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Google Maps a los 15

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No recuerdo cómo llegaba antes a los sitios. Antes de tener móvil, digo.

Antes de Google Maps.

Supongo que miraba el callejero de Madrid. Mis padres lo tenían siempre bien guardado en uno de los cajones del armario del comedor de casa. Era de esos desplegables de Almax. Como este, que uno se puede comprar a 2,50 euros en plan pequeña reliquia nostálgica. Qué momentazo.

El que teníamos incluía las estaciones de Metro, algo que para mí era clave. Si me preguntáis por una calle medio normal es probable que no sepa dónde está, y debo confesar que me conozco Madrid por el Metro. «Yo vivo en la calle Rafael Calvo, JaviPas, ya sabes». Pues no. ¿Qué Metro, chaval, qué metro?. «Rubén Darío, JaviPas, que no te enteras». Equilicuá.

El caso es que lo del callejero era muy apañado. Creo recordar que a veces me hacía minimapitas copiados del callejero para luego llegar a buen puerto si el sitio era un poco raro. Quedabas con alguien en un sitio a una hora, y al menos sabías que al sitio ibas a llegar fijo. Lo de que el otro llegara o no era un misterio. Benditos móviles que permiten preguntar «¿dónde c*** estás?» o jugar una partidita mientras aguantas la espera.

Y bendito Google Maps, claro. Durante años –cumple 15 estos días– fue acompañante fijo de viajes y excursiones, pero luego llegó Waze y al menos en mi caso Maps se quedó en segundo plano. Para la mayoría de mis casos de uso Waze es mucho más válido: se centra en llevarte de A a B por el mejor sitio posible (el más rápido, el más corto o incluso el más barato, tú eliges) y lo hace con ese punto colaborativo que ahora también se ha trasladado a Maps pero que para mí es superior en Waze. Varias son las ocasiones en las que esta aplicación me ha salvado de estar en carretera más de lo necesario. Sigo sin entender cómo Google, gran enterradora de proyectos que no le rentan, no cierra Waze cuando le hace la competencia a su estrella rutilante, Maps.

Con todo y con eso, lo de Maps sigue siendo prodigioso. El servicio ha crecido de forma espectacular en funciones excepcionales que en sí mismas podrían ser spin-offs del producto principal. Street View es un buen ejemplo, y es fantástico poder echar un vistazo a ese sitio al que quieres llegar antes de hacerlo para estar prevenido. Porque nunca se sabe, claro: qué tal se aparca por allí, qué pinta tiene la rotonda en la que tengo que salir, etc, etc. Eso sin contar con esos recorridos y visitas virtuales que podemos hacer a todo tipo de sitios sin salir de casa. Estos 15 que destacaban los responsables del servicio para celebrar este aniversario son un buen ejemplo.

Luego están cosas menos afortunadas. Al menos para mí, claro. La nueva obsesión de Google por convertir a Google Maps en una especie de Foursquare combinado con Yelp es un poco pesada, y convierte a esta aplicación en un monstruo que quizás probablemente hace más de lo que debería hacer. Está bien que uno pueda recibir sugerencias de sitios que ver o restaurantes en los que picotear algo, pero quizás Google debería dar más control al usuario sobre esa experiencia.

A eso se le une la novedad de los Local Guides, los nuevos «alcaldes» que como decía recuerdan aFoursquare y que (parece) podrían convertir a Google Maps en una nueva red social en la que atentos, ya no habrá influencers de moda, sino de sitios que ver y (me apuesto una Carslberg) sitios en los que comer. Ya lo estoy viendo: cualquiera que por lo que sea logre convertirse en un Local Guide acabará siendo un influencer de la hostelería, objetivo perfecto para que restaurantes y sitios que viven de estas cosas le pidan que les haga publicidad a cambio de un sueldecito Nescafé para toda la vida. Y de repente sitios que molan podrían quedar abandonados porque no quieren (o no pueden) seguir el juego, mientras otros que no molan se convierten en súper recomendados no porque lo merezcan (tanto), sino porque meterán más pasta en publi y en los influencers de Google Maps. Espero equivocarme, pero a priori el peligro está claro.

Pero claro, todo sea por hacernos la vida más fácil y mejor. O por intentarlo al menos. Casi resulta absurdo pensar que Google Maps ahora va a empezar a avisarnos si en el Metro o en el autobús que vamos a coger hay mucha gente. O lo más de lo más: si en el vagón hace mucho calor o frío (flipo), algo que no estoy seguro de que sirva de mucha ayuda pero que oye, ahí está.

6. Live View.gif

Mucho más chula es esa integración de la realidad aumentada en la experiencia de Google Maps. Se ha quedado atrás aquella demo que hicieron con flechitas (chulísima) que te iban mostrando el camino superpuesto sobre el móvil en un reciente Google I/O. Ahora directamente basta con enfocar un poco dónde estás para que Google te muestre tu destino. Una vez más, flipo.

Me ha gustado mucho el recorrido histórico que hace Google de este servicio (que en realidad no cumple 15 años hoy, sino el próximo sábado 8 de febrero) y como repasa por ejemplo el lanzamiento de Google Earth -recuerdo perfectamente cómo nos dejó a todos alucinados en la redacción de PC Actual- o cómo fue incorporando cosas sin las que hoy en día muchos no podrían vivir como la información del tráfico en tiempo real, la llegada de la navegación GPS (turn-by-turn, como la llaman ellos) para desgracia de los TomToms del mundo, o los útiles mapas offline que a mí me salvaron la vida papeleta una noche en San Francisco el pasado septiembre.

Mucho han dado de sí estos 15 años de Google Maps, un servicio prodigioso que a menudo queda un poco en segundo plano pero que es otro de esos servicios-sin-los-que-difícilmente-podría-vivir. Las alternativas están ahí, pero a pesar del encanto que tiene OpenStreetMaps se me hace difícil pensar que hoy por hoy pudiera prescindir totalmente de los mapitas de Google. Y ellos, claro, lo saben. Maldición.

Felices 15, Google Maps.

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3 comentarios en “Google Maps a los 15

  1. Land-of-Mordor dice:

    Probablemente el servicio junto con GMail más útil de todos los de Google.

    Los mapas sin conexión me salvaron también la papeleta en Estambul y en mitad de los inmensos bosques rusos donde mis acompañantes locales no tenían cobertura y por tanto sus servicios basados en Yandex no funcionaban.

    Lo de los Local Guides era algo inevitable con el tiempo, así que habrá que soportar las recomendaciones y las peticiones de valoración cuando salgan…

    • Estoy contigo. De lo mejorcito de Google. Veremos en qué se convierte esto, aunque igual la cosa no es tan grave: no me veo abriendo Maps constantemente para seguir a influencers de la restauración y no estoy seguro de que otros lo hagan: abres Maps porque necesitas llegar de A a B. Creo.

      Veremos hacia donde va la cosa.

  2. promeu dice:

    La función de Quiero ir me parece fantástica.
    Y de momento Maps.me les gana en lo de los mapas personalizados. Tiempo al tiempo.
    Mi mujer también usa Waze SIEMPRE, y lo que dices de colaborar… En el trabajo lo tenemos puesto porque nos chiva cosa que al momento entrarán por otro lado.

Comentarios cerrados.