto ha sido curiosa y muy justita: en este modelo solo cambia el procesador (Apple A15) y el soporte de redes 5G. Hay opción para optar por un modelo de 256 GB que no existía en el iPhone SE de 2020, y lo que sí aumenta es el precio, que ahora parte de los 489 euros a los 529 euros para el modelo base actual.
¿Qué me parece el invento? Pues bastante meh. Es cierto que el Apple A15 es maravilloso y ayudará a alargar la batería un poco o en las fotos (Deep Fusion, Smart HDR 4), pero si encontráis un iPhone SE de 2020 barato (y puede que ahora aparezcan más frecuentemente), iría a por él. Lo del soporte 5G no es llamativo en muchos casos, y sin cambios en la cámara diría que es mejor ahorrar y optar por el modelo de la generación anterior… o por un Android que os dará más por menos si no os importan móviles de mayor diagonal y sois capaces de dejar la manzanita. El Poco M4 Pro 5G a 211 euros es una opción bastante curiosa, por ejemplo.
iPad Air (2022)
O iPad Air 5, como queráis. Para mí, el producto con mejor precio/prestaciones de todos los presentados (y eso tampoco es que sea mucho decir). La propuesta es calcada a del iPhone SE. Mismo chasis, cambiamos SoC, metemos soporte 5G y a tirar millas. Bueno, aquí además añadieron mejor cámara frontal para videoconferencias y soporte para Center Stage, que está bien pero tampoco es el despiporre tecnológico que parecen querer hacernos ver en Apple.
El caso es que Apple de nuevo recicla a lo bestia procesos de producción y eso sí, mete un Apple M1 como procesador, algo que es una verdadera pasada y que le da a estas tabletas una capacidad brutal para todo tipo de escenarios aunque en realidad sea difícil que puedas sacarles partido. En mi opinión el iPad Pro de 11 pulgadas queda un poco en tierra de nadie —salvo que las cámaras sean cruciales para ti—, y el iPad Pro de 12,9 pulgadas casi también por ser demasiado grande.
No es que sea una tableta barata, pero esos 679 euros son bastante más digeribles que los 879 del iPad Pro de 11 (no digamos nada de los 1.199 del de 12,9 pulgadas), y lo que obtienes en uno frente a los otros es prácticamente lo mismo. Si necesitas algo más que un iPad estándar (y poca gente lo necesita en mi opinión), el iPad Air se convertiría en mi recomendación salvo en casos muy, muy específicos.
M1 Ultra
Absoluto despiporre el de Apple. Antonio Sabán comentaba esta mañana que algo así estaba al caer. Se hablaba desde hace meses de que Apple había «escondido» una banda de interconexión en uno de los extremos de los M1 Max, y todo apuntaba a que podrían combinar dos M1 Max en un mismo chip, y eso es lo que han hecho.
No hay más. M1 Ultra = 2 x M1 Max. Han «enchufado» un SoC al otro, y han logrado el doble de todo. De núcleos de CPU, de núcleos de GPU, de ancho de banda de memoria y (veremos si) de rendimiento. Esa interconexión es además un prodigio en un ámbito: el de la GPU.
Lo comentaban en AnandTech. Nadie había conseguido lograr combinar dos GPUs y que el rendimiento fuera el doble. Siempre se perdía algo (o bastante). Puede que recordéis la época de las configuraciones SLI o CrossFireX: esto es algo así, pero sin aparente pérdida de rendimiento porque esas «dos» GPUs son en realidad una.
Habrá que ver cómo se porta en pruebas de rendimiento independientes, pero todo apunta a que tenemos una auténtica bestia. No tanto en cuanto a su CPU —los datos preliminares indican que ni siquiera en multicore supera a los mejores micros de AMD e Intel— pero atentos de nuevo a su GPU. Una vez más es curioso que tengan esa potencia gráfica y no sea posible aprovecharla para videojuegos.
Mac Studio
Como indico en el titular, estos no son los Mac que estábais buscando. No al menos si sois como yo, usuarios de a pie: para nosotros están equipos más modestos y baratos. Hay unos cuantos disponibles, pero salvo que os sobre el dinero o queráis daros un megacapricho, estos Mac Studio son equipos dirigidos claramente a un sector muy profesional.
¿Dónde veo un Mac Studio aprovechándose? Pues en el despacho de cualquier youtuber de éxito, que suele trabajar con vídeo 4K (u 8K) y que ganará mucho tiempo con esto, o quizás en desarrolladores de aplicaciones y usuarios de soluciones de diseño 3D. La versión de 128 GB de memoria unificada empieza a ser interesante también para quienes necesitan virtualización a tope, aunque aquí suele ser necesaria aún más memoria (quizás no tanta con los M1 y ese tipo de enfoque de memoria).
