Puede que sea un poco ingenuo, pero sigo creyendo que al PC le queda algo de guerra que dar. La cosa no está fácil: los smartphones y los tablets le han robado mucho protagonismo, y para muchos usuarios esos «mastodontes» no tienen ya mucho sentido salvo quizás en la oficina.
El panorama lo analizan con crudeza en Techpinions, donde comentan cómo lo que le ocurrió en su día a las televisiones -fabricarlas dejó de ser rentable salvo por volumen- les está sucediendo a los PCs. Los fabricantes de estos equipos están cayendo como moscas, o sus negocios se están redimensionando.
Los ejemplos son numerosos: IBM fue de los más tempraneros al vender su división de PCs, portátiles y más tarde servidores a Lenovo. Sony ha hecho lo propio con sus VAIO, Samsung deja de vender equipos en Europa (y mira que eran chulos), y LG está pensándose qué hacer. Sin mencionar a una HP que acaba de anunciar su división en dos grandes empresas, una dedicada a PCs e impresoras y otra a entornos, soluciones y servicios empresariales.
Todos ellos han sufrido la realidad de un mercado en el que los márgenes son mínimos y en el que la diferenciación es casi imposible. Algunos lo intentan con nuevos conceptos -como ese indefinible HP Sprout-, mientras que otros se aferran a tendencias que tratan de darle salidas a los fabricantes. Las pantallas táctiles en todo tipo de PCs de escritorio y Ultrabooks han sido el último reclamo, pero su repercusión ha sido mínima como ha podido demostrar el hecho de que en Windows 10 el ratón y el teclado recuperarán el protagonismo que nunca debieron perder.
En el artículo de Techpinions ponen a Apple como ejemplo de cómo una empresa puede seguir ganando dinero en este segmento gracias a lo de siempre: controlan por completo el ecosistema, y eso les permite diferenciarse porque si quieres Mac, tienes que aceptar sus términos. No solo las posibles barreras de su filosofía (hazlo todo como nosotros queremos que lo hagas) sino también las de su política de precios (si quieres un Mac, pasa por caja o arriésgate a montarte un Hackintosh).
El problema para los fabricantes de PCs es el de esa Curva de la Sonrisa de la que precisamente hace poco hablaba Ben Thompson en su Stratechery. En realidad él la aplicaba al mundo de las publicaciones y los medios actuales -más sobre esto otro día, espero- pero esa curva deja muy claro dónde está la pasta. No en la fabricación, tarea ingrata donde las haya, sino por un lado en las licencias (ARM, lista entre las listas) o en ese área de marketing y servicios que es el que aporta el valor añadido con precios que van desde lo normal hasta lo absurdo.
En el artículo inspirador de este post enlazan además con la reflexión de Charles Arthur en The Guardian y hay un par de párrafos bastante contundentes sobre lo que ha acabado siendo el negocio de los PCs con Windows: una trampa de valor.
La trampa de valor es profunda, sin embargo. Debido a que Windows y sus aplicaciones pueden trasladarse fácilmente de un PC a otro (lo que supone una gran ventaja para el consumidor), es casi imposible para los fabricantes hardware diferenciarse de sus rivales. En el pasado, su mejor baza era animar a la compra repetitiva a través de características hardware extra; eso es algo que algunos están tratando de hacer con portátiles y PCs de sobremesa táctiles hoy en día. Pero hay pocos indicios de que los compradores estén entusiasmados con esas opciones, y en lugar de eso prefieren comprar productos que son un poco más baratos.
Eso significa que siempre hay una presión que sigue yendo hacia abajo en cuanto a precios y márgenes, mientras que la única forma de lograr beneficios significativos es ser capaz de fabricar en escala.
El problema, cuidado, no es solo de los PCs, sino también de los smartphones, que están yendo por el mismo camino -veremos cuánto aguantan las gamas altas- y que también tienen en Apple a esa empresa que se puede diferenciar porque ha logrado captar una cuota de mercado con la que parece tener el futuro básicamente resuelto a corto y medio plazo.
Creo, no obstante, que hay sitio para fabricantes que hagan bien las cosas y que puedan ofrecer tanto soluciones baratas y modestas como equipos en los que los márgenes son más decentes. Para ello, eso sí, tendrán que diferenciarse claramente -Apple lo ha hecho estupendamente con su iMac con pantalla Retina 5K recientemente- y puede que ese tipo de pantallas, Windows 10, los prometedores micros Intel Broadwell y la promesa de la convergencia le den ese merecido respiro a los PCs. Veremos.
