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«La casa de papel», oro y bitcoins

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Aviso: hay spoilers.

En casa terminamos de ver hace unos días en Netflix la quinta temporada de ‘La casa de papel’. No sé si calificarla como la mejor serie española de toda la historia, pero probablemente sí lo es desde el punto de vista de ambición y producción. No parecía hecha aquí, de lo espectacular que era.

Me ha parecido fantástica, exagerada en personajes y situaciones, pero tan entretenida que eso era totalmente perdonable. La trama central es estupenda y sigue teniendo sentido una temporada tras otra, y eso no es algo que se pueda decir de muchas series con varias temporadas —cough, Lost, cough— y aunque como es lógico tengo mis filias y mis fobias con los actores, hay un fantástico equilibrio general.

Total, que la serie es hiperrecomendable.

Y ahora toca hablar de lo que quería hablar en realidad. En el último episodio de esta quinta y última temporada hay un momento muy importante. Uno que quizás pasa algo desapercibido por ser muy breve, pero que es en realidad una prodigiosa lección de economía.

En un momento dado aparece uno de los muchos flashbacks de la serie. En él están el profesor (prodigioso) y Palermo (algo sobreactuado en muchos momentos, pero igualmente prodigioso), que están terminando de planear este golpe, el más fantástico de la historia. Y entonces pasa esto (¡no veáis el vídeo si no habéis visto la serie!):

— ¿Qué es el oro de un país? —pregunta el profesor.

— Su riqueza —contesta algo inseguro, casi preguntando, Palermo.

— No. Es… una ilusión. Es una ilusión. No sirve para nada. España no paga nada con ese oro, ni una sola transacción. Nada. Es un respaldo psicológico.

Esa última frase es espectacular. No solo por el escenario y el momento en el que se produce, sino porque es una verdad como un templo. Y lo que es cierto del oro es cierto de prácticamente cualquier cosa material.

De hecho la frase me recordó a la novela ‘Sapiens‘, de Yuval Noah Harari, que habla de muchas cosas pero también del dinero y lo que significa para nosotros. En el capítulo 10 de esa novela —aquí hay un largo extracto— él dice lo siguiente:

«El dinero no es una realidad material, es una construcción psicológica… ¿Pero por qué tiene éxito? La gente está dispuesta a hacer esas cosas cuando confía en los productos de su imaginación colectiva. La confianza es la materia prima con la que se acuñan todos los tipos de dinero.»

«El dinero es el único sistema de confianza creado por el ser humano que puede salvar casi cualquier brecha cultural y que no discrimina por motivos de religión, género, raza, edad u orientación sexual. Gracias al dinero, incluso las personas que no se conocen y no confían unas en otras pueden, no obstante, cooperar eficazmente».

Así es. El dinero tiene el valor que nosotros le damos, como el oro, que simplemente es un respaldo psicológico. ¿Por qué la gente paga alegremente 1.000 euros por un iPhone y luego no concibe pagar por leer El País? Pues porque la imaginación colectiva tiene asumido que el iPhone es un producto por el que vale la pena pagar, pero también tiene asumido que oye, ya encontrará cómo leer lo que ha puesto el País de gratis o en otro medio que lo hará igual de medio bien.

En cuanto el profesor dijo esa frase, yo solo pude pensar en una cosa.

Bitcoin.

Bueno, pensé en bitcoin en particular pero en las criptomonedas en general. Cómo tanta y tanta gente reniega de ellas porque no hay nada detrás de esas monedas virtuales. No hay un producto físico, no hay un servicio que beneficie a la humanidad. En la mayoría de los casos y para la mayoría de la gente solo hay una cosa: especulación.

Cuando hablo con gente de criptomonedas, con amigos y familiares, no lo entienden. ¿Por qué un bitcoin vale lo que vale?

