Tecnología

La burbuja punto com cumple 10 años

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El pasado 10 de marzo se cumplieron 10 años de aquel principio del fin que un gran número de tecnológicas sufrieron a partir de esa fecha. Se producía la cotización más alta de la historia del NASDAQ, el índice bursátil tecnológico de EE.UU., que aquel día cerró con un valor de 5.048,62 puntos.

Ese valor no se sostendría demasiado tiempo: en menos de nueve meses el NASDAQ perdió la mitad de su valor, y el descenso continuaría hasta llegar a índices de 1.300 puntos en octubre de 2002. La burbuja había reventado por completo.

En FaywerWayer explican mejor un fenómeno que está aún mejor documentado en la siempre socorrida Wikipedia, donde hablan de esa globalización que sufrieron los mercados financieros, pero también de la popularización del capital riesgo que permitía que las startups surgiesen de debajo de los matorrales con planes de negocio poco realistas -surrealistas sería el término perfecto- y que nunca llegaron a materializarse. En Wired realizan un repaso por ese «reventón» de las punto com, y ofrecen un PDF bastante ilustrativo -y con un curioso diseño 1.0- de todo lo que rodeó a este desastre tecnológico y económico.

Wired nos cuenta, entre otras cosas, donde acabaron algunos de los responsables de inflar a tope la burbuja tecnológica que luego nos reventaría en la cara.

La lección quedó muy bien aprendida: hoy en día la inversión en empresas tecnológicas -o cualquier tipo de empresa- está mucho más controlada, y la crisis económica ha servido para que los inversores sean aún más cautos de lo que lo eran en el pasado. No parece que a corto plazo pueda producirse un desastre igual en el segmento de las tecnológicas, pero acabamos de ver cómo en nuestro país la cosa se ha repetido en el mercado inmobiliario.

Y es que ya se sabe: nos gusta tropezar una y otra vez en la misma piedra.

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2 comentarios en “La burbuja punto com cumple 10 años

  1. Yo la viví, y estaba claro que aquello iba a reventar.

    Yo, que suelo ser muy práctico, no entendía cómo un portal que ofrecía alguna cosa gratis podía valer tanto.

    Es decir, vale que tengas un valor determinado por la información, la publicidad, etc…

    Pero cuando leías o te contaban que a alguien le ofrecían 1.000 millones de pesetas por un webmail, era para fliparlo y preguntabas… ‘pero ¿qué es lo que cuesta 1.000 millones? ¿la infraestructura? ¿los usuarios (que no son tuyos y no los puedes retener)?¡’

    Entonces alguien te hablaba como si fueras tonto, explicando cosas que ni ellos mismos entendían y se largaban como si estuviesen en posesión de la verdad absoluta.

    Claro, unos meses después el tema reventaba y se veía el valor REAL de todo.

  2. alfonso dice:

    Recuerdo que ‘acuñé’ una frase: ‘Nuevas tecnologias hoy, viejas mañana’, tal era la velocidad que alcanzaba el invento.
    Nadie me hizo caso, algunos perdieron hasta la camisa del suegro…

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