No he podido decir nada a casi nadie, pero durante las últimas semanas he dejado mi Huawei P30 Pro a un lado y he estado usando un iPhone 13 Pro. La idea no fue mía, sino de mis jefes de Xataka, que me propusieron que viera a ver qué tal era hacer el cambio de forma temporal. Como creyendo que me iban a convencer 🙂
No lo lograron.
De hecho puede que os pase como a mí y ciertas cosas os provoquen una sensación buena o mala desde el primer momento. Como cuando conoces a alguien y te cae bien o mal, o cuando ves una serie y desde el principio sabes que te va a molar o intuyes que probablemente sea una castaña.
El iPhone iba a ser una castaña. Al menos, para mí.
Lo supe desde el primer momento. De hecho lo supe hace meses, queridos lectores. Ahora, tras probarlo en mis propias carnes, lo he contado todo en Xataka con pelos y señales, desde esa primera sensación de «ostras, lo que pesa» hasta el primer encuentro con un teclado que he odiado a muerte. Qué malo es, por Dios. Luego estaba todo lo demás. Las pequeñas molestias y trampas que directa o indirectamente Apple pone en el camino de los usuarios a los que como yo les gusta toquetear y dejar las cosas a su gusto.
Hay cosas que yo considero absurdas —como esa barra inferior del teclado de las imágenes— o ese descubrimiento absurdo de que en iOS no existe un gesto hacia atrás unificado y universal. Depende de donde estés, para volver atrás tendrás que hacer una cosa u otra. Para una empresa que se vanagloria de ser la mejor en usabilidad, aquí mete la pata hasta el fondo.
Lo mismo ocurre con otras cagadas importante como las del centro de control que no tiene acceso directo al interruptor de ubicación. ¿Por qué tengo que ir a Ajustes -> Privacidad -> Localización para activarla o desactivarla? ¿Por qué no dar la opción de enchufarla o no como uno hace con la Wi-Fi o el Bluetooth? Una vez más, sorprendente y bastante lamentable para una empresa que además de vangloriarse de lo buena que es en usabilidad también afirma siempre defender la privacidad de los usuarios a capa y espada. Hay otras cositas que me molestaban, como lo de no tener pantalla activa, lo de Face ID —que la verdad, no me convence— o el tostón que Apple te da con resultados promocionados —muy à la Google— en su App Store.
Pero luego está lo más sorprendente. Lo de la cámara. Me esperaba que todo lo demás no importaría. Que en cuanto empezase a sacar fotos todas mis malas impresiones desaparecería. Que al lanzar la app de cámara sonase un coro celestial y de repente cada foto fuera digna de una portada del National Geographic. Rollo aquella que hice con el P30 Pro hace años:
Pues no. La cámara del iPhone no es para tanto.
A ver, está muy bien, sí, pero no le saca una distancia sideral a la del P30 Pro. La foto del salto es un buen ejemplo: la tomé a los dos días de volver a mi glorioso móvil con Android. Cámara de finales de 2018 y mirad cómo se porta. En condiciones normales habrá quizás algo más de detalle, pero me gustan mucho el zoom (mucho más potente) y el ultra gran angular de mi móvil Android, y no los cambiaría por los del iPhone. Lo único en lo que gana este último es en su grabación de vídeo, y aunque ahí sí que la cosa es interesante, no es suficiente para convencerme.
Durante esas pruebas tuve la oportunidad, eso sí, de comentar lo que estaba haciendo con algunos compañeros y amigos cercanos. En plan confidencial, les decía. Si decís algo tendré que mataros. Todos me preguntaban qué tal, y cuando les decía lo poco que hasta ese momento me había convencido el móvil, me decían que cómo era posible. Que el iPhone es el iPhone. Que es guay en todo. ¿no?