Así pues, es difícil poder recomendarlo en otros ámbitos porque este es un equipo demasiado potente y demasiado caro para todos nosotros. Me ha parecido fantástica la presencia de todo tipo de puertos de conexión —acabo de hablar de ello en Xataka—, algo que echábamos de menos desde hace tiempo en los Mac y que se está solucionando en los últimos lanzamientos.
Por lo demás, insisto, váyanse a sus casas. Aquí no hay nada que ver.
Apple Studio Display
Los que me conocéis y leéis sabéis el amor que le tengo a los monitores 5K. Tengo un Dell UP2715K desde hace años y estoy encantado con él, y siempre creí que este tipo de paneles acabarían extendiéndose en el mercado. Me equivoqué: solo Apple ha seguido apostando por ellos en sus iMac 5K, y hemos visto muy pocas alternativas: los LG Ultrafine —ahora prácticamente descatalogados— eran de lo poquito que se podía encontrar.
Así que cuando Apple comenzó a hablar de su nuevo Studio Display pensé que esto era lo que muchos esperaban —mi visión ahora es otra, y veo una tele OLED en mi futuro— desde hace años. 27 pulgadas, resolución 5K… todo iba bien, y de repente, ahí se quedó.
Fue entonces cuando Apple empezó a no hablar de otras características esperables, como panel Mini LED o soporte Pro Motion. El monitor vuelve a los pecados del Pro Display XDR, con un soporte que tendrás que elegir antes porque no podrás cambiarlo después —hacerlo, además, vuelve a salir muy caro— y con unas prestaciones que son extrañas.
¿Por qué? Pues sobre todo por la inclusión de ese chip Apple A13 —el de los iPhone 11— que por lo visto se usa solo para que la webcam del monitor funcione a la perfección. ¿De verdad se necesita un chip como ese solo para la webcam? No sé, me escama. Quizás aquí Apple esté pensando en futuras prestaciones que se desbloqueen gracias a ese SoC, pero tenerlo solo para eso me parece un capricho.
Eso se nota en el precio, claro: 1.800 lereles nos querrán soplar por el monitor, y eso hace que dudemos de la futura aparición de un iMac «normal» de 27 pulgadas o del iPad Pro de 27 pulgadas. En el evento de hecho hablaron de que ya solo queda renovar el Mac Pro, así que será interesante ver qué ofrecen ahí para diferenciarlo del Mac Studio. ¿Combinarán dos procesadores M1 Ultra de alguna forma? A saber.
Conclusiones
Apple sigue haciendo las cosas a su estilo: ninguno de los productos presentados ayer me parece especialmente recomendables hoy en día, y creo que existen alternativas más interesantes en todos los nichos de mercado a los que van dirigidos: solo en casos muy específicos parecen llamativos, pero claro, esto es Apple y lo que diga la cabeza no importa: suele importar más lo que dicen el corazón y la manzanita.
Es una lástima, pero entiendo que una vez iniciado el camino con los fantásticos chips M1, esto era de esperar: ya entonces estaba claro que esos primeros chips iban a ser solo el principio, pero lo que tengo claro es que en realidad ese principio era suficiente para la mayoría de los mortales. Muy poca gente necesita realmente los M1 Pro o M1 Max, y menos aún necesita los M1 Ultra.
Eso no quita para que no sea bueno que salgan al mercado, ojo. Los avances que proponen estos chips acabarán siendo lo que usaremos todos en unos (pocos, creo) años, así que la carrera tecnológica debe continuar. Y sin embargo, lo de ayer fue un poco un despliegue de músculo en plan «mirad lo que podemos hacer» que un ejercicio de coherencia.
Dicho lo cual, de todo esto he hablado con Javier Lacort (y Jose García como moderador) en mi primera participación como «hablante» en Twitter Spaces, y la verdad, creo que ha estado curiosete. Son 50 minutos, así que si os apetece escucharlos, ahí lo dejo.
Lo realmente novedoso con Apple últimamente son sus procesadores. De pronto, el iphone SE simplemente porque creo que para ser iphone, tiene una buena relación precio-prestaciones. Pero sigue cometiendo el mismo error de siempre, productos caros en donde pesa mas la forma que el fondo. Para los fanboys de apple, serán la maravilla, pero realmente un mac (o incluso los exageradamente caros iphone de gamas altas) de esas características, es justificable si máximo en un año se recupera el costo de un producto así. PD: ¿otra vez Apple cobrando por un soporte para un monitor aparte?