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Es mi libertad de expresión y me la llevo

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Ayer Twitter y Facebook bloquearon las cuentas de Donald Trump en estas redes sociales. En Twitter indicaron que el expresidente (ahora sí) había violado su política de Integridad Cívica. Facebook hizo un movimiento inicial idéntico tanto en esta red social como en Instagram. Resultado: Trump no podría publicar durante 12 horas (Twitter) y 24 horas (FB e IG).

Ahora el veto a Trump se está volvieno viral. El mismísimo Zuckerberg anuncia que extienden ese veto las próximas dos semanas en FB e IG con el objetivo de que Biden coja el testigo «pacíficamente» y sin potenciales mensajes que «provocarían más violencia». Shopify le quita la tienda, y YouTube también podría vetar su canal, algo que ya ha hecho Twitch. Y caerán más porque, total, ya no será presidente y no podrá hacerles (tanto) la puñeta.

La medida ha desatado la polémica porque convierte (una vez) más a estas plataformas en jueces y jurados. En ministerios de la verdad y de lo correcto. Si usas nuestro servicio —parecen decir más alto que nunca— y no nos gusta lo que dices, a cascarla.

Yo retuiteaba la noti de Verne a primera hora y enseguida me respondía el bueno de Román Ramírez, con el que mantener una conversación siempre te enseña muchas cosas. Yo, que soy muy fan de perder discusiones si me dan argumentos potentes, he estado muy cerca de perder esta. O la he perdido, la verdad.

Mi argumento es fácil. Me molesta lo que dice Trump, así que lo que han hecho Twitter y Facebook, lo reconozco, me parece estupendo. Ojalá lo hubieran hecho antes, pienso. Ojalá no dejaran a este tipo hablar más que en OK Diario o en Telecinco. Ojalá todos los demás le ignoraran y le ignoráramos. Ese rollo, ya me entendéis.

Supongo que en cierto modo Román está conmigo en lo primero: se alegrará un poco de que alguien le tape la boca a un tipo que no para de decir burradas. Que además no solo son eso: son burradas peligrosas. El problema, como dice Román, es que lo que han hecho Facebook y Twitter es, al fin y al cabo, limitar la «libertad de expresión, un derecho fundamental».

Todos (hemos sido unos cuantos, incluidos el abogado Sergio Carrasco) nos hemos puesto como locos a rebatirle. Yo el primero, ojo. La mayoría íbamos con el argumento fácil: Twitter y Facebook son empresas privadas con sus propios términos de uso: si no te gustan, no los uses. Y si los violas, estás expuesto a que tomen medidas al respecto.

En pocas palabras: es mi Scattergories (el de TW y FB) y me lo llevo.

Ellos hacen y deshacen, y si hay algo que no les gusta, se lo cepillan. Esto no es algo que hagan solo ellos, claro. Ha sido tema polémico desde hace tiempo, y lo hemos visto en el pasado en YouTube —que banea usuarios normales, pero dejó durante años que gentuza publicara vídeos aterradores para niños en YouTube Kids— o Reddit, que tras los problemas con Ellen Pao empezó a hacer un poco más de limpieza —la libertad de expresión empezaba a ser un problema para el sitio que más la defendió durante años— y en junio baneó un montón de subreddits violentos y racistas. Ha habido también baneos similares por «discursos del odio» en Spotify, y por supuesto en Apple, que de libertad de expresión va algo justa: hace poco estuvo a punto de banear una app de su App Store por que se llamaba «Amphetamine» (mensaje para su creador: «alma de cántaro, ¿a quién se le ocurre?»).

Lo cierto es que yo soy bastante borreguito en esto. Entiendo (desde mi pedestal de rectitud y ética impoluta, ya sabéis) que si alguien monta un chiringuito privado, pone reglas para que la cosa vaya por los cauces que él quiere que vayan. No voy pintando de graffitis los bares en los que entro ni llamando de todo al dentista que me hace la limpieza dental porque (aparte de que no soy así) sé que hay ciertos límites que uno no debe traspasar moral y éticamente en sus comportamientos sociales.

