Lunes. Nueve de la noche en el miniresort burgués. Todos cenados y con el deber cumplido, dispuestos a disfrutar de alguna serie o peli. Aquí la dinámica entre semana suele ser la misma. Los (ya no tan) enanos se van al salón y se ponen a ver algo en la tele, pero siempre en segundo plano. Ya sabéis: en 2025 la tele está siempre de fondo: lo principal es poder ver el móvil o la tableta. Y nosotros, que luchamos un poco contra eso, cedemos ese rato.
Sally y yo aprovechamos para escapar a nuestro refugio. Nuestra habitación, en la que (no) tenemos la tele más grande del mundo, y de la que disfrutamos prácticamente todas las noches un ratito. No sé vosotros, pero hubo un tiempo en el que yo renegaba de eso de tener tele en la habitación. Qué ingenuo era. Cuántas cosas tenía por aprender.
Sea como fuere, teníamos dos opciones: seguir con la serie que estamos viendo (‘Black Doves’, por ahora pichí-pichá), o aprovechar para ver alguna peli. Justo el día anterior, al navegar por los menús de Movistar+, descubrí que echaban ‘La infiltrada, que compartió el Goya a la mejor película recientemente. Y claro, lo propuse.
—¿Qué te parece si vemos ‘La infiltrada’, Sally?
—Me parece estupendo Harry. La verdad es que Keira no me acaba de convencer como espía.
—No, a mí tampoco. Venga, al lío.
Dicho y hecho. Apenas sabía nada de la peli. Algo de una chica que se logró infiltrar en ETA. Hasta ahí llegaban mis referencias. No había leído nada, no había visto el tráiler, pero la historia parecía potente. Inevitable recordar aquí la película ‘El lobo’, con Eduardo Noriega y José Coronado, que narraba una historia similar.
Ambas películas están basadas en hechos reales. No recuerdo nada de ‘El lobo’, pero mi sensación es que me gustó mucho. Lo que sé es que ‘La infiltrada’ me ha parecido un peliculón. Que esté basada en hechos reales es siempre especialmente llamativo, y aquí más porque el tema es delicado aun a día de hoy, cuando todo lo que rodea a ETA está algo difuso. Mis niños probablemente ni saben lo que es: no sé si alguno de sus compañeros lo sabrá. Lo que sí sé es que aquello forma parte ya de la historia de nuestro país.
Da igual que la historia no sea especialmente sorprendente o que sea bastante previsible: el desarrollo es impecable, y hay un par de momentos en los que tanto Sally como yo estábamos mordiéndonos las uñas de la tensión. El primer paseo de la protagonista por esa San Sebastián de principios de los 90, por esa calle llena de herriko tabernas, es por ejemplo brutal. Casi te traslada allí y sientes las miradas y las sospechas. Cómo debía ser aquello. Terrible. Es una lástima que como la peli va de lo que va no se pueda presumir mucho de la ciudad, porque es sin duda una de las más bonitas de España. Pero claro, esto no es ‘The Brutalist‘ (afortunadamente). Esta peli no es contemplativa. En esta peli pasan cosas.
De hecho no es solo la historia: son los actores. Qué pasada. Carollina Yuste, la protagonista, hace un papel fantástico, prodigioso, y también me pareció espectacular Íñigo Gastesi, que hace el papel de Kepa, uno de los etarras. Luis Tosar quizás está un punto menos brillante que en otras pelis —pero claro, Luis Tosar es mucho Luis Tosar—, y el resto del elenco cumple.
Todo ayuda, desde luego. Y quizás más el hecho de que esto es historia reciente, como decía, y que poco a poco vamos sabiendo cosas que entonces era imposible saber, aunque sea a través de la ficción. Pero es una forma estupenda de recordar aquello y de darse cuenta de la suerte que (todos) tenemos de no estar viviendo algo así ahora. Como ocurrió cuando vi ‘Patria’ —ya estáis viéndola si aún no lo habéis hecho—, diría que ‘La infiltrada’ es una de las mejores cosas que voy a ver este 2025.
Peliculón.
+1
Un papelón el de la protagonista.
Me gustó mucho la peli.
Se lo he comentado a mi mujer, y ya me está pidiendo que se la ponga. 🙂
Supongo que caerá este finde.