Leía esta mañana la columna que mi admirado Arturo Pérez-Reverte publicaba en XLSemanal y me quedaba algo sorprendido en su protesta abierta contra el correo electrónico y el uso de la tecnología en ámbitos como el administrativo. Al menos eso es lo que he entendido yo tras leer cosas como esta:
El problema es cuando actúa la Administración. Cuando agencias, ayuntamientos o ministerios exigen que envíes y expongas vía Internet tus datos confidenciales, profesionales, bancarios o fiscales. Cuando te obligan a desnudarte en público sin la menor garantía de protección. Lavándose las manos tras esa impunidad administrativa que tanta vileza facilita, si alguien utiliza todo eso y te arruina la vida.
Debo decir que estoy de acuerdo con algo de lo que relata Pérez-Reverte, pero me asombra que le eche tal bronca a los distintos organismos estatales por querer gestionar todo tipo de trámites de forma más cómoda -para ellos y para nosotros- a través de la tecnología. Cierto que la ejecución no es perfecta en muchos casos -lo del DNIe es de risa, y eso que era una idea curiosa- pero creo que en general mi balance es tirando a muy bueno.
Pero claro, igual es porque estoy todo el día aporreando el teclado y me va la marcha digital. Me siento cómodo con este tipo de gestión, y mucho menos cómodo con la tradicional en la que uno estaba de cita en cita -con las insufribles colas y el numerito de marras que nunca sale en pantalla- para solucionar muchos temas farragosos. Nuestra administración es en mi pequeña experiencia un infierno, pero la tecnología lo ha hecho en cierta forma soportable.
Evidentemente todo tiene luces y sombras, pero las posibilidades que ofrece la tecnología superan con mucho -al menos de momento- a sus desventajas. Pérez-Reverte habla de que «hasta las notificaciones oficiales más delicadas o importantes llegan ya por correo electrónico«, pero al menos en mi caso personal y profesional eso no es así. Las malas noticias cosas importantes llegan siempre por carta certificada, y a mi correo me llega poco o nada que no haya solicitado yo que me llegue.
Y aun en el caso de que la gestión fuera más centrada en temas digitales, no pondría pegas, pero como digo, tanto yo como los que leéis esto estaréis a favor de esa gestión digital de este tipo de temas. Entiendo que mucha otra gente pueda no sentirse cómoda con la tecnología y les cueste hacerse a ella, pero para eso siguen existiendo las alternativas físicas, aunque sea también cierto que en algunos casos la administración -y otros muchos ámbitos- fuerza al uso de una dirección de correo electrónico.
Creo que aquí hay un claro ejemplo de la resistencia al cambio, y que sobre todo hay una reflexión que no ha tenido en cuenta el hecho de que en el uso de la tecnología, como en todo lo demás, hay compromisos. Está comprobado que la gente prefiere la comodidad a la privacidad: aun cuando no paran de salir escándalos de intrusiones por parte de hackers y crackers en todo tipo de servicios la gente está tan tranquila. Pasan de hacer backups o de cambiar contraseñas. Pasan de usar algo tan sencillo y potente como la verificación en dos pasos. ¿Por qué? Porque para ellos el sacrificio de dedicar media hora a configurar ese apartado en su cuenta de correo de Gmail supone un esfuerzo demasiado alto.
Así nos va.
Se suele cumplir que efectivamente «lo más cómodo es lo más vulnerable«, pero en nuestra mano está poner un poquito de atención y dedicación para poner un cerrojito en la puerta de nuestro buzón de correo electrónico o de, simplemente, tener el sentido común de no publicar en Facebook fotos de la borrachera del viernes pasado. Decir que «Esto, señoras y señores, es una puñetera mierda electrónica» es un pelín retrógrado, y me sorprende porque el Sr. Pérez-Reverte ha demostrado aprovechar Twitter con gracia y salero (y un tono sorprendentemente formal) en numerosas ocasiones.
Seguro que el Estado nos puede «dar por saco impunemente y con el mínimo esfuerzo» de muchas otras maneras. Darle el correo a estos señores me parece algo absolutamente nimio cuando muchísima gente está dando muchísimos más datos, muchísimo más peligrosos, a todo tipo de servicios sin pararse a pensar en lo que eso puede suponer para su seguridad y su privacidad. Y luego pasa lo que pasa: que pones unos inocentes cuernecitos a tu pareja y toda internet se entera. O usas tu consola alegremente y te pillan la tarjeta de crédito. O usas Twitter o Facebook y tus contraseñas acaban por todos lados. O le dices a la tele a gritos «Sube el volumen» y en realidad ésta lleva escuchándote todo el día sin que te enteres. O usas tu móvil o un ordenador e internet y resulta que un gobierno graba todo lo que dices y transmites por si acaso. Porque hoy en día todos tenemos la presunción de culpabilidad.
Si usas un ordenador o un móvil, eres vulnerable, por supuesto. Puedes cerrarte a estos avances y vivir un calvario burocrático y de comunicaciones, o puedes entrar en el redil y tratar de protegerte un poco con la mejor arma de todas: el sentido común. Mejor no pensar mucho en ello, pero desde luego que la administración tenga mi correo es lo que menos me preocupa hoy en día.
Qué decepción, Sr. Pérez-Reverte. Se me ha caído usted un poquito de mi pedestal. Al menos, del tecnológico.
Una vez más, puro sentido común, Javi.
P.Reverte tiene la gran suerte de que su estatus le permite decir lo que quiere y eso, en ocasiones, anula la reflexión.
Partner-Partner-Pablo
Pues puedes tener razón. Todo es perspectiva, supongo. Saludos Pablo!
Solamente realizar un inciso por el tema de las notificaciones. Las sociedades con personalidad jurídica están obligadas desde hace unos años a recibir todas las notificaciones por vía telemática a través del certificado de la FNMT (o, en su caso, a través de un apoderamiento a su asesoría spam* http://www.bvasesores.com/ *spam)
Es decir, reciben lo que antiguamente llegaba por carta certificada a un buzón facilitado por la administración en la web Notificaciones 060 y, si no la consultas antes de 10 días desde su recepción, se considera notificada y comienzan a surtir efectos los «juegos de plazos»
Adicionalmente se comenta en los círculos próximos a la administración que están depurando el sistema para, en 2016, no aceptar comunicaciones en papel por parte de las empresas. Si quieres enviar un escrito o un requerimiento tendrás que utilizar la misma vía que para la recepción de las notificaciones, enviarlo de forma telemática a través de una sección de la AEAT
Un saludo!
Toma explicación didáctica. Muchas gracias Anxo, bien por ese apunte. Me parece un poco peligroso cerrar la vía tradicional como opción -mucha gente sigue sin estar cómoda, como le pasa al Sr. Reverte- pero en fin :/
A lo mejor es todo una metáfora y por lo que está preocupado es por el hackeo de Ashley Madison
xD
el tema está como te comenta AnxoBC. Muy controlado y sobre todo para las empresas. Me parece bien, pero creo que deberian dejar la posibilidad a gente que no ha podido tener recursos para tener conocimientos tecnológicos, para poder hacer tramites de-tu-a-tu en una oficina.
Mi madre tiene 72 años y no está para ir poniendole una «firma digital». Echa pestes, y con razón, de los bancos y las burocracias.
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