No. No para mí. Entiendo que para mucha gente sí, pero un mes debería ser tiempo suficiente para que me acostumbrara a las mecánicas del iPhone y que hiciera todo más o menos rápido. Pues no. Un día tras otro pensaba «bueno, un día menos para volver a mi P30 Pro», así que imaginad la sensación. Una pequeña condena.
Y ahí está hora mismo el iPhone, aparcado en un lado, esperando a ser devuelto. Seguro que mucha gente le saca provecho. Yo, desde luego, no.
Hasta nunca.
Pues leído el post lo primero es que hay claramente una predisposición a que no te guste, tanto personal como de reacción a que te digan “ya te lo dije”
Pero aunque lo del teclado lo puedo entender, el resto me parece muy exagerado, francamente, demasiadas letras para enfatizar tres cuestiones menores: localización (que puedes personalizar app por app), lo del gesto hacia atrás y pantalla siempre activa. Porque lo del widget de Google es cosa de Google no haber hecho uno igual para el iPhone.
Y sin embargo te has negado a usar y dedicar tanto espacio a los servicios de Apple (no te digo ya aprovechando que tienes el Macmini). No hablo solo de AirDrop, hablo de la sincronización, de las fotos escaneadas a distancia desde dentro del propio sistema (lo uso un montón), Atajos, de Fotos (que tanto te preocupan, Fotos es una maravilla y lo tienes incluido), una suite ofimática incluida en el sistema, otra de creación (videos y música) de altísima calidad y enorme facilidad de uso.
Sinceramente, me parece que esa predisposición te ha impedido ver las posibilidades nuevas y diferentes que te ofrece el iPhone, te ha hecho obviarlas y dedicar mucho espacio a tres aspectos nada más. No es solo una cuestión de que tuvieras unos hábitos y te cueste cambiarlos (que lo entiendo perfectamente), sino de querer regodearte en las cosas que menos te gustaban (párrafos enormes) y pasar de todo lo demás, poniendo un par de puntos positivos muy de pasada (apenas un par de frases) para que decirte a ti mismo que los buscaste. Y eso, que es muy humano y en lo que me reconozco perfectamente, para un artículo me gusta menos, la verdad.
El post de Xataka no es un análisis. Es un experiencial totalmente opinativo, y como tal hay que tomarlo. Entiendo que haya gente que a esas cosas no les dé importancia. Yo se las doy y no me parecen pequeñas, porque lastran mi experiencia continuamente. Soy bastante práctico y totalmente agnóstico en el ámbito de la tecnología, lo he dicho muchas veces. Uso lo que me compensa y con aquello con lo que me siento cómodo. No trabajo con una silla cuyo reposabrazos no me convence aunque sea una Herman Miller. Me compro otra si puedo. No juego al pádel con unos pantalones que me rascan aunque sean de Nike. ¿Que luego esas cosas le gusten a otros? Fantástico. Yo prefiero sentarme en mi silla de IKEA y usar un bañador normal y corriente —lo hago muchas veces— porque es, para mí, brutal. Porque estoy cómodo con esos productos todo el rato. Si no no los usaría.
Y no quiero forzarme a usarlos si no veo beneficio. Esto no es una obligación. No es un «me tiene que gustar el iPhone, o la silla, el bañador, seguro que me acostumbro al final». Pero qué estupidez. Las cosas te gustan o no te gustan, y ya está. No me pagan por usarlas (he pagado yo, majo, las he comprado), no las disfruto, y le he dado una oportunidad gorda al tema: un mes debería ser suficiente para que abriese (más la mente). Por supuesto que voy con una predisposición. Todos la tenemos a todo. A todo, Opi. Que luego una cosa te pueda cambiar la opinión es factible, pero no sucede siempre. Me considero un tipo bastante abierto a perder discusiones, pero lo que no soy es idiota: si no me gusta algo y no me convence —por lo que sea, aunque sean pequeñeces, como tú dices— no voy a usarlo si no estoy obligado a ello. Es lo maravilloso de tener opciones.
