«Mira papá», me suelta mi hija. Al instante siguiente me planta delante de la cara, a unos cinco centímetros, una hoja con algo que ha escrito o ha dibujado. Yo no veo nasty de plasty. Bueno, sí. Borroncillos. Aparto un poco la hoja, y luego un poco más, y luego otro poco. Por fin distingo lo que me quiere enseñar.
Jamás pensé que algo así me pasaría a mí. Recuerdo perfectamente cuando tenía una vista de halcón, cuando veía tres en un burro y los veía tanto de cerca como de lejos. Por ahora sigo viéndolos muy bien de lejos, pero la cosa ha cambiado y he sido una de las muchas víctimas de la conocida comúnmente como vista cansada o presbicia. Recuerdo que hasta hace no mucho no sabía su nombre «técnico», y me costaba acordarme de él. «¿Qué era lo que me pasa en la vista? ¿Algo rollo calvicie, no?». Entonces me tocaba la cabeza y el pelo —el cartoncillo va apareciendo por ahí, pero por ahora aguanta— y me acuerdo de la maldita palabreja. Presbicia.
Me diréis que eso me pasa por pasarme tantas horas frente a las pantallitas, pero no parece que haya una relación especialmente directa entre una cosa y otra. Yo de momento no he tomado medidas, y tras leer un poco parece que lo de comprar las típicas gafas premontadas de farmacia es mala idea. Lo suyo es ir a un oculista y comprar unas personalizadas o, ya puestos, operarse, algo que me da bastante pánico porque en operaciones de ojos los que me rodean han tenido experiencias variadas.
Lo que os cuento, queridos lectores, igual os suena a algunos. A otros muchos os acabará sonando, y no quiero ser puñetero, pero es así. Un estudio de la Clínica Baviera (parte interesada, sí, pero el dato parece razonable) indica que actualmente el 41,9% de los españoles tienen presbicia. Si solo se cuentan a las personas de más de 40 años, ese porcentaje sube al 61,3%. Vamos, que lo normal es que tarde o temprano empieces como yo, a alejar el móvil para leer o a decirles a tus niños que no te enseñen los dibujos pegándotelos a la cara. Que es bonito, pero luego da un poco de bajón.
El tostón este sobre la presbicia es importante en este texto. No porque quiera aguaros el domingo, sino porque cuando uno habla de un servicio como xCloud tal y como está hoy la cosa es un problema. El mayor para mí, de hecho, porque jugar a juegos de la Xbox One en el móvil está siendo, por lo que llevo probado, poco chulis para mí. Esto, que conste, son más unas primeras impresiones que un análisis como tal, porque mis pruebas han sido limitadas.
La culpa no es tanto de xCloud. El servicio de streaming de videojuegos de Microsoft compite con Stadia, GeForce Now y pronto con Amazon Luna, pero lo hace por ahora de forma limitada porque solo es posible disfrutarlo en dispositivos Android. Yo tenía muchas ganas de probarlo, pero he tardado en poder hacerlo bien. En la fase de pruebas inicial me faltaba un componente crucial: el mando Bluetooth de la consola. Yo me compré la Xbox One ‘Day One Edition’, y los mandos de aquella no tienen Bluetooth. Aquello llegó después, y por ejemplo tanto los mandos de la Xbox One S como de la Xbox One X tenían tanto eso como el conector de auriculares de 3,5 mm integrado. Mis dos mandos (me compré otro al poco de tener la consola) eran de la primera hornada. Mi gozo en un pozo.
En realidad es posible jugar a xCloud con esos mandos, y yo llegué a hacerlo conectando mi P30 Pro al mando con un par de cables que tenía para llevar la conexión USB-C del móvil a la Micro USB del mando. Pirulaba, pero no es ideal, claro, y añade complejidad a todo el montaje.
¿Qué hice? Comprarme otro mando para la Xbox One, por supuesto. Uno de los nuevos con su Bluetooth y su ranura de auriculares. Aproveché una oferta de los Incognichollos que vi y por 38 euros lo tenía en casa. Además de eso me compré otro componente bastante importante para que la experiencia sea aún mejor: uno de esos clips que permiten colocar el móvil sobre el mando para tenerlo todo bien colocadito y jugar cómodamente. El soporte de PowerA (17,99 euros en Amazon) funciona estupendamente y permite ajustar la posición e inclinación de la pantalla sobre el mando a tope.