Creo que la clave está en el ecosistema.
Cuando la gente me pregunta porqué uso un iPhone si «hace lo mismo que cualquier otro pero cuesta el doble» no sé que responder… En mi interior suena una vocecita que dice: «Porque es de Apple, tonto». Pero también sé que eso no es verdad, en el fondo es porque Apple me gusta y si me gusta es sólo por un motivo: mi Mac.
Se que si he tenido ya 4 iPhones y 1 iPad ha sido porque tengo un Mac. Efectivamente, mi iPhone no hace más que un Android bueno, pero si tienes un Mac sí. Si tienes un Mac un iPhone es mejor que un Android. Precisamente por el ecosistema. Pero esto no pasó con mi Mac. Ahora mismo no veo por ahí ningún ordenador con el que pueda decir «hace lo mismo que mi Mac pero cuesta la mitad». Todo lo contrario, en seguida admito que el coste del Mac mereció la pena. Si no tuviera un Mac posiblemente miraría otros móviles y pensaría ¿Porqué pagué tanto por este iPhone?
Y esto es lo que tienen que conseguir Microsoft y Google (y los fabricantes de PCs adaptarse a ellos).
Microsoft se está esforzando en unificar todo en un S.O. y me parece una buena estrategia. A lo mejor con Windows 10 a la gente le encanta tanto su PC que se dirá: «Pues mi próximo móvil que tenga Windows 10». Esta debería ser la máxima de Windows. Y por supuesto seguir esforzándose en hacer buenos productos como el Surface Pro 3 y la nueva pulsera.
Y Google más de lo mismo pero al revés. Crear un S.O. de escritorio (no Chromebooks, si no un S.O. para instalar en cualquier PC), incluso llamarlo Android (o Android Plus, o Android PC) y que la gente a la que ahora le encanta su smartphone con Android ni se lo piense y se diga a sí mismo: «Mi próximo PC que lleve Android».
Lo que no tiene sentido es que la gente tenga un Galaxy S5 con Android, un iPad mini con iOS, en el trabajo un PC con Windows XP y en casa un PC con Windows 8. Ese señor no ha disfrutado en la vida de un ecosistema que se precie. Si, podrás llegar a sincronizarlo todo, pero no es un ecosistema en ningún sentido.
Lo suyo sería que, como yo con Apple, te compres el producto estrella y todo lo demás llegue. Siempre y cuando lo consideres un buen producto, claro.
El argumento es interesante y seguramente que la gente que tenga productos de Apple coincida porque hay mucho de cierto en él. Y sin embargo, yo no me lo trago. Creo demasiado en la diversidad y en la libertad de opciones como para pensar que es mejor tener una única solución -con sus ventajas y sus riesgos- que una en la que sea posible un entorno heterogéneo en el que todo funcione bien.
Puede que no tan bien como en esa solución homogénea que vende Apple con su ecosistema, desde luego, pero todo es cuestión de sacrificios. Yo prefiero no sacrificar esa libertad y no ceñirme a un único ecosistema y sus productos, pero entiendo y respeto que la gente sí lo haga por comodidad, por eficiencia o, por qué no, para poder tener productitos dorados 🙂
Sea como fuere, gracias por el comentario Naxito. Buen apunte.
Uhmmm… Un anillo para dominarlos a todos… y mira como acabó la cosa.
Llámame loco, pero a la hora de la verdad no he tenido grandes problemas nunca con eso. Para empezar porque debido a su total omnipresencia todas las soluciones se diseñan para Windows, hasta Apple lo hace (itunes, icloud…)
Y para seguir por que existe una cosa llamada estándares para evitar eso.
Bueno hay ejemplos como los que citas que sí abren la puerta a otras plataformas, pero otros muchos que no (soporte de escritura NTFS, meu deu). En cualquier caso en este como en tantos otros campos al final es el usuario el que decide qué le compensa y qué no. Totalmente respetable.
El verdadero negocio en cualquier sector está en los productos de grandes márgenes, los premium. Cualquier mercado tiene un segmento de gama alta, más o menos pequeño y más o menos «goloso».
Con esto en mente, el principal problema que veo en el mercado tecnológico es el de la diferenciación: no puedes cargar un precio superior si no tienes con qué justificarlo. Y el principal impedimento de los fabricantes para poder diferenciarse ahora mismo son Windows en el PC y Android en el smartphone.