Por eso me planteé cambiar al Mac mini, que no es ni mucho menos perfecto —y la culpa es de macOS—. Eso no quiere decir que de repente todo lo que hace Apple con su ecosistema me parezca fantástico. No uso Fotos, que está bastante bien, porque a Apple no le sale de los santos coj**** que no se puede usar en red y que esa fototeca esté disponible en mis equipos. No majo. Si quieres hacer eso usa iCloud y págalo. Y a mí, como en realidad soy como Apple y quiero que se hagan las cosas como me sale de los coj****, pues paso de iCloud y me monto mi chiringuito, y con eso como con todo. Y lo que dices de los servicios, las utilidades como los atajos o el ecosistema, lo mismo. Entiendo que están ahí y falicitan las cosas en ciertos escenarios, pero yo no he visto casos de uso claros que me cambien la vida. Quizá los haya y quizás tenía que haber estado más tiempo y forzarme a usarlos para descubrir lo buenos que son, pero un mes es tiempo suficiente para tener una impresión bien formada de algo así. En mi caso suelo tenerla formada mucho antes, pero oye, por mí que no quede.
Me parece muy bien que el artículo te guste menos. Lo que no me parece tan bien es que opines que mi predisposición es mala o que lo que digo son tres pequeñeces a las que les concedo mucha importancia. Para mí son cosas muy importantes y que constantemente condenan la experiencia de uso, no hay más. Respeto a todos los que usan un iPhone y me parece fantástico que lo hagan y sean felices. Es lo que yo quiero, usar lo que me gusta y ser feliz con ello.
No entiendo ni tu queja ni la de algún lector más de por aquí. Ni la de los xatakeros que me dicen que me equivoco: el titular lo deja claro. El iPhone no es PARA MÍ. La clave son esas dos palabras finales. Es tan simple como eso. Respétalo y respeta los argumentos porque si me he extendido con ellos es para defender lo que pienso. Yo intento hacerlo siempre con lo que escribís, pero a veces este tipo de comentarios me dejan un poco flipado. ¿Que tengo una predisposición a que no me guste? Por supuesto ¿Que son pequeñeces? PARA TI (con mayúsculas). Es tu opinión. Totalmente respetable, pero que no comparto porque tú eres tú y yo soy yo. Y cada uno es como es.
Pero si he respetado tu opinión en todo momento, no entiendo tu enfado y tu sobrereacción, lo siento. He dicho que hay predisposición a que no te guste, pero es que tú mismo lo reconoces (» ¿Que tengo una predisposición a que no me guste? Por supuesto»), porque es muy evidente. Y te digo también que lo entiendo porque me reconozco a mi mismo en esa actitud (la predisposición, los prejuicios) con otras cosas, es muy humano, no pretendo la objetividad absoluta, lo he puesto por delante.
Y por supuesto que entiendo que esos tres detalles no te gusten y te parezcan importantes en tu día a día. Pero opino (porque digo yo que también puedo opinar) que PARA MI (en mayúsculas, como me has puesto tú) es exagerado dedicar párrafos enormes a remarcar esos tres detalles y no dedicar espacio a las otras cuestiones y que A MI no me gusta verlo así en un artículo, por mucho que sea de opinión, espero un poco más siempre. Siento si te molesta que no me guste tu artículo por eso, pero no me digas que no respeto porque he sido muy respetuoso en todo momento. ¿En qué falto al respeto? ¿En comentar la predisposición que tú reconoces? ¿En decir que PARA MI es exagerado dedicar tanto espacio a eso y pasar por encima todo lo demás y que por eso no me gusta? No entiendo qué hay de irrespetuoso en eso y menos de la forma en que lo he hecho.
Y aquí paz y después gloria.
Cierto a lo del respeto. Me refería a que aquí las opiniones son respetables, no quería decir que tú no lo hubieses sido, disculpa. Paz y gloria, paz y gloria Opi.
