Antes de ponerme a escribir este post he hecho un pequeño viaje en el tiempo. Uno facilón, sino DeLoreans ni condensadores de fluzo. Me he conectado a Retrogames.cz y he jugado una partidita al ‘Another World’ en su versión para MSDOS.
He tardado 15 minutos en llegar al primer punto de control. No sé cuántas veces he muerto, pero han sido unas cuantas. Recordaba que era difícil —alguno me lo recordábais en Twitter—, pero claro, a mis 46 palos el recuerdo era difuso. En plan «hombre, era difícil en los 90«.
Pues no. Sigue siendo difícil de pelotas. Y sencillamente genial.
Uno lo nota cuando han pasado casi 30 años y ese juego sigue siendo absolutamente espectacular. Cuando no ha envejecido ni en gráficos —fantásticos, quizás porque tenían un estilo propio gracias a la técnica de rotoscaping— ni en sus mecánicas.
Solo ver la secuencia inicial ya eriza un poquito los pelitos del cogote. Para empezar, incluso en el emulador te pide que metas el código correcto siguiendo la ruleta que se proporcionaba en el original.
En realidad no hay que meter el correcto, pero por si acaso esa misma ruleta está emulada aquí, por si ya queréis hacer el recorrido temporal completo. Era una protección singular para los juegos de la época —escribí de ello en Xataka—, y es curioso que hoy en día los métodos que teóricamente sirven para protegerlos con tecnología punta al final no sean mucho mejores.
Y si no, atentos a lo que tardan los crackers en superar los códigos de juegos protegidos con el sistema Denuvo. Solo 1 de cada 4 juegos mantienen la seguridad. Caen uno tras otro. Y no tardan mucho: el Need for Speed Heat, por ejemplo, salió el 8 de noviembre de 2019. El 27 de diciembre ya había crack. Con otros sistemas como el de Steam parece pasar lo mismo, y de hecho hay páginas como CrackWatch —la he descubierto según escribía este párrafo— que hacen un seguimiento completo de qué juegos acaban siendo crackeados. Muy fuerte.
Pero me estoy desviando del tema, porras. Como decía, lo guay es que uno puede jugar al ‘Another World’ desde el navegador casi como si estuviera delante del juego original hace 30 años. Las escenas iniciales son absolutamente brutales y ya muestran esa obra de arte en la que se ha convertido el juego. Su estética y el propio movimiento del protagonista fueron una absoluta revolución para la época. Era un juego que parecía del futuro.
Revivir esa secuencia inicial ya es como decía espectacular. El prota llega en su Ferrari, coge el ascensor —esa animación del ascensor bajando es también tan sencilla como estupenda— y tras marcar el código de entrada (4511932) es escaneado para ser reconocido por la computadora, que analiza no sus ojos o su huella dactilar, sino su ADN. ¡Y sin muestras de sangre! xD La computadora incluso se toma la libertad de bromear y decirle «Veo que ha conducido hasta aquí en su Ferrari» al detectar la llave que lleva en el bolsillo. Buah chaval.
Entra, se sienta ante su ordenador con pantalla holográfica (ahí, tirando indirectas al futuro) y con sistema operativo CDOS de Peanut Computer Inc. (en modo consola, eso sí), y prueba una simulación en el acelerador de partículas en el que trabaja. Y mientras el ordenador calcula todo, se abre una Pepsi (o lo que fuera, pero con latas de las de antes en las que arrancabas la anilla) y espera. El experimento sale mal, crea antimateria y el chaval acaba teletransportado a otro mundo. ‘Another World’.
Y ahí empiezas a jugar. Tú crees que no, pero sí. Apareces en una piscina y te hundes. Y no es parte de la secuencia cinemática, chavalote. Probablemente en esa primera escena mueras un par de veces. Una cuando te hundes y compruebas que ya estás jugando —no hay aviso— y otra, cuando subes tranquilamente y ves cómo por debajo aparecen tentáculos que empiezan ya a dejar claro que el juego no te va a dar descanso.
No os voy a contar más. Os sugiero que juguéis un poco (insisto, podéis hacerlo desde el navegador aquí) y disfrutéis del juego. O lo sufráis, que también pasa. Porque no veas cómo cuesta pasar cada pantalla. Cuando mueres, además, es muerte puñetera, porque no guarda muchos puntos intermedios y como digo sólo llegar a ese primer punto de control a mí me costó mis buenos 15 minutos y dos o tres docenas de intentos. Por lo menos.
