Ayer me invitaron a participar en el programa «La Economía» del Canal 24 Horas, presentado por Inma Gómez-Lobo. Ya había tenido la oportunidad antes cuando salió la noticia de que Elon Musk parecía querer comprar Twitter, y hace unos días repetí por el mismo tema.

Esta vez la cosa era ligeramente distinta. Una de las primeras medidas de Musk al llegar a Twitter ha sido despedir a prácticamente la mitad de la plantilla, pero esos despidos han traído mucha cola. Lo contaba muy bien Casey Newton, un periodista con muchas conexiones y que antes curró en The Verge. Allí comentaba además algo curioso: parece que Musk se está plantenado poner muro de pago en Twitter para que los que queramos usarlo como siempre (gratis) tengamos que pagar. Una idea inquietante, desde luego, y de la que hablaré más adelante.

El caso es que esos despidos de Twitter son de hecho contagiosos. Meta podría anunciar hoy miles de despidos también, y el resto de las Big Tech están o despidiendo tímidamente (Microsoft) o congelando las contrataciones (Amazon y Apple, que por cierto tiene un problema a la vista con ese tema).

Son malos tiempos para las tecnológicas, así que el recurso fácil para volver a beneficios es el de soltar lastre y hacer despidos. Es una medida terrible pero frecuente cuando pasan por una crisis, y eso es lo que está ocurriendo ahora. Como indico en el programa de RTVE, todas esas empresas que ahora dicen eso de «uf, de contratar nada, chicos, que estamos en época de vacas flacas» estaban a tope con el crecimiento hace un par de años, y no paraban de fichar: la guerra de talento era terrible, de hecho, pero ahora resulta que va a haber bastante talento (tristemente) disponible.

A mí esto me da mala espina, sobre todo después de leer la interesante entrevista a Russel Napier el otro día. No lo conocía, pero lo que dice sobre la marcha de la economía parece razonable y preocupante. Según él estamos solo empezando a rascar la crisis, y vendrán tiempos aún más duros que podrían durar entre 10 y 15 años. Ahí es nada. Y falta por llegar una consecuencia terrible: el alto desempleo.

Me parecen muchos años y muy malos vaticinios, y como yo soy razonablemente optimista creo que la cosa no será tan larga ni tan mala, pero me temo que solo puedo defender esa sensación con el citado optimismo. De momento, eso sí, os dejo con el vídeo de mi nueva aparición televisiva. La fuente original, aquí (minuto 20:10).