Pero para Román al final lo que hacen todas esas plataformas con sus términos de uso y sus EULA (End User License Agreement) es limitar algo que ellos no pueden limitar, porque quien lo puede hacer es un juez. A mí me encantaría que un juez pudiera asumir una tarea así: «oiga, su señoría, que Donald ha dicho una burrada». Y que el juez dijera: «uy, muy mal, vétenle ustedes un par de semanas». Aunque eso debería ser la forma de hacerlo, imaginad que Twitter o Facebook tuvieran que llamar a un juez cada vez que quisieran vetar a alguien: los jueces se morirían emitiendo órdenes de baneo y tratando de ponerle puertas al campo. Es, a mi modo de ver, impracticable. Como lo de controlar las noticias falsas.

Por eso creo que al final tenemos las redes que nos merecemos. Cedemos el control pensando en que quienes lo sostienen van a hacer un buen trabajo, pero inevitablemente habrá situaciones en las que ese trabajo que hacen nos parezca una castaña. Facebook (y Twitter) tenía que haber hecho mucho antes eso con Trump, podrían decir algunos, pero lo mismo podría decirse de otras tantas personas que han dicho burradas (o lo que para mí lo son) y que siguen campando a sus anchas por los foros del mundo. Por dios, mirad los comentarios de Xataka: la dimensión es en comparación minúscula, pero hay mucha gente tóxica ahí, como en cualquier foro o gran medio de comunicación.

Sergio y Román lo debatían mientras yo me tomaba un chocolate y los restos de roscón té (que empiecen los juegos del hambre), y lo cierto es que solo ver los puntos de vista quedaba claro que esta cuestión es muy, muy compleja.

Creo que ambos tienen razón. Creo que Twitter y Facebook no deberían censurar contenido ni vetar a nadie, pero también creo como Sergio que todo tiene límites. «¿Quién pone los límites?», preguntaba Román. Pues ahí está claro que es el proveedor de servicio el que decide hasta dónde se puede tensar la cuerda. Que lo haga mejor o peor es otro tema, y como decía este experto en ciberseguridad, una de las posibles soluciones es permitir que veten, pero multar si lo hacen mal. Luego, claro, hay que saber quién decide lo de la multa y si realmente lo hicieron mal. Más movidas.

Como decía yo al final, para mí este tema es el reflejo de una de esas (muchas) situaciones en las que no hay buena solución. O al menos, no una solución práctica. ¿Qué tenemos por tanto? La solución menos mala. O una de las menos malas, al menos.

Dicho lo cual debo deciros que en Incognitosis, diga lo que diga Román, pasa como en Twitter o Facebook. Soy muy poco amigo de dejar que trolls y gente tóxica participe activamente en los comentarios, y tengo una tolerancia muy baja a ese tipo de historias. Es mi casa, y la quiero limpita de esas cosas. Y si no os gusta, pues ale. A pastar con Donald. ¿Estoy limitando la libertad de expresión de la gente con esa actitud?

Pues claro. Por que su libertad de expresión llega justo hasta donde está la mía. Luego la mía sigue y gana.

Al menos, en estos lares.

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26 comentarios en “Es mi libertad de expresión y me la llevo

  1. Jher dice:

    Creo que para entender un poco lo que han hecho Twitter y Facebook con Trump, podemos compararlo con dos ambientes diferentes:
    1. Por un lado los foros de toda la vida (o los subreddits), donde si dies una barbaridad o atacas directamente a otro miembro de la comunidad, te llevas un baneo permanente o temporal.
    2. La prensa de toda la vida. Cuando escribe un columnista o alguien envía una carta al director, no se acepta cualquier parida. Si yo escribo una carta a El País acordándome de la madre del director, no me la van a publicar (Aunque eso no sea un delito).
    La libertad de expresión es otro tema. El señor Trump tiene una sala de prensa solo para él para soltar barrabasadas, igual que alguien que niegue el COVID puede irse de manifestación sin que pase nada (Siempre que se informe a la delegación de gobierno y se cumplan las normas básicas de convivencia).
    Al final la libertad no es hacer lo que uno quiere dado que vivimos en una sociedad sino tener la capacidad de hacer todo aquello que no dañe a otro ciudadano, por algo votamos y nos damos unas leyes para proteger precisamente nuestras libertades.

    • Eso último es importante. Haz lo que quieras mientras no perjudiques a nadie. Un poco difícil asegurarlo, claro, pero en según que cosas -como estas- ese principio parece funcionar.

