Llevo usando un ratón Logitech MX Master desde hace años. Me parece un dispositivo prodigioso: uno de esos a los que no le prestas atención al principio y del que te vas dando cuenta de lo mucho que te aporta en el día a día.
Siempre lo digo: invierte en aquello que usas. Puede que el ratón o el teclado no sean accesorios muy pintones para mucha gente, pero son dos de esos cacharritos con los que se pasan muchas horas al día. Curiosamente, a muchos les basta usar teclados y ratones de batalla, normalmente porque son los que la empresa les facilita. Y así con todo, sobre todo en el ámbito profesional en el que las inversiones son las que son (¿mesas de ping pong?) cuando deberían ser las que deberían ser (sillas, equipos, monitores, teclados y ratones estupendísimos).
El caso es que estoy enamorado de mi MX Master. Ya he contado alguna vez que dos años después de comprarlo ya había aparecido su primer sucesor, pero a mí me dio igual: vi un MX Master en Amazon a precio de risa y me lo compré para tener un repuesto exactamente igual del que tenía si este se me acababa rompiendo. Así soy yo. Previsor como pocos.
El caso es que creí que se efectivamente se me había roto. La rueda de ratón del MX Master tiene un botoncito tras ella en la parte superior que permite seleccionar su modo de funcionamiento. Está el modo «ratchet» («carraca», qué término tan perfecto por una vez en su traduccción literal) en el que la rueda tiene un cierto traqueteo, es para desplazarse muy despacito y con una respuesta clara de que vas engranaje a engranaje (o algo así), y luego está el modo «Hyper Fast Spin mode» (o así lo mencionan ellos) que es una especie de modo libre en el que tú le das a la rueda hacia un sentido u otro con fuerza y dejas que la inercia haga el resto: se mueve a toda pastilla, y no deja de hacerlo durante un buen rato, hasta que la fuerza que le has dado acaba agotándose a causa del ligero rozamiento.
Total, que mi modo Hyper Fast Spin, que es el que me mola (es glorioso, de hecho), no pirulaba. Tras aguantar unos días con el modo carraca no podía más, y me puse a mirar si quizás alguien tenía el problema. Benditos males (tecnológicos) de muchos, queridos lectores, porque otros usuarios tenían el mismo problema y eso suele significar que algún lumbrera había encontrado alguna solución.
Así era: un tipo publicaba hace unos años en su blog cómo reparar este problema, que se debe a un pequeño bloqueo del curioso mecanismo de palanca que activa uno u otro modo. A esa explicación se le sumaba un vídeo que supongo es del mismo usuario, y que es absolutamente prodigioso por lo detallado de la explicación y por cómo hace zoom en los puntos clave para que uno vea exactamente cómo reparar el tema. Helo aquí:
Que un vídeo así se haya visto más de 150.000 veces deja claro que debe haber habido bastante gente con el mismo problema, y lo cierto es que tras el proceso de reparación, que me llevó unos 10 minutos en total, saqué dos conclusiones.
- Elon, contrátame para SpaceX: parece mentira, pero la satisfacción que da reparar algo es sorprendentemente fantástica. Yo me he sentido un poco ingeniero de la NASA tras lograr recuperar el bendito funcionamiento original de mi ratón, y creo que ahora mismo estoy preparado para afrontar cualquier reto técnico. Voy a echar el CV en SpaceX, a ver si cuela.
- Qué importante es poder reparar: más allá de esa primera conclusión, que va en tono de broma, la segunda es mucho más relevante. Hace años que el movimiento ‘Right to Repair’ trata de luchar por el derecho de los usuarios a trastear con los productos que compran para tratar de repararlos o mejorarlos. He hablado mucho de ello en Xataka y también alguna vez por aquí, pero es un tema que, como la privacidad, provoca desagrado. «Uy, eso de reparar es muy incómodo, mejor comprar uno nuevo». Pues no. Reparar mola.
No solo mola, insisto: la satisfacción que a uno le queda tras ver cómo eso que no funcionaba vuelve a funcionar es estupenda. Lo dicho, voy a actualizar mi CV para poner «sé reparar ratones».
