La condena del email impronunciable
Hablas con alguien al teléfono y te pide tu correo electrónico. No el de Ray Tomlinson, no. El tuyo. Empiezas a sudar porque, ya se sabe, tratar de que alguien apunte bien tu dirección de correo electrónico es misión (casi) imposible cuando la dices por teléfono. ¿Cuál es la razón? Pues que las direcciones de […]