  2. ADAN ENRIQUE dice:

    Ciertamente, a algunos no les parecerá el coartar la libertad de expresión, aunque obvian que su libertad terminan cuando comienzan a incitan en acabar la etica de una persona, cambiando su juicio.

    Hechos demostrables fueron el perfecto desastre en el Capitolio y la inmensa desinformación que contaminan al individuo.

    Y Xataka, uy Xataka… se me esta haciendo imposible visitar su sitio. Si no fueran por algunos comentaristas o algunos editores que todavia tienen un rigor y etica mas alto que los personajes que te encuentras, hace mucho que dejaria visitar su sitio.

    • Entono el mea culpa por la parte que me toca: controlar comentarios en un medio grandecito como Xataka es complicado, y establecer límites también. Espero estar en el grupo de los editores elegidos 😉 Saludos!

  3. Jorge dice:

    Pues la verdad creo que alguien tiene que poner los limites, y no creo que se pueda calificar como censura cuando lo que dice una persona importante pueda causar daños… Sea quien sea, con el se tardaron mucho en bloquearlo

    • El problema es decidir a quién daña. Ya has visto que un buen montón de gente no opinaba como tú o como yo. Diría que los que asaltaron el Capitolio tienen una visión muy distinta de la mía.

      • Jorge dice:

        Y que importa a quien daña? tu libertad acaba cuando pones en riesgo o dañas a alguien. La historia nos ha enseñado que estos discursos de odio se tienen que cortar lo mas pronto posible para evitar escalaciones y situaciones peores

  4. Orlando V Salazar dice:

    Personalmente pienso que no estas coartando la libertad de expresión, internet es grande una persona como Trump puede abrirse un blog y seguir soltando sus burradas, pero lo que hace es aprovechar las redes sociales que son un gran escaparate para soltarlas sabiendo que tendrá mayor repercusión, así que si te aprovechas y te pasas de listo pues es a lo que te expones a un ban bastante merecido y como digo eso no es coartar su libertas hay muchos otros medios para que se pueda expresar menos efectivos pero se puede expresar, que no vive en china donde cuando te cierran te lo cierran todo, hasta el internet.

  5. Opi dice:

    Yo estoy convencido de que es la solución menos mala, estoy contigo. Y no es ser capitán a posteriori decir que esto se veía venir y que las intenciones de Trump eran claras: se veían venir y eran claras para cualquiera que quisiera mirar. Muy tarde han reaccionado.

    El conjunto de la evidencia va más allá de las evidencias aisladas. Va más allá de la interpretación textual de cada frase. Lo vimos con el 11-M: los conspiranoicos se empeñaban en buscar detalles nimios e insignificantes evitando ver el conjunto, y por eso para ellos la sentencia judicial fue un jarro de agua fría, porque eran incapaces ya de entender y comprender que les habían (y se habían dejado) manipular.

    Hay gente que va intoxicando poco a poco, soltando porquería aquí y allí y, cuando ven que se han pasado un poco vuelven a dar imagen de moderados para volver a las andadas enseguida. No es tan difícil de ver en casos tan extremos como este (es cierto que no siempre es fácil). Creo.

  6. Víctor dice:

    Ufff es que es un tema delicado pero para mi corto punto de vista, su derecho de libertad de expresión en mi casa termina en el momento en el que dice algo que pone en peligro a los hijos, por poner un ejemplo.

    Y si lo miramos de la siguiente manera, gracias a las redes, Trump ha podido organizar algo que podría haberse convertido en el principio del fin de la democracia de un país, podríamos decir que dichas redes tienen cierta responsabilidad al dar voz a alguien que mueve a tanta gente?

    Es un debate complicado pero increíblemente interesante y yo sinceramente a esta gente que pierde el control de esta manera y no regula el poder que tiene… entiendo perfectamente que se le corten los vuelos, pero no soy más que un simple navegante xD

  7. Adan Enrique dice:

    Que raro que no se haya publicado mi comentario. Me imagino qué hay un filtro de palabras -aunque no creo, ya que nunca falté al respeto- o algo así.

    En fin, sólo quería comentar estamos ante un debate extraño donde a las personas todavía siguen queriendo ver el morbo de Alex Jones y otros que no les importa que Trump siga diga diciendo X cosa bajo la vaga forma de “la libertad de expresión”.

