Cualquiera que utilice Twitter se sabrá de memoria un puñado de servicios que permiten acortar URLs para rebajarlas en un número de caracteres decente para no ocupar todos nuestros tweets con esas URLs completas. Los URL shorteners son servicios que han tenido bastante mala prensa, pero su utilidad es innegable en escenarios como Twitter e incluso en otros tipos de servicios web.
Sin embargo estos servicios también tienen sus peligros, y algunos son lentos (el de Facebook, fb.me, parece especialmente patético al respecto) y no tan eficaces como deberían (goo.gl y twt.tl son los más recomendables en periodo de disponibilidad), tal y como apuntaban en Mashable hace ya unos meses.
Pero a esas desventajas se une la más importante de ellas: los acortadores de URLs añaden una capa más de indirección al sistema, algo a lo que aludía un tal Joshua Schachter citado en un post al respecto de Coding Horror titulado «URL Shorteners: Destroying the Web Since 2002«:
The worst problem is that shortening services add another layer of indirection to an already creaky system. A regular hyperlink implicates a browser, its DNS resolver, the publisher’s DNS server, and the publisher’s website. With a shortening service, you’re adding something that acts like a third DNS resolver, except one that is assembled out of unvetted PHP and MySQL, without the benevolent oversight of luminaries like Dan Kaminsky and St. Postel.
Y ese nivel de indirección, para más INRI, tiene otro peligro: que nos lleve a una página web maliciosa.
Dado que los acortadores de URLs muestran direcciones web totalmente indescifrables, es imposible saber a primera vista a dónde nos puede llevar ese enlace. Todos pinchamos alegremente en los enlaces de bit.ly, tiny.url (qué tiempos) o goo.gl sin pensar que el enlace puede ser malicioso, pero atención, porque hacerlo nos puede meter en muchos problemas.
¿Qué se puede hacer para evitarlo?
Pues descifrar dichos enlaces cortos en tiempo real. En los naveadores de Internet existen extensiones para acceder a tal posibilidad, y por ejemplo yo en Chrome usé durante un tiempo LongURL, que hacía precisamente lo que prometía: sustituir la URL corta por la URL real. Se elimina la ofuscación que proporciona el URL shortener, y además podemos seguir usando el servicio normalmente.
Este tipo de extensión es perfecta para Twitter, aunque eso sí, los enlaces largos quedan feos y molestan al navegar por el flujo de mensajes de nuestra cuenta. Pero desde luego, nos aseguraremos de que la URL a la que queremos ir es de confianza, o al menos podremos comprobar que no se trata de una URL aparentemente peligrosa.
Para evitar ese tipo de uso malicioso de los URL Shorteners han aparecido servicios de todos los colores -de hecho, te puedes hacer uno a medida con WordPress, por ejemplo-, como el propio acortador de URLs de McAfee (McAf.ee) que nos promete seguridad total pero que por lo visto no es demasiado seguro, pero es que además ralentiza aún más la navegación, así que no parece demasiado recomendable.
Otro truco interesante es el de añadir un símbolo «+» al enlace corto (al menos, con los de bit.ly, mi acortador favorito), lo que hará que en una pestaña donde incluyamos ese enlace aparezca el enlace real al que estamos accediendo y algunas estadísticas proporcionadas por bit.ly, como las veces que se ha accedido a ese enlace desde esa URL corta.
One more thing
En realidad todo lo que he escrito hasta ahora ha sido accesorio: la idea del post me vino ayer cuando de repente al visitar un enlace de Twitter me di cuenta de que el enlace corto era casi una palabra normal, algo como bit.ly/migaja (no recuerdo bien cuál era).
El caso es que pensando en ello se me ocurrió juguetear con enlaces cortos «especiales», en los que precisamente las URLs codificadas fueran palabras y nombres propios muy conocidos. Atentos:
Y los dos mejores que he encontrado:
¿Lo habrán hecho aposta?
Actualización (01/10/2010): Ayer Google anunció que su acortador de URLs, Goo.gl, disponía por fin de una página web propia, es decir, que es un servicio con identidad propia del gigante de Internet.
En dicha página (http://goo.gl) encontraréis un centro de control para todos los enlaces que acortéis con el servicio de Google -asociado a vuestra cuenta Google si usáis Gmail, Docs o cualquier otro servicio- y que ofrece estadísticas y algunas cosillas más de interés. Sin embargo, no parece por el momento superior a Bit.ly.
De hecho, en Search Engine Land han comparado ambos servicios y los ‘dashboards’ para saber quién se comporta mejor, y parece que Bit.ly gana por sus mayores prestaciones, aunque claro está: estamos hablando de Google. No creo que se queden de brazos cruzados, y no tardarán mucho en ir renovando y afinando este servicio.
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