Con esos dos componentes solo faltaba que xCloud estuviese disponible finalmente. Eso ocurrió el pasado 15 de septiembre, así que cualquiera con una suscripción a Game Pass Ultimate —por cierto, hoy tenéis podía comenzar a usar el servicio de streaming en la nube (además del resto de ventajas de esta plataforma). No todos los juegos que prometieron llegaron de golpe, pero unos días después sí que parece que el catálogo está completo, y en la nueva aplicación de Xbox Game Pass aparecen tres pestañas, Nube, Consola y PC. En la primera es en la que encontramos esos juegos que tendrán una etiqueta en la parte inferior derecha que pone «Jugar» y que deja claro que son parte de xCloud. La cosa está bastante fácil: eliges cualquiera de los disponibles, y a jugar.
Mi experiencia con los juegos ha sido algo errática, pero me he dado cuenta de que en las primeras pruebas las cosas iban bastante mal porque me conectaba desde una zona del miniresort burgués en la que la cobertura WiFi no es ideal. Eso hizo que varios juegos se cortasen tras unos primeros minutos de partida o que simplemente no cargasen. En cuanto me fui a la «zona noble» de la cobertura de casa el problema parece haberse desvanecido. No he probado mucho con 4G, me temo, así que no puedo valorar de momento si este tipo de conexión de datos es apropiada, aunque me da a mí que igual también surgen problemillas.
Una vez en situación adecuada la experiencia es la de un servicio que tiene margen de mejora en varios apartados, pero sobre todo en los tiempos de carga. Desde que eliges el juego hasta que empiezas a jugar pasan fácilmente entre uno y dos minutos. Precisamente de eso hablaban hace unos días en The Verge, donde aclaraban que el servicio se basa en el uso servidores compuestos por blades de Xbox One S que esperan cambiar pronto por Xbox Series X. Eso debería acelerar los tiempos de carga porque se disfrutará de esas mismas unidades SSD. Seguro que algo se inventan para minimizar ese problema, porque la verdad es que es algo pesado esperar tanto tiempo para jugar.
Una vez en la partida, sensación agridulce para mí. He probado juegos como ‘Grounded’, ‘Killer Instinct’, ‘Descenders’, ‘Gears 5’, ‘Forza Horizon 4’ o ‘Hotshot Racing’, pero ninguno durante demasiado tiempo. En todos no hay queja alguna sobre los tiempos de respuesta o la propia experiencia de juego. Ahí no hay misterio: estás jugando a juegos de la consola en el móvil, así que básicamente es llevarlo todo a una pantalla más pequeñita -no tengo tableta decente para probar (igual mi vieja Nexus 7 me da una sorpresa)-sin que haya grandes cambios en la experiencia. No he probado a jugar en competitivo (online) tampoco, otro de los puntos importantes del servicio. Lo intenté hoy con el ‘Marvel vs Campcom Infinite’, pero no me salían contrincantes, por ejemplo, pero esto es algo que acabaré probando más más temprano que tarde.
El problema para mí no es ese, sino que lo veo todo demasiado pequeño. La presbicia es una puñeta para esto, porque verlo todo bien en el móvil me obliga a tener esa pantalla a una distancia respetable, así que toda la experiencia de juego se empaña. Estoy seguro de que para la gente que no tenga ese problema la cosa será fantástica, pero el esfuerzo extra que supone captar el juego bien me ha aguado un poco la experiencia.
De hecho lo notaba hace un rato probado de nuevo el ‘Grounded’, que me parece super gracioso y un gran homenaje a aquella peli de ‘Cariño, he encogido a los niños’. Eres diminuto y vas por el césped de una casa y te vas topando con hormigas o arañas que claro, de repente son enemigos formidables. Mientras jugaba no había tanto problema, pero en cuanto aparecían carteles para hacer algo me quedaba a dos velas porque los veía muy difícilmente. Aquí el problema como digo es que no son juegos «adaptativos»: los textos, que ya se ven pequeños en una tele, se ven súper enanos en el móvil, y con mi problema eso es un añadido terrible.
En ‘Gears 5’ ese problema también es patente: los malos ya están lejos en algunas partes del juego normal cuando juegas en la tele, pero en el móvil son puntitos en la lejanía. Yo, que soy un inútil en FPS con el mando de la Xbox, me vuelvo ya totalmente lamentable en un juego en el que para cuando logro apuntar donde quiero o ya le han matado mis compañeros de patrulla o ya me han matado a mí. Supongo que es cuestión de acostumbrarse —he jugado muyyyy poco a ‘Gears’— pero desde luego jugar en el móvil no me invita a hacerlo más: me frustra.