Probablemente muchos de los que me leéis no lo conozcáis o solo hayáis leído algo de refilón sobre ‘Another World’. Quizás sea que sois jovencitos o quizás estábais en otras batallas. Yo tuve la suerte inmensa de jugarlo en la plataforma para la que se creó: el juego salió en noviembre de 1991 para el Amiga 500, y unos meses después tuve la suerte de comprarme ese ordenador. Venía de años de disfrutar el Commodore 64, así que el salto fue espectacular. Recuerdo muchos juegos míticos de ese ordenador, pero pocos tuvieron el impacto artístico de aquel juego.
Vivirlo en aquel ordenador en el 92 fue como asistir a una nueva época en la era de los videojuegos. Recuerdo pocos hitos de ese estilo en aquellos años, o al menos recuerdo pocos que a mí me hicieran pensar que había un salto cualitativo por delante. Otro de los que recuerdo claramente fue, claro, Doom. Igual escribo algo sobre el tema algún día, pero sé que andaba por la facultard el día que un compañero (que era bastante friqui) me dijo «esto va a marcar un antes y un después en la era de los videojuegos«. Y oye, el chaval (no recuerdo su nombre, pero curiosamente sí su cara) tenía razón.
Pero me estoy desviando una vez más. ‘Another World’ es como decía una de esas joyas, y hacía mucho que no leía nada sobre ella. En Hacker News apareció un enlace a un blog estupendo —y bastante técnico— con un artículo llamado ‘The Polygons of Another World: Amiga 500’, y en dicho artículo se explicaba cómo se programó el juego. O al menos, los polígonos del juego.
La explicación a mí se me escapa un poco bastante, pero me sorprendió descubrir que el juego fue obra de un único programador, un joven llamado Eric Chahi —en la imagen de arriba— que se lo comió y se lo guisó todo en su propio Amiga 500. En dos años, de 1989 a 1991, se programó el juego en ensamblador con la ayuda de ese ordenador y de un Genlock. Ese aparatito permitía superponer la imagen de vídeo en un ordenador y «calcar» así los gráficos para montar el sistema de rotoscoping.
El propio Chahi revelaba todo el proceso en una charla de GDC que podéis ver en YouTube. Lo hizo prácticamente todo —¡incluso la portada!— y solo acabó pidiendo ayuda para la música y los efectos de sonido, que fueron, yo diría, discretos, aunque acabaron siendo reconocibles gracias a la propia leyenda del juego.
Hoy los juegos que crean leyenda difícilmente están creados de esta forma, y aunque ciertamente no había tanta competencia, el logro del chaval —que luego anduvo algo difuso trabajando en al industria, pero sin volver a hacer nada igual— es sencillamente espectacular.
El artículo del que os hablo es en realidad la segunda parte de una serie que luego tocó también al Atari ST, el eterno segundón en esa batalla de los ordenadores de 16 bits. Aún este último les daba también sopas con ondas a los PCs de la época, y de hecho se convirtió por derecho propio en un equipo ideal para artistas musicales gracias a su puerto MIDI. Pero como digo, tener un Amiga en aquella época y jugar a juegos como el Another World era gozoso. Tanto por jugar como poder ponerles un poco los dientes largos a los peceros, que obviamente acabarían ganando la batalla ante la desidia de una Commodore que a nivel organizativo se convirtió en un caos sin rumbo poco después.
En el primer artículo, por cierto, dan algunos datos sorprendentes del ‘Another World’ en cuanto a su código: apenas contaba 6.000 líneas de ensamblador, y el ejecutable para MS-DOS ocupaba solo 20 KB. ¡Flipante! De hecho el juego completo cabía en un disquette de 1,44 MB, algo que como explicaba Fabien Sanglard en ese blog se debía a que básicamente se generaba vía bytecode en una especie de máquina virtual que creaba la escena «a demanda», por decirlo de algún modo. Sanglard lo sabe muy bien: tiene un intérprete disponible en GitHub y analizó ese código hace casi una década.
