Ahí me teníais a mí, sufriendo por terminar mi ingeniería superior de informática, en el infernal Campus de Montegancedo. En cuarto de carrera teníamos una asignatura llamada «Inteligencia artificial» de la que no recuerdo absolutamente nada. Creo recordar que no se me dio mal, sobre todo comparada con otras muchas.
La que sí que recuerdo era su secuela en quinto curso. Ya no era obligatoria, sino optativa, y se llamaba «Robótica y percepción computacional», y me entusiasmó. Buena parte de culpa la tuvo el profesor, Darío Maravall, que era serio y muy formal, pero que explicaba todo de una forma estupenda. Es de los pocos profesores de la carrera que recuerdo de forma positiva (o que simplemente recuerdo), y de hecho hace unos años intenté contactar con él para un tema para Xataka. Nunca me contestó.
En aquella asignatura recuerdo el tema de visión artificial, que me pareció especialmente interesante y que luego me ha servido para entender algo mejor todo lo que se mueve alrededor de la conducción autónoma.
El caso es que a pesar de todo aquello, siempre vi la inteligencia artificial como un campo algo sobredimensionado. Las empresas, acostumbradas a vendernos humo y motos, aprovecharon bien el tirón cuando pudieron. De repente todo era inteligente cuando en realidad no lo era (mucho). Hubo logros fascinantes como los de DeepMind con AlphaGo, pero en muchos casos lo de la inteligencia artificial aplicada a nuestros dispositivos —postprocesado de imágenes al sacar fotos con el móvil, asistentes de voz que contestan a preguntas «leyendo» respuestas de internet— me parecía relativamente básico. Falto de chispa.
La cosa ha cambiado este año. Hasta hace unos días hubiera dicho que el mejor producto del año, el más innovador, era Stable Diffussion. Bueno, y sus competidores, claro.
Ahora ya no estoy tan seguro. Y no lo estoy por ChatGPT.
Este motor conversacional no es del todo nuevo: GPT-3 lleva con nosotros un par de años, pero como no nos han dejado usarlo mucho, apenas hemos podido disfrutarlo. La apertura de ChatGPT a todos los públicos ha hecho que todo ese potencial al fin salga a la luz, y lo cierto es que el resultado ha sido alucinante.Lo explicaba bien este usuario al hablar del ritmo de adopción de ChatGPT y, en el hilo (haced clic para verlo) explicar algunas de las cosas que la gente está haciendo con él.
No digo que sea perfecto, ojo. Digo que es alucinante. De hecho aquí quiero hacer un inciso importante. Este chatbot hace trampa. ¿Que cómo las hace?
Porque se inventa cosas.
Lo comentaban estos días en varios medios como Gizmodo, donde alababan sus virtudes, para luego poner un poco a caldo a ChatGPT al descubrir que en sus respuestas, que siempre parecen estupendas y certeras, hay datos que son mentira. Sin más. Y cito (negritas mías):
Sin embargo, hay una extraña excepción a la automatizada suavidad del programa. La parte en la que las cosas se vuelven ligeramente extrañas (y, en opinión de este escritor, más espeluznantes) es cuando el chatbot comete errores. La razón por la que esto es tan extraño es que, en lugar de simplemente hacer un cortocircuito o escupir una respuesta automática como «Error» o «Por favor, inténtelo de nuevo» cuando no sabe algo, ChatGPT realmente inventa algo. A menudo esta cosa es una aproximación de la respuesta correcta. Es extraño, porque es lo que solemos hacer los humanos en las conversaciones. Al no estar seguros de cómo responder a una pregunta concreta o abordar un tema, la mayoría de la gente intenta salir del paso. Pues bien, ChatGPT también lo hace
El redactor lo comprobó al preguntarle al chatbot por un episodio de ‘Los Soprano’ y luego por otro de ‘La isla de Gilligan’. En ambos casos la respuesta era inventada, y entonces el autor se dio cuenta de que ChatGPT es muy bueno inventando. Por eso la gente le está pidiendo que les escriba historias de ciencia ficción o inventadas. Las escribe tan bien y de forma tan coherente y ordenada que uno podría dar esas historias (hasta cierto punto) por ciertas. Y cuando da respuestas a veces ocurre lo mismo: puede que se esté inventando cosas.
Sea como fuere, la otra lectura interesante de la semana acerca de ChatGPT la encontré en Bloomberg. Allí una editora hablaba de cómo Google se enfrenta a una seria amenaza por parte de este motor: su forma de responder es tan natural y, como decía ella, tan «falta de fricción», que esas respuestas eran más creíbles y mejores que las de Google, al menos en apariencia. Sencillamente, ahora mismo mola más preguntarle algo a ChatGPT que a Google. (podéis hacerlo aquí, os contestará en el idioma en el que le preguntéis).
