Igual eso es lo que pensó Gina Carano cuando usó su cuenta de Instagram para poner una burrada un comentario polémico típica de negacionistas sobre el Holocausto. Que sus opiniones eran suyas. Que total, en Disney mirarían para otro lado porque oye, una cosa es que filtrase cosas de ‘The Mandalorian» y otra que expresase que lo del Holocausto no fue para tanto.
También lo debió pensar antes, cuando se rió de las mascarillas. O cuando apoyó el asalto al Capitolio. O cuando marcó con un «me gusta» artículos que criticaban el movimiento #BlackLiveMatters. De nuevo eran opiniones suyas. Ni más ni menos.
Pero en este mundo que nos ha tocado vivir pasa que esas opiniones, por muy nuestras que sean, pueden afectar a mucha gente. Ocurre con gente con esa visibilidad pública que se pueden cargar de golpe y porrazo su reputación por defender posturas poco razonables. Como Miguel Bosé con lo de las mascarillas, por ejemplo.
A Gina Carano sus opiniones, por muy suyas que sean, le han costado el despido en ‘The Mandalorian’. Diría que es algo bastante lógico teniendo en cuenta que hoy en día las empresas están como muy alineadas con sus empleados: si no hubieran despedido a la chica, eso habría supuesto un probable ataque a Disney por apoyar tales posturas. Aunque fue mucho más grave, esto me recuerda al caso de Kevin Spacey, al que probablemente recordaremos para siempre tanto por sus papeles en pelis y series (y el tío lo hacía guay) como por las acusaciones de acoso sexual que recayeron sobre él y le desterraron de Hollywood. Construir una reputación cuesta toda una vida. Destruirla, un elefante o el soborno saudí o las cintas de Corinna o los papeles de Ginebra o las tarjetas black un tuit.
Ya no eres solo lo que haces, sino también lo que dices en redes sociales. Tu empresa probablemente tenga muy en cuenta tus perfiles en redes sociales, sobre todo si dices algo improcedente que ponga en riesgo esa marca para la que trabajas. Que Gina Carano no lo supiese o no quisiese saberlo da al final lo mismo. Sus opiniones no eran tan suyas. O sí, pero igual habría hecho mejor en quedarse calladita.
Supongo que es algo que todos tenemos muy claro. En Xataka saben bien que tengo este blog y saben bien que el tono es otro, pero jamás ha habido conflictos con Incognitosis porque 1) sigo guardando las formas y 2) no soy un bocachancla (creo). Lo raro de hecho es que me hagan comentarios sobre lo que hago o dejo de hacer en Incognitosis, ni para bien, ni para mal, y aquí voy por libre, algo que agradezco porque como digo puedo ser algo menos políticamente correcto y meter un poco más de cera de lo normal —ojo: también la meto allí— aunque tanto en uno como en otro lado siempre lo haga con argumentos razonables (creo).
Pero claro, igual un día me da un yuyu y digo alguna burrada aquí o en Twitter, a saber. Igual eso me cuesta el puesto y me acabo convirtiendo en el Jiménez Los Santos de la tecnología (Dios no lo quiera).
Dudo que eso ocurra, sobre todo porque sé que aunque mis opiniones son mías, todas mis opiniones son estupendas hay opiniones que es mejor no airear demasiado. Porsi.
Madre !! Has puesto saber cómo V .
Ya solo por eso te echarían de Disney y de la RAE, pero oye , es tu blog y es tu opinión , quien soy yo para contradecirte y que pongas saber o saver
¡Calla calla! Lo vi al poco de publicar, pero veo que ya era tarde, ¡argh! Adiós a mi futuro en la RAE, está claro 😛
Al final las redes favorecen el «herd thinking». Por mucho que no nos guste la opinión de Gina Carano, al final no sé si nos compensa la dirección que estamos tomando de «mejor muérdete la lengua, eh, calladito estás más guapo…». Una opinión que no se expresa, al final, no «existe». Como en España con Franco, no hace tanto, mirusté.
El tema es que somos lo que hacemos, pero también lo que decimos. Que ella puede opinar eso y decirlo, por supuesto, pero en muchos casos eso puede tener consecuencias. Decir lo que piensas puede salir carete.
Pues sinceramente, una burrada muy muy gorda tienes que decir por aquí para que, manteniendo el tono en el que lo dices todo, se líe.
Sí, eso creo yo, pero oye, nunca se sabe.
Pero eso aplica para personajes públicos que trabajan para empresas privadas porque los políticos no sé de que privilegios gozan que pueden decir cuanta estupidez pase por sus cabezas y se quedan tan panchos. Es triste porque generalmente es mucho peor lo que dicen/hacen nuestros gobernantes y solemos adoptar posturas extrañas y olvidar tan rápido como un caballero olvida a una dama.
