Interesante editorial la que han publicado en DistroWatch, la referencia obligada a la hora de buscar la actualidad de las distribuciones de Linux existentes.
Tal y como comentan, cuando comenzaron a principios del 2001 tan sólo había 10 distribuciones en su listado. Hoy hay más de 500, pero de todo ese maremágnum los editores apenas destacan una docena de proyectos relevantes. La mayoría de las distribuciones existentes actualmente, dicen, desaparecerán en pocos meses, aunque algunas pueden que lleguen al par de años de longevidad.
La cuestión es interesante: la libertad del Open Source, permite que cualquiera se pueda crear su propia distribución à la carte, y de hecho existen desarrollos realmente específicos para usos muy determinados. Al final, todos acabamos defendiendo nuestra prefe (Ubuntu, openSUSE, Debian, Fedora, Slackware, Gentoo, o Knoppix como pilar de los LiveCDs) y luego alabando algunas de las virtudes de esas distros «originales» que aportan algunas novedades respecto a las demás.
Pero al fin y al cabo, eso es lo que dan GNU/Linux y el software libre. Opciones.
Buenas (esto me ha salido un poco largo, pido perdón por adelantado…),
Totalmente de acuerdo con el resumen que has hecho. A continuación me extiendo un poco:
Ciertamente, el comportamiento de un proyecto de OS se puede explicar, al menos en cierto sentido, simplificando la metáfora de la selección de las especies (en términos de éxito «evolutivo»)… es decir, se puede intuir que la aparición de nuevos productos sigue un proceso similar a una mutación genética (teniendo en cuenta que el OS preconiza y nace de la reutilización de código, pero no sólo hablo de la machina sino, también de la sociedad que la sostiene) que prosperará en la medida que consiga «reproducirse» (en este caso, en un «hábitat» compuesto de desarrolladores y consumidores) y generar nuevas mutaciones «resistentes» a las amenazas (otro sistema operativo, otra distribución o proyecto con más usuarios o con capacidades distintas…).
No obstante, no estoy demasiado de acuerdo con lo que se trasluce de lo que escribe el editor de DW: viene a decir que lo importante es crear proyectos interesantes y no meras réplicas sucintamente modificadas de los ya creados; simplemente, no deberían «nacer», ni nadie perder el tiempo en «alimentar» (con desarrolladores, usuarios) una criatura cuyos días estarán contados. Francamente, creo que la riqueza del OS radica en una cierta capacidad de producción «aleatoria» (como en genética), y en esa recombinación constante de proyectos es donde existe más posibilidad de que se dé a luz un proyecto que consiga «nutrir» las exigencias de un grupo de «consumidores», sea éste pequeño o no. Preservar esa riqueza o, mejor dicho, permitir que siga su propia evolución, será lo que esté más cercano a la naturaleza del OS, y no el pensar las maneras de limitar la «natalidad». Simplemente: no es posible. La proliferación de una distro determinada deviene en una mayor probabilidad de longevidad y reproducción, ya que habrá un número suficiente de productores y consumidores, pero no necesariamente en la aniquilación del resto de «especies».
Concluyendo: no creo que alguien pueda decir que pueda habe una última palabra para decidir cual de los proyectos es EL interesante y cuales no; sin embargo y para ser justos, habría que decir que: 1) Distrowatch crea un criterio por el cual selecciona y recomienda distribuciones; se convierte de esta manera en parte de la «cadena trófica» al ser en sí misma un proyecto y elegir su «alimento»; y 2) Distrowatch puede aplicar dichos criterios con la misma libertad con que los desarrolladores crean sus productos y los usuarios los usan (o no). Muchas veces se enfoca la «victoria» de Linux en términos de «derrota» del rival (Microsoft, distintos proyectos de OS…) y, para ello, no pocas veces veo que se llega a la conclusión de que haría falta una única macro-distribución que tuviera su reflejo en una especie de macro-corporación (me pregunto de qué podría alimentarse semejande super-depredador). Me pregunto si no sería más adecuado pensar que el éxito de Linux tendría que pivotar alrededor del hallazgo y conservación de su propio «nicho ecológico»: sostenibilidad en el tiempo de los proyectos y gran variedad de nutrientes distintos para los distintos consumidores, para que no se reduzca la «riqueza genética» de la que goza.
Y por decir más, este ecosistema «aprendre» sobre sí mismo; y no me refiero a los errores que enseñan, sino, más bien, a que hay que tener en consideración la cuestión «social»: análisis vs. opinión, amistades vs. antipatías, orgullo personal vs. desarrollo comunitario, remuneración vs. altruismo, etc. Todo tiene cabida y todo influye de manera determinante sobre el «ciclo vital» y el «grado de crecimiento» que puede alcanzar un proyecto. No olvidemos que es un organismo vivo, y siempre es interesante observar su vida.
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Y ahora un poco de Off Topic… me encanta ese fondo de pantalla que tienes en tu pantallzo de Ubuntu… ¿viene con gnome-art en la distribución?, ¿está en alguna parte de internet (he buscado en gnome art y en kde-look y nada?… Gracias si me das una pista… o lo colocas aquí para descarga (ojo, si es CC o alguna suerte de GPL, claro, 😉 ).
— Muchos perdones a todos por la longitud de este principio de «ensayo», pero creo que el tema se presta a estos desbarres… 🙂 —
Gracias Javi!! 🙂 La página es genial, buenísima calidad de la mayoría de las fotos. Lástima que no tengo pantalla 16:10… bueno, puede que me lo piense… 😉