Lo que muchos comentábamos esta semana en Twitter era cómo Google en realidad tampoco tendría por qué estar tan preocupada. Ellos sacaron hace pocos meses su propio GPT-3, llamado LaMDA, y era tan bueno que uno de sus creadores dijo que hasta tenía conciencia. ¿Por qué no aplicarlo a las búsquedas? ¿Por qué no poner en Google un botoncito en plan no ya «Voy a tener suerte» sino «Chatea conmigo»? Eso mismo escribía esta editora al formularse a sí misma la pregunta:
¿Por qué Google no genera sus propias respuestas singulares a las consultas, como ChatGPT? Porque cualquier cosa que impida a la gente escanear los resultados de búsqueda va a perjudicar el modelo de negocio transaccional de Google de conseguir que la gente haga clic en los anuncios. Alrededor del 81% de los 257.600 millones de dólares de ingresos de Alphabet Inc. en 2021 procedieron de la publicidad, gran parte de ellos de los anuncios de pago por clic de Google, según datos recopilados por Bloomberg.
Ahí lo tenéis. El negocio de Google es la publicidad, y si te contesta a todo así de bien, rápida y claramente ya no podrá insertar (tanta) publicidad. Es tan simple como eso.
No sé si Google hará en algún momento algún movimiento en esa dirección, pero diría que esto le puede poner ciertamente en problemas. Por ahora ChatGPT no pretende competir con Google: no es capaz de buscar información en tiempo real, de visitar sitios web o de enviarte enlaces a otros sitios. Contesta en texto plano, sin hiperenlaces ni hiperleches. Lo que hay es lo que ves, aunque luego puedas continuar preguntando o comentando el tema de la pregunta anterior.
¿Creará OpenAI un motor de búsqueda que no tenga esas limitaciones y use ChatGPT? Diría que si no lo hacen ellos, lo acabarán haciendo otros. Y cuando lo hagan y logren que ChatGPT no invente cosas (o al menos avise de que las está inventando) estaremos ante una nueva era en este tipo de sistemas.
Pero de momento no estamos en la era definitiva. Se ha hablado mucho de cómo la inteligencia artificial nos iba a quitar el trabajo. En Xataka bromeábamos (con cierto nerviosismo) sobre la posibilidad de que nuestros jefes acaben entrenando a una IA para que escriba como nosotros. De mí tienen material de sobra: solo allí he escrito más de 7.500 artículos, pero en realidad hay mucho, mucho más de años anteriores en otros medios y en este blog. No parece difícil pensar que eso acabe ocurriendo más pronto que tarde.
Pero de momento mi trabajo parece estar a salvo. Lo he querido comprobar esta mañana. IKEA presentaba una nueva lámpara-altavoz, y después de escribir mi versión le pedí a ChatGPT que me hiciera también su artículo sobre el tema. No sé como lo veis vosotros, pero mi artículo es una (otra) joya de la prosa tecnológica, y lo de ChatGPT parece un panfleto de algún copywriter que acaba de empezar a trabajar en esto, que curra para estas empresas (todo muy positivo) y que además no tiene ninguna gana de destacar.
Vamos que JaviPas 1, ChatGPT 0.
Por ahora.
Javi,
Pero como sabras, estas IAs pueden entrenarse con juegos de datos específicos para generar resultados específicos.
Es decir, si se entrena con textos tuyos producirá textos parecidos a los que tu escribes, y es de esperar que en próximas versiones los promt se puedan ajustar más para producir los resultados deseados.
Vamos que lo mismo a GPT-4 le puedes decir (despues de haberlo entrenado con los textos de Xataka y los tuyos): “escribeme un articulo sobre la Raspberry Pi 9, estilo Xataka, redactado por Javier Pastor”.
Y entonces a ver lo que escribe. Luego si hace falta lo adornamos con unas imágenes de Stable Difussion con palabras del articulo (como ya hace muy bien por ejemplo Antonio Ortiz en su Error500) y tenemos un articulo totalmente automatizado.
Lo que esta por venir es fascinante o un problema, según lo puedas ver desde la barrera o desde la arena.
Quien iba a decir esto hace unos años. Que actividades consideradas como “creativas” y por tanto a priori las mas difíciles de automatizar iban a ser asumidas por las IAs sin despeinarse.
Un saludo
Claro, claro, igual no lo he explicado bien pero efectivamente entrenar a una IA con mis textos es factible ahora mismo. Sería interesante ver el resultado 🙂 ciertamente esto puede cambiar muchas cosas, pero igual nos estamos adelantando mucho a los acontecimientos. Veremos.
Me da a mi que mucho lo que se dice mucho no nos estamos adelantando. No hay mas que ver el salto de una version a otra de Dall e o de Stable Difussion.