Javi estoy muy de acuerdo con los comentarios que te dedica Opi. Por lo tanto no voy a abundar en ello. Lo que si añadiré es que en tu artículo de Xataka (y aquí) obvias por completo algo que es importante en el iPhone, y es el buen software que te ofrece iOS y al que Android no llega en calidad ni por asomo.
Bastante tendencioso tu artículo de Xataka, como de anti-fanboy: me ha sorprendido viniendo de ti.
Saludos.
Tberni, aplícate el cuento de lo de Opi. Y cuando escribas algo, defiéndelo y no laces calificativos al aire. ¿Tendencioso por qué? ¿Y por qué iOS es bueno y Android malo? ¿Tienes alguna fuente respetable, tienes argumentos, o es porque lo dices tú?
De verdad, cuando escribáis cosas escribidlas con criterio. Argumentadlas o dad fuentes. O simplemente decid «iOS es bueno para mí» y listo. Así se entiende todo, porque cuando uno no defiende lo que dice y simplemente lo dice porque él sabe más que nadie, en plan Wikipedia, es que algo está haciendo mal. Así lo creo yo, y me dedico a esto desde hace unos años.
De verdad, ahorraos esos comentarios. No es porque sean una crítica a mi opinión. Es porque son una crítica vacía, sin argumentar (al menos en tu caso, Opi se ha esforzado algo más). Hoy he perdido 15 minutos volviendo a defender este tema porque me gusta tratar de cuidar los comentarios y a mis lectores, pero de verdad, esto no es el Marca.
Tan solo te di mi opinión, como tu has dado la tuya. No quería hacer un artículo paralelo al tuyo, no te lo tomes así, hombre! Opino -también- que te lo has tomado muy dramáticamente, como comenta otro contertulio. No te hagas mala sangre por favor. Da mal royo.
Entro, veo que ya está todo dicho y me voy.
Aquí estáis siendo todos muy dramáticos. Chico. Que es un teléfono y el artículo es en una web de entretenimiento/ tecnología. De verdad que los comentarios de unos y otros me parecen un poco exagerados en el tono.
Pues sí. Hay cosas mucho más importantes en la vida, ciertamente.
Me he leído este y el de Xataka. Y das en el clavo al identificar que no te gusta y por qué. Leo muchos artículos donde te dicen que el iPhone es mejor por qué si o que Android es mejor por qué tal.
Obvio es subjetivo, pero das ejemplos de cosas que utilizas mucho y que Android te provee una mejor experiencia.
iPhone es bueno, pero no es el mejor para todos.
Igual no se cómo te adaptaste a macos o a Windowsb después de años con Linux…
Yo tengo un iPhone y un Android y creo que cada vez están más cerca, son embargo prefiero esa cierta libertad de hacer las cosas a tu modo de Android. Igual me pasa al usar Windows o Mac, extraño mi gnome.
Sigue escribiendo plasmando tus opiniones, aderezadas con ejemplos.
Es un poco eso: al final te puedes sentir más a gusto con uno u otro. Solo he intentado contar mi experiencia.
Te entiendo totalmente. Me pasó al tener que usar un Mac. Y no fue 1 mes, fue mas de 1 año trabajando y siendo mi único equipo.
Al final cuando pude volver a Linux (cambiando de trabajo) fue un alivio.
Y con Windows hasta me lo aguanto (aunque no he probado el 11), pero macOS, como dicen ustedes, fue un tostón!
Lo intenté y mucho, que me gustará, pero es como es. Es como le guste a Apple o no es.
Bueno, que conste que yo con el Mac mini estoy muy contento, es lo que buscaba en este equipo y lo he logrado «adaptar» a mi forma de trabajar. Curraba igual de bien (quizás algo mejor) en Windows, pero mi PC no era tan eficiente y ahí el Mac mini gana por goleada. Ahora mismo valoro más eso.
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