Pues porque un montón de gente se ha puesto de acuerdo en que valga eso. Lo mismo que un montón de gente ha validado que el iPhone cueste lo que cuesta —si no fuera así, os lo aseguro, Apple tendría que bajar precios— y lo mismo que un montón de gente tiene claro que la información y el contenido, en la mayoría de los casos, deben ser gratis. Da igual que haya gente detrás creándolo y mimándolo, pero esa es otra cuestión. La gente decide y aporta valor según ciertos eventos. Lo que hoy no valía nada de repente vale un potosí mañana, y viceversa. Todo es una ilusión. Una que nosotros creamos.

Pues lo mismo ocurre con las criptomonedas. Para quienes creen que esto es una burbuja que va a explotar, yo solo puedo decir que quizás pudiera explotar hace un par de años, pero ahora ya tengo muchas dudas. Y cada vez más, sobre todo cuando veo que ya no son unos cuantos friquis y flipaos los que creen que esto puede plantear un cambio en el mundo económico: también comienzan a creerlo instituciones que antes miraban para otro lado. Empresas de todos los ámbitos que se suben al carro y que comienzan a meterse en el mundo de las criptos, o el de los NFTs, o en el DeFi, o en de esa Web3 que se nos quiere venir encima.

Yo no sé si eso acabará ocurriendo, pero creo que algo va a ocurrir y las criptos van a tener mucho que ver en lo que ocurra. Y si alguien me pregunta a partir de ahora qué es un bitcoin, o un ETH, o un MANA, les voy a decir lo que decía el profesor.

—Un bitcoin es una ilusión. No sirve para nada. Es un respaldo psicológico. Uno que hemos construido todos y en el que creemos.

Y luego les diré que se lean el capítulo 10 del libro de Sapiens y a partir de ahí saquen sus conclusiones. Puedo estar equivocado, pero al profesor le veo muy crack. No sé.

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8 comentarios en “«La casa de papel», oro y bitcoins

  1. Overcorp dice:

    El tema es la confianza colectiva, debe haber muy poca gente que tenga duda de que un dólar vale un dólar o su equivalente en cada moneda, no importa si es en México o en Tuvalu, sin embargo, el bitcoin no tiene todavía el mismo nivel de confianza y respaldo y eso es lo que lo hace todavía algo propenso a la desconfianza, si hoy me ofrecieran 10 bitcoins por mi casa seguramente no la vendería pues no tengo claro ni dónde ni cómo puedo hacer uso de ese dinero virtual.

  2. Goyo dice:

    Estoy muy de acuerdo en el capítulo 10 de Sapiens (obra maestra) también estoy de acuerdo en que bitcoin (criptomonedas en general) está en fase de desarrollo y puede pasar cualquier cosa aún, pero cada vez me genera más expectativas y menos desconfianza, pero no estoy de acuerdo contigo Javipas en que la Casa de papel sea una buena serie. Quizás admito que es una gran producción, ambiciosa, pero de ahí a que sea buena… a mi cuando los personajes no me resultan creíbles, no me engancha la serie, lo siento, discrepo. Pero el tema de que el dinero es un constructo que ha sido muy útil, estos últimos siglos es impepinable.

    • Gracias Goyo, sí lo de ‘La casa de papel’ como decía antes es simplemente una opinión, pero igual me he pasado. Mira series como ‘Patria’, que la verdad, creo que son mejores, me dejé llevar por la emoción xD En cuanto a bitcoin, es lo que dices, cada vez genera más expectativas y menos desconfianza. A ver cómo estamos en un tiempo, pero la cosa promete.

  3. Land-of-Mordor dice:

    El verdadero soporte del Bitcoin y otras criptos se verá en cuanto nos pasemos una temporada con el «precio del dinero» más allá del 1% y no como estamos ahora que tanto el BCE como la FED lo mantienen alrededor del 0% y otros bancos centrales incluso en negativo. Será entonces cuando se vea si de verdad la confianza en ese tipo de medios de pago y especulación es tan fuerte como se quiere hacer ver.

    Y sí, por muy sobreactuada, exagerada y demás que sea «La Casa de Papel» a mí también me parece una serie soberbia y que cualquiera habría dudado que algo así se podría haber hecho en España.

Comentarios cerrados.