Lo de GPT 4 lo va a petar, yo apuesto por eso.
A ver ese GPT-4, sí, y a ver el salto que se produce. Promete, desde luego.
Pues yo veo que puede funcionar como enciclopedia, pero no para generar nuevo contenido.
Si le pides un artículo sobre un nuevo teléfono, que acaba de salir, alguien tendría que suministrarle los datos primeros, digo yo.
Y así con todo.
¿Cómo escribirá un artículo sobre un nuevo coche si nadie le da datos?
¿Y los libros? Seguramente escribirá por encima de la media, pero ¿cómo haría para inventar algo nuevo? Los mejores escritores escriben a partir de sus vivencias y sus sensaciones.
Creo que ese es el ‘puntito’ que nos salva: ‘lo nuevo, lo creado con ayuda de nuestros sentidos’ y al fin y al cabo, todo lo que nos hace humanos. Otra cosa es que dejemos de valorar esto por que es ‘más barato’ consumir contenido generado digitalmente.
Pues mírate los videos que hay por hay de gente pidiéndole que escriba guiones de alguna escena de personajes de ficción. Hay uno de Jaime Altozano en el que le pide una escena de Friends. Y no lo hace nada mal.
En tema de ficción me temo que ya lo hace bastante bien, pero como dices hay una parte clara de contenido del que se alimentan y que necesitará estar actualizado (y ser correcto).
Estamos evaluando una «inteligencia», aunque sea «artificial». Si solo «escupe» lo que ha leido antes, es un buscador hipervitaminado.
¿Y cual es una de las características esenciales de un humano adulto? (Del cual copian la «inteligencia»). La capacidad de mentir. O como diría un político, «faltar a la verdad».
Pues eso…. inventarse cosas con apariencia de veracidad es «inteligencia» real. O si no, que pregunten a los políticos….
De hecho cuando hicimos Captcha en Xataka una de las cosas de las que hablamos en el primer episodio era de que definir «inteligencia» era más complicado de lo que parecía.
Más allá del debate con el nombre —si no quieres llamarlo inteligencia artificial, puedes llamarlo X— la realidad es que estos motores pueden convertirse en una herramienta muy potente, quizás no para entornos de producción, pero sí como asistentes para la creación de contenidos, sobre todo en las primeras fases en las que uno estructura un contenido (o hace un boceto de una obra).
Escribe un artículo estilo Javier Pastor (xataka.com) sobre el iPhone 15 destacando estos puntos positivos: conector usb c, mejores fotos nocturnas, mayor duración batería y estos puntos negativos: continuismo, precio.
Esto es lo que ha contestado con ese prompt:
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El iPhone 15 ha sido presentado como el nuevo dispositivo estrella de Apple, y como de costumbre, ha generado una gran expectación entre los aficionados a la tecnología. Uno de los principales cambios en este modelo es la incorporación de un conector USB-C, lo que significa que por fin podremos utilizar los mismos cables que ya utilizamos en nuestros ordenadores y otros dispositivos para cargar el iPhone.
Otra de las mejoras más destacadas en el iPhone 15 es la calidad de las fotografías nocturnas, que se ha visto mejorada de forma significativa gracias a un nuevo sistema de inteligencia artificial que permite obtener imágenes más nítidas y detalladas en condiciones de poca luz.
La duración de la batería también ha sido uno de los puntos que Apple ha trabajado para mejorar en el iPhone 15. Según la compañía, el dispositivo cuenta con una batería de mayor capacidad que permite alargar la autonomía hasta un 20% más que en el modelo anterior.
Sin embargo, no todo son ventajas en el nuevo iPhone. Uno de los principales puntos negativos es el continuismo en su diseño, que sigue sin experimentar grandes cambios en comparación con modelos anteriores. Además, su precio sigue siendo elevado, lo que puede ser un impedimento para muchos usuarios a la hora de adquirirlo.
En resumen, el iPhone 15 es una evolución más del dispositivo de Apple, que incorpora mejoras interesantes como el conector USB-C y una mayor duración de la batería, pero que también sigue siendo continuista en su diseño y mantiene un precio elevado.
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Diría que ese texto sería completamente válido para publicar para el 99.9% de los medios actuales. Yo lo leo y digo «vaya castaña de artículo», pero no le pasa nada especialmente malo. Simplemente es lo que (casi) cualquiera diría.
Ahí está el editor humano para darle un poco más de chispa al tema. Si quieres solo contar hoja de especificaciones como cuando les piden a los futbolistas que hablen después de un partido, ChatGPT es winner total.
Eeeh no he leído las historias pero si la mayoría de la gente es básica entonces creo que se van a ir a lo del panfleto