Ambas son plataformas horizontales y su éxito se debe a que cuando un usuario elige una de ellas, no se ata a un fabricante concreto. Pero a la vez, su lealtad como cliente reside en la plataforma y no en el fabricante.
¿Qué me ofrece Dell en PC que no tenga un HP o un Toshiba? Nada. ¿Qué tiene Samsung que no tenga un LG? Nada. Mismos servicios, mismo software, diferente hardware. Por lo visto, para el mercado la diferenciación en hardware no es suficiente.
El caso de Apple es especial porque ellos tienen un «monopolio» sobre su plataforma. Han tardado años en construir una plataforma cuya piedra angular siempre ha sido la diferenciación. Con mayor o menor acierto, pero sin duda con resultados muy rentables.
El modelo horizontal de Google y Windows tiene muchas ventajas para nosotros los usuarios, pero muy pocas para el fabricante.
Cuidado, cuidado, cuidado, Eduardo, que te olvidas de un tema brutal en mercados horizontales al que hacía referencia en el artículo: en esos mercados Google y Microsoft ganan a tope (ahora quizás menos) porque pueden sacar mucho margen de beneficio con las licencias -gracias a las cuales Microsoft es lo que es, aunque ahora ese mdelo ya no pirule- y con los servicios asociados -Google nos cuela publi a tope gracias en gran parte a la popularidad de Android, y lo que está por venir-.
Esos sí ganan. Los fabricantes, desde luego, no, como apuntas justo al final. Difícil diferenciarse, algo que parece increíble cuando hablamos de la entidad de unas empresas que deberían tener capacidad de ofrecer algo distinto con esos departamentos de I+D de los que tanto presumen.
¿Y qué es lo que puede hacer tu Mac que no puedas hacer con un PC y seguramente por la mitad de precio? ¿Hacer una llamada de teléfono por el micro del Mac? Wow, bienvenidos al siglo XXI y al sistema operativo mas avanzado del mundo que incorporó cortar y pegar en julio de 2012.
Es que si te crees todo lo que dice Cook sin plantearte nada por ti mismo…
Antonio, hace tiempo que en el tema de precios Apple ya no resulta tan caro en sobremesas y portátiles, aunque es cierto que sí mantiene esas diferencias en telefonía móvil o tablets con productos que comparativamente sí podrían considerarse más caros que (algunos de) la competencia.
En cualquier caso, ya no se trata de lo que puedas hacer en uno o en otro -que desde hace tiempo no es tema diferencial- sino en la experiencia de uso que te ofrecen ambas plataformas. Una más controlada y con un ecosistema que permite reducir conflictos hardware, y otra más horizontal y en la que la libertad y la diversidad son valores importantes para los usuarios e industria.
Pues para comprar un MacBook Pro retina con gráfica decente nos vamos a los 2.529 euros…si eso no es tan caro…
Bueno, de todo hay en la viña del señor 😉 . Cierto que ahí si se notan las diferencias. La cosa es más complicada con los iMac (no el Retina 5K) o los MacBook Air en mi opinión.
Perdón, fue en julio de 2011, a ver si va a llegar algún purista…
Javier, no es por llevar la contraria por sistema, pero es que los iMac son ordenadores muy bonitos, eso sí, pero que luego miras las especificaciones y llevan gráficas de portátil (si es que la llevan, y no va integrada), con discos duros o SSD escasísimos y carísimos de ampliar (desde Apple, me refiero) y con posibilidades de ampliación en algunos casos casi nula.
No me malinterpretes, es cierto que tienen su atractivo, pero baratos no es que sean, al menos por las prestaciones en bruto que dan, sin contar el diseño (que bonito será, repito, pero lo de tener que sacar el panel de la pantalla para ampliar la RAM…pues en fin).
Si me parece perfecto que me lleves la contraria, no te preocupes por eso 🙂 Y por supuesto que los iMac son portátiles disfrazados de sobremesa, como cualquier Todo-en-Uno que se precie.
Precisamente lo que pagas en un equipo de este tipo es el ahorrarte la típica torre, así que hay más labor de ingeniería -hay que resolver problemas de refrigeración, por ejemplo-. He probado varios equipos de este tipo basados en Windows y créeme, hay diferencias que justifican ese precio más alto de los iMac.
De lo de su capacidad de expansión mejor no hablamos. FAIL.
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