Ele.
Tengo el mismo ratón por duplicado también, en mi caso no por previsor si no por la política de sustitución de Logitech.
Se me quedo pillado el botón del reposapulgar (?) y el ratón no respondía, puse mi reclamación y a los 5 días tenía ratón nuevo. La cosa es que como cacharrero que soy me jodia tirar un mx máster por esa pijada así que lo abrí y resulta que el material gomoso de esa zona se había deformado y rozaba, impedir do liberar el botón. Con una navaja y un poco de maña recorte la zona, volví a montar y funciona perfectamente. Es un ratón espectacular y me planteé comprar una versión mas nueva por el rollo del «Logitech Flow» cuando usaba el portátil al lado del de mesa pero me faltidia hacer un desembolso cuando los que tengo funcionan bien solo por eso.
Y si yo también me sienti ingeniero de la NASA ese día.
Yo ya he echado el currículum, no te digo más 🙂
Bien por esa reparación!
El «right to repair» , por chorra que suene, es más importante de lo que parece. Yo mismo arreglo y apaño de todo: desde bicis, ordenadores y cacharros varios, me parece importante que por diseño no se obstaculize algo tan básico (Heard that, HP? You damned curr..).
Pero claro, no venderían tanto. Y por cierto, fíate tú de Elon Musk y Tesla: le querían cobrar por una reparación a un particular (un Tesla 3) 16.000$, y el hombre se las ingenió para buscar una reparación completa por 700$… Quién mucho aprieta, ahoga ciertas oportunidades…
Es súper-importante, sí.
¿En el caso de comprarse ahora uno, viendo que van ya por el MX Master 3, recomendarias seguir comprando el MX Master 1?
No sé exactamente las especificaciones que diferencian al nuevo modelo respecto a la primera versión (versión que sigo disfrutando), pero si el precio acompaña y tras revisar esas especificaciones seguro que el MX Master original (o versión 1) es una compra acertada.
En relación a lo que comenta Javi sobre el derecho a reparar, debido a la cantidad de residuos que generamos y que podríamos evitar reparando, casi que lo deberíamos considerar como una obligación.
Recientemente se me ha estropeado el standing desk (¿escritorio elevable?) que me monté hace menos de un año. Lo adquirí en Amazon, y tras consultarlo con ellos (indiqué que la pieza que se había estropeado tenía pinta de poder sustituirse fácilmente) procedieron a devolverme el importe abonado sin necesidad de enviar el producto estropeado.
He investigado un poco por la red para ver si hay alguna solución, parece ser que la pieza estropeada (algo así como la fuente de alimentación) no se distribuye, ni por el fabricante (u otros similares) del standing desk ni por el fabricante de la propia “fuente de alimentación” (no distribuye a particulares).
¿Con qué me encuentro? Con un aparato en “perfectas” condiciones que muy probablemente voy a tener que desechar.
Vaya gaita.
Como dice Tzinm, el MX Master 1 sigue siendo estupendísimo. Que seguro que el MX 3 es aún mejor, pero no tengo claro que valga la pena la diferencia. Surgirán ofertas sobre todo en Black Friday por si quieres y puedes esperar.
Tengo el MX3. LAo que dices de invertir en lo que uno usa es como mantra de lo que compro.
Vale la pena si no está caro (yo lo compré en una promoción).
Ole, y como dices si está de rebajas y no hay mucha diferencia con el antiguo desde luego ir a por él es un acierto. Disfrútalo mucho 🙂
Subo tu apuesta: cambio de motor de aspiración a aspiradora robótica Xiaowa-Roborok. Increíblemente el aparato sólo tiene 3 tipos de tornillos, de tamaños estándar y nada «pegado» o con grapas que se rompan al abrirlo. El motorcillo comprado en Amazon y a tirar millas. Curioso que algo que es de marca china muy china, «high tech» y demás sea tan fácil de reparar e intercambiar piezas.
Ole. Enhorabuena.