    Hay que acordarse de qué hay gente susceptible a caer en este tipo de mentiras (bastante desmontadas, por cierto) debido a una amplia gama de creencias que causan conflictos y desastres y luego injusticias que se intentan minimizar.

    Justificar abstracta o torpemente libertad por sedición o por puro morbo no ayuda en absoluto.

    • He rebuscado y no veo nada tuyo ni en spam ni en pendientes de aprobar, ¿seguro que le diste a publicar? Suelen pasar a pendientes si tienen enlaces por ej, los que tienen palabras prohibidas van a spam, pero he mirado en ambas y nada.

      Dicho lo cual, el tema es cuál es la línea para decir que algo es sedición. ¿Quién lo decide? ¿Tú. yo? ¿Facebook/Twitter? ¿Un juez?

  8. Jorge dice:

    La libertad de expresión se ha defender siempre.
    En todo lugar (sea EE.UU., España, China o Irán) y en todo momento (nos guste o no lo que la gente diga).
    A mí no me gustan las viñetas de Charlie Hebdo pero defenderé siempre la libertad de expresión.

  9. Yllelder dice:

    «Cedemos el control pensando en que quienes lo sostienen van a hacer un buen trabajo»

    En el momento que entendamos que la función de una red social no es crear un espacio de debate sano, si no, ganar dinero a tu costa, entonces veremos lícito que vetar a quien quieran es un movimiento correcto, porque va a favor de sus intereses.

    Las redes sociales no son espacios para expresarse libremente, son bases de datos de perfiles humanos.

  10. Hergest dice:

    Problema complejo, sí.
    Yo viví la explosión de la WWW, y me pareció algo muy excitante y que abría muchas opciones para un futuro que se prometía mucho mejor. En esos primeros tiempos te encontrabas a gente que compartía unos «valores» no escritos. Claro que habría de todo, pero la mayoría tenía un altruismo «adanista».
    Después llegó la popularización del acceso y todo el mundo podía tener sus quince minutos de gloria gracias a, entre otras, las redes sociales. Ahí se vieron las miserias del ser humano. Para mí, se habían cargado el invento.
    En el panorama actual hay unas grandes empresas a las que cedemos juzgar qué es correcto o incorrecto. En casos como el de Trump, parece que hay un consenso, pero hay regiones más «grises». Ellos tienen el poder, y lo ejercen, para mover la opinión de millones de personas, de formas más sutiles, a sus intereses. Ahí veo yo el peligro… El diablo se esconde en los detalles.

  11. Lambda dice:

    Unpopular opinion: yo creo que la censura cumple una función, tranquiliza y vigila el pensamiento de una gran parte de la población, y estimula la curiosidad de una pequeña minoría de curiosos, mientras se protegen muchos intereses con ello.

    Es el pan nuestro de cada día de nuestras sociedades, los tabús no escritos (surprise, surprise, nadie «sabe» porqué son tabú) , el «puedes irte cuando quieras (y fuera hace mucho frío y hambre)» , etc… Como tantas otras cosas.

    Yo crecí con una internet muy anarka, donde conseguir información requería buscar de verdad, y muchas veces el debate,por bestia que fuese, era fructífero.

    Las redes sociales, muy posteriores, son «ruido blanco» puro consumo, y obedecen otros intereses (aunque a veces, usadas sabiamente, sí aportan algo).

    Lo que le ha pasado a Trump es y era esperable. Por cierto, los derechos sólo se defienden cuando se ejercen, sino, directamente no existen. That’s food for thought, folks.