Curioso, muy curioso!
En perfiles políticos efectivamente parece que hay un doble rasero. Ahí, me temo, el objetivo es polarizar, así que ciertas burradas forman parte de la imagen de un perfil o un partido. Diría que la gente que las dice en muchos casos interpreta un papel. Es otro tema, sí, bien dicho.
Esto me recuerda a la gente que tiene como dogma el «yo soy sincero porque siempre digo lo que pienso», como si eso fuera algo bueno.
Ejemplo: «eres muy feo, así que no te arrimes a mí»
Hay que aprender a vivir en sociedad para hacerlo.
Sí, hay mucha gente que dice lo que piensa sin más y claro, PASAN COSAS 🙂
La verdad, creo que estamos perdiendo el norte, y como de momento no nos toca a nosotros …
Exactamente ¿Dónde niega el holocausto?
Nunca es el cómo, es el quién. Pedro Pascal puede decir que los votantes republicanos son todos unos nazis:
https://cosmicbook.news/mandalorian-pedro-pascal-fans-nazis
O Schwarzenegger mismo:
https://www.dw.com/es/schwarzenegger-compara-asalto-al-capitolio-con-el-nazismo-en-alemania/a-56189401
Al despedir a Cara, le han dado la razón: la han despedido por sus opiniones políticas. Puedes hacer comparaciones locas con el holocausto, siempre que seas del bando de los buenos.
Ya lo comenté cuándo todo el mundo se alegraba del cierre de cuentas de Trump, la gente no se da cuenta de que es cuestión de tiempo de que vayan a por ellos.
Pues claro que estoy en contra del movimiento Black Lives Matter. Un movimiento que ha provocado destrozos, muertes por todo un país, y ha sembrado más odio de que pretendía evitar… He leído declaraciones violentas, racistas, … de sus principales propulsores y no ha pasado nada. De momento soy libre de decir esto en mi trabajo sin ver peligrar mi puesto. ¿Cuánto tiempo durara esto? ¿Podría decir esto en Facebook?
Es cierto que hay una apreciación subjetiva sobre lo mucho o poco que metió la pata, pero la conclusión es la misma: hacer ese tipo de comentarios es comprometedor para la empresa que te da trabajo, que tiene que evitar alinearse con ellos. En España cantar el himno o poner la bandera en la terraza es ser un fascista, por ejemplo, y los políticos (como Swartzy) y personalidades como Pascal hacen comparaciones similares, pero claro, por el otro lado: estar en contra del nazismo es lo correcto. No digo para mí (que también) o para ti: digo para una empresa que tiene una imagen que cuidar.
Pero sí, el trasfondo es peligroso, porque al final las opiniones pueden salir, como decía, muy caras, y esto de que se registre todo en internet hace que poner algo en Twitter o Facebook que ahora te parece inocuo te acabe costando un disgusto en unos años. Como dices, estamos perdiendo un poco el norte, pero en libertad de expresión sí creo que debe haber límites. Tema peliagudo.
«personalidades como Pascal hacen comparaciones similares, pero claro, por el otro lado: estar en contra del nazismo es lo correcto.»
Parto de la base de que ninguno de los dos lados está a favor del nazismo. Esto no va de estar a favor del nazismo o en contra. Va de ser republicano o demócrata, y ese es el punto que me da pena que no termináis de ver la inmensa mayoría
Si eres republicano, no puedes hacer comparaciones con el nazismo, porque te van a acusar de nazi y de negacionista
Si eres democrata, puedes hacer comparaciones con el nazismo, puedes llamar a todos los votantes republicanos directamente nazis, que no pasa nada
Puesto a poner escala en las burradas, las de Pedro Pascal me parecen las más desafortunadas y que más vanalizan el nazismo.
De un tiempo a esta parte es siempre lo mismo. No es el qué dice, es el quién lo dice
Pero de verdad has leído los comentarios??? Ella nunca está del lado del nazismo!!! precisamente lo critica!!!! Y de una forma menos directa y acusadora que Pascal. Pascal está en contra del nazismo también pero llamo Nazi a media población americana.
Sé que la mayoría de gente que opina ni se ha leído lo que puso Carano, solo que la relacionan con el fascismo y por eso aplauden la medida… Pero es que hablan desde el desconocimiento. Y tampoco saben que de loq ue se le acusa realmente, que es de la vanalización del holocausto (al comparar ella a los que son perseguidos por sus opiniones, como le pasa a ella) otros de su mismo programa (pero no él solo, hay ejemplos a patadas) como Pascal, hacen no ya una vanalización, sino que vino a decir a los que votan a Trump que son fascistas.