A mí se me escapa esa parte —y tampoco me gusta demasiado—, pero si os gusta el tema echad un vistazo a esos posts y al resto de los que escribe este chico porque son todos una pasada (aunque insisto, con mucho lenguaje técnico). Ese sí que es un verdadero homenaje a un juego que marcó época y que del Amiga acabaría siendo trasladado a todas las plataformas imaginables: primero al Atari ST —Sanglard también habla de esa versión en detalle—, y luego a 3DO, Atari 800, Apple IIGS, Atari Jaguar, Mac OS, MS-DOS, Game Boy Advance, Sega CD, Sega Genesis, y SNES.
Incluso hubo una versión conmemorativa en el 20 aniversario del juego que sirvió para trasladarlo a máquinas modernas y de retocarlo un poco con versiones HD que mantenían el estilo original aunque hubiera más nivel de detalle. Está desde luego disponible en Xbox One, en PS4 o en la Nintendo Switch, y por supuesto podéis comprarlo para PC en Steam.
Si lo hacéis, ya me contaréis, aunque como os digo podéis jugarlo en modo retro en el navegador sin que la esencia se pierda.
Yo, por cierto, jamás pude acabármelo. Los curiosos (y los que como yo, queráis ver cómo acababa) tienen a su disposición un recorrido completo del juego en YouTube. Era, insisto, difícil de pelotas.
Y maravilloso. Un verdadero juego de otro mundo.
Lo he jugado siempre en PC y no recuerdo ya las veces que me lo he terminado. La última delante de mí hijo mayor hace unos años para que disfrutara de la historia.
Que pasada…
¿Te lo has terminado? ¡¿¡¿VARIAS VECES!?!? xDD Qué crack.
No es para tanto. 🙂
Es una cuestión de memorizar, como el Prince of Persia clásico o el Contra (Gryzor en CPC, que tiempos, que también me he terminado varias veces). Lo duro es ir avanzando hasta que lo consigues por primera vez, en las aproximaciones subsiguientes controlas los pasos, que vas recordando de haber jugado tantas veces y con los checkpoints te sale más fluído. Es un poco rollo Super Meat Boy, pero con una historia como hilo conductor y menos extremo.
Bueno, eso y tener un buen carro de horas para dejarte delante de la pantalla, claro, que hoy en día es en realidad lo que más escasea.
Lo del carro de horas es vital, sí xD
Pedazo de post. Fue el primer juego con compre para megadrive junto con mi hermano en el 94 o 95. Lo pillé barato para genesis y se llamaba out of this world. Teníamos 12 y 10 años. Y nos lo acabamos, joder que si nos lo acabamos y varias veces. Y ya de mayor tantas que nos lo sabemos de memoria. Luego vendría flashback otro hurgado, pero another world siempre será nuestro favorito.
Flashback es otro clasicazo, qué bueno.
A mí me sorprendió, pero lo descubrí a la vez que Flashback, que realmente me alucinó (todavía sigue haciéndolo) y se convirtió en uno de mis preferidos de la Mega Drive (y mira que había huevazos). Si no llega a ser por eso, le hubiera dedicado más tiempo a éste seguro
A mí me sorprendió, pero lo descubrí a la vez que Flashback, que realmente me alucinó (todavía sigue haciéndolo) y se convirtió en uno de mis preferidos de la Mega Drive (y mira que había juegazos). Si no llega a ser por eso, le hubiera dedicado más tiempo a éste seguro
Claro, descubriéndolos los dos juntos el efecto wow de Another World quizás quedaba algo minimizado. Qué bueno que los jugaras en la Mega Drive, mola.
Y me lo ha recordado alguno de los comentarios, si Another World te parece difícil, su sucesor, Flashback es tremendo, a ese si que no llegué a meterle mano, aunque reconozco que yo me atasqué más bien en las partes de la historia, que tenías que hacer una serie de cosas para ganar dinero y progresar y la información que recibías de cómo ir progresando era casi nula, lo típico de la época, por otra parte.
Un amigo de entonces, que era un crack, se lo consiguió terminar y una tarde nos hizo un run a mi y unos amigos para que disfrutásemos de la historia (de ahí saqué la idea para mí hijo) en los tiempos en que Youtube no existía. Y tengo que decir que los recursos narrativos que se utilizaban en la época eran bastante alucinantes teniendo en cuenta las limitaciones técnicas del hardware.
No recuerdo tanto la dificultad de Flashback pero si tú lo dices te creo. Qué chulo lo de tu colega, cómo mola.