  12. Pablo dice:

    La libertad requiere compromiso y responsabilidad. En psicología y sociología hay un término que se usa y es “mediación social” y es por la cual los seres humanos nos autoponemos límites para no dañar al otro. Porque en el fondo somos seres sociales y necesitamos vivir en comunidad.
    Por otro lado, quien debe garantizar la libertad de expresión es el estado, garantizar en los medios públicos a expresar mi opinión sin ser censurado o perseguido (dentro de un entorno de legalidad y sin incitación al odio o a cometer un delito) pero repito es el estado. El estado no puede cerrar un medio porque no le gusta lo que opina. Pero en lo privado cada uno dicta sus normas. Por eso cada medio tiene su línea editorial y lo que está fuera de esa línea no pública. Un periodista de derecha no publica en un medio de izquierda y viceversa.
    Las redes son medios privados, con sus propias normas, que pueden gustar o no, pero uno tiene la libertad de quedarse o irse. A nadie lo apuntan con una 45 y lo obligan a anotarse o a leer Twiter.
    Cómo dicen los carteles de los negocios de mi país: “la casa se reserva el derecho de admisión y permanencia dentro de este local”.
    Las redes no defienden más que sus propios intereses, ellos no me defienden a mi (o si, si con eso ganan dinero).
    Y más allá si pienso si está bien o mal lo que hizo Trump, las redes solo hicieron cumplir su contrato y lo hacen ahora porque queda bien (además es fácil pelear contra el que perdió el poder, tuvieron casi 4 años para hacerlo y ni se les ocurrió).
    Además cuando Facebook enfrenta una movida política de dividir la empresa, que mejor hacer cosas lindas para la parte ganadora.
    Acá todos vigilan sus propios intereses y usan a la gente como moneditas de cambios o peones de una partida de ajedrez.
    Por el lado del “ex” tuvo la libertad de generar esta ola de violencia, ahora que se haga cargo de lo que hizo.

  13. Rafael dice:

    Creo que para entender esta situación hace falta un poco de contexto.

    * En EEUU cerca del 50% de la población cree que hubo fraude electoral. No por un tweet de Trump, no porque sean paletos sin formación, … Un 50% es mucha gente e incluye tanto votantes demócratas como republicanos. Para mi fraude electoral es no cumplir las leyes electorales. Parece fácil de entender. Dos administraciones demócratas han reconocido delante del juez que no respetaron las leyes electorales … porque estaba el virus y el juez lo ha dejado pasar. No soy juez, pero eso para mi es fraude. Por no hablar de los cientos de vídeos con maletas de votos, la expulsión de los supervisores de los procesos de conteo, … En España ni nos hemos enterado de nada de esto, pero hay muchos motivos para tener la duda de que ha habido fraude

    * Trump no ha hecho nada ilegal. Animar a sus votantes a manifestarse no incumple ninguna ley. No hay ni uno solo Tweet ilegal de Trump. Son los jueces los que ponen los limites a la libertad de expresión

    * En Twitter tardo 30 segundos en meterme en páginas de grupos terrorista, con amenazas que perviven en el tiempo (lo puedes comprobar ahora mismo metiendote en perfiles de Antifa en EEUU). Hay perfiles de terroristas, dictadores, …

    * No se ha silenciado a Trump, se ha silenciado a sus 78 millones de votantes. Se cuentan por cientos las cuentas cerradas. En Twitter España TODAS las cuentas de opinión que sigo habitualmente son bloqueadas sistemáticamente, incluso por citar refranes.

    * Facebook y twitter echando de sus plataformas. Apple y Google de sus stores. Amazon de sus servidores. Visa y Paypal de sus plataformas de pago. No solo a Trump, sino a cientos de personas (¿Cuántos usuarios había en Parler? Pues Amazon les ha cortado sus servidores) Repito mi primer punto: hay dudas muy razonables sobre el fraude electoral y ahora mismo si pides un recuento pasas a ser ciudadano de segunda. Es de locos!!

    Me entristece sobre todo ver que a la mayoría de la gente le da igual. Jijiji, jajaja, que capullo es el Trump. Cuándo lo que está pasando sobrepasa a Trump y llega a miles de ciudadanos y cada vez tiene peor pinta.

  14. Vicent dice:

    No veo solución fácil, porque creo que realmente no la hay.
    Libertad de expresión, sin duda, tolerancia, toda y más, pero hemos llegado a un punto en el que defendiendo valores democráticos, ante gente que no cree en ella estamos absolutamente idesarmados para defenderla.
    La intolerancia de un sector de la población, el respeto a la diferencia, a distintos pensares , a la discrepancia en general ha llegado a un punto que me hace recordar las palabras del filófofo austriaco Karl Popper » Debemos reclamar, en nombre de la tolerancia, el derecho a no tolerar a los intolerantes»
    Lo más recriminable en este caso es que Twitter o Face han tomado estas medidas, a favor de obra, y cuando el beneficio era mucho mayor que el perjuicio. Motivos han tenido más que de sobra, pero daba dinero. Simplemente el personaje ya está amortizxado, a la espera del siguiente.

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