Buen apunte, gracias porla apreciación.
Una vez ha quedado claro que no ha negado el holocausto. Ponte un momento en su piel. Te despiden por tus opiniones políticas. Me permito una correción a tu texto
«personalidades como Pascal hacen comparaciones similares, pero claro, por el otro lado: estar en contra del nazismo es lo correcto.»
Es mejor así:
personalidades como Pascal hacen comparaciones similares, pero claro, por el otro lado: son democratas
Judd Appatow o Josh Whedon han llamado a Trump «nazi asesino de masas» y le han acusado de convertir el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas en las SS del Tercer Reich. Eso si es banalizar el Holocausto
Doble rasero: está en juego algo mucho más grande que un despido de una actriz.
Esa es la clave del asunto. Como dices, todos dicen burradas más o menos gordas. Si esas burradas forman parte del discurso de quien maneja el cotarro, todo es bien.
El doble rasero es más viejo que mear de pie, pero sí, esta situación no mola. Ni moló antes, ni molará en el futuro.
¿Qué tipos de comentarios te hacen sobre lo que haces o dejas de hacer en Incognitosis?
De todos modos, Gina Carano ya no trabaja en Disney.
Sigue así, campeón.
¿? Claro, por eso el post. Porque sus declaraciones demuestran cómo lo que dices puede afectar a lo que haces.
Maaaaadre mía! Has leído lo que dijo sobre realmente sobre el tema del holocausto? Está precisamente denunciando que hay una gente que en las redes sociales no puede opinar lo que le parece porque es perseguida como la judía de la foto que dice… Para no irnos muy lejos, su compañero de reparto Pedro Pascal llamó nazi a media población americana. Pero desde un sector determinado se puede «vanalizar al holocausto» y no pasa nada (como debería ser, por otra parte) y a otro se le crucifica.
Me encantaría discutir porqué se puede estar de determinadas actuaciones del BLM o antifa sin ser racista (no sé yo, criticar el que en nombre de la defensa del antirracismo se cometieran salvajadas), o como otros que son abanderados AHORA de las mascarillas, eran «negacionistas»… Pero bueno, en todo caso, diré que la libertad de expresión es eso, aceptar al que opina diferente por mucho que haya gente que se pueda ofender. Para eso están las leyes y el poder rebatirlas y debatirlas públicamente.
Más que nada, porque desde el otro «lado» se pueden decir auténticas barbaridades muchísimo peores que las de Carano y no pasa nada ni alegamos a los límites de la libertad de expresión, que, oh sorpresa, suelen estar en lo que opinan los que opinan diferente.
No; no se puede ver la viga en ojo ajeno. E incluso los terraplanistas o los negacionistas de las vacunas tienen derecho a expresarse públicamente. Y más, cuando a determinadas opiniones muy agresivas, que si alguien las tuviera hacia el otro lado, se dan a ton y a son sin ningún tipo de problema.
La cultura de la cancelación va hacia adelante. Si la justificamos, quizás algún día tengamos que ver que nos pilla de cerca. Y puede ser que ya sea demasiado tarde. La nueva dictadura no se lleva a la cárcel o a fusilar a los que opinan diferente. Se los cancela de la vida pública. Y solo a los de a un lado. El nuevo fascismo. Más sutil.
Pues tienes razón. Bien mirado el comentario no es negacionistas, texto editado y disculpas por el error. Cierto es que se mete en temas que al final comprometen a su empleador, y eso es problemático ahora que es más importante que nunca tener «buena imagen» por si las moscas.
En cuanto a la cultura de la cancelación, tengo mis reservas. Bien por la libertad de expresión, pero no por la libertad total cuando eso implica incitación a violencia y temas muy chungos y peligrosos. Para mí no todo vale otra cosa es que sean Twitter o Facebook los que baneen y no un juez.
La «Cancel culture» es peligrosa porque desautoriza al individuo a expresarse, es un poco como el puritanismo. Lo malo es que no acepta redención ninguna, ni se disculpa ni se corrige (como has hecho al releer el tweet de Gina Carano). En una sociedad de la información tan rapida y banal, corremos el riesgo de «crucificar» a muchos sin ni siquiera darnos cuenta… Y como te ha comentado el comentario anterior, ese estado de las cosas es perfecto para la hipocresía consentida de quienes (realmente) tienen las espaldas seguras por quienes les respaldan . Es muy delicado, porque tambien es el mundo donde crecerán tus hijos. Visto así, la cosa cambia.
No hay que irse muy lejos para ver ejemplos:
“Resistir a la jauría internauta”
https://www.elespanol.com/opinion/columnas/20210208/resistir-jauria-internauta/557324265_13.html
Pues sí. Gracias por el enlace Francisco.