Todo esto son pegas probablemente solucionables con unas gafas o una operación. No soy muy de operarme como decía, así que acabaré haciéndome con unas buenas gafas para solventar al menos parte del problema.
Por lo demás, por cierto, la oferta para quienes tengáis buena vista es asombrosa. El catálogo se está ampliando prácticamente todas las semanas, y yo no paro de recibir avisos en el móvil de las últimas llegadas (esta semana ‘Celeste’, ‘Carto’ o ‘Forza Motorsport 7’, ahí es nada) a los que puedo jugar gracias a ese bendita suscripción a Xbox Game Pass Ultimate.
Un inciso aquí: acabo de renovar suscripción por un año más. Eso normalmente costaría 155,88 euros si uno paga los 12,99 al mes que cuesta ahora mismo en el sitio web oficial de Microsoft, pero ha aparecido una oferta estupenda: podéis comprar tres tarjetas de tres meses y el vendedor regala una cuarta en eBay por 70,50 euros. De momento ya tengo cubiertos casi los próximos tres años gracias a aquel método brutal que salió hace un tiempo, en los que espero poder aprovechar el servicio algo más de lo que lo he hecho hasta ahora.
Así pues, ¿vale la pena xBox Cloud? Pues con mi presbicia la cosa está difícil, y de hecho lo que voy a hacer es explorar la biblioteca porque creo que algunos juegos que lo petan en la consola no tienen tanto sentido en el móvil, donde uno aprecia verlo todo un poco más grande y los pequeños detalles (o los pequeños enemigos) hacen que la cosa pierda enteros.
Donde sí tengo muchas ganas de probar el servicio es en el PC. Es cierto que también puedes probarlo en tabletas Android y eso teóricamente debería también aliviar buena parte de estos problemas, pero creo que también va a ser súper chulo en PCs y portátiles modestos que por su hardware igual no servirían para jugar a estos juegos pero que de repente se convierten en vehículos perfectos para disfrutar de juegazos como si estuvieras delante de la consola… o casi. ¿Conclusión?
Bien por xCloud. No tanto por su presente, sino por su futuro.
Nota: Todas las fotos en las que salen mis manos, por cierto, las ha hecho mi hija Lucía con unas pequeñas indicaciones. Apunta maneras <3
Lo de la conexión errática, revisa que conectes por wifi a 5Ghz, que a 2,4Ghz es infumable. Yo juego desde el PC y ni con ethernet ni a 2.4 la experiencia fue satisfactoria, fue cambiar a 5Ghz, me compré adrede una tarjeta wifi nueva, y no tengo interrupción alguna y va todo suavísimo. No he probado xCloud, pero si Stadia, tanto desde el movil como el PC y todo perfecto.
Sí, efectivamente con la red a 5 GHz las cosas van sensiblemente mejor, eso es cierto. Gracias por el apunte Daniel.
Pues tienes toda la razón, a mi también me cuesta jugar con el móvil. Probaré con las gafas que no uso nunca. Lo mismo las uso ahora más a menudo xD
Ya contarás 🙂
Debe usted contar ahora, por favor, lo de los problemas en las operaciones. ?
Es más que nada incertidumbre. En mi familia casos con resultado positivo y no tan positivo, al final ocurre prácticamente con cualquier operación delicada: no todas salen perfectas, y si puedo convivir con este tema sin que me toquen y solucionarlo con unas gafas, lo prefiero (de momento).
Mejor empezar siendo «cyborg» (usando gafas) que arriesgándose al bisturí.
Totalmente.
Invierte en unas buenas gafas. No hace falta ir al oculista (y menos ahora, que o vas por lo privado o puedes tener la cita cuando la x box sea historia). COn ir a una optica de confianza es suficiente. Busca algún Optichollo.
Es fundamental invertir en las gafas. Huye de las de farmacias (algunos incluso las compran en los chinos), ya que las lentes son de calidad pésima y lo que es peor, si tienes diferente graducacion enb cada ojo, malamente van a servirte.
Eso si, en general cada 2 años o así yo he tenid que ir subiendo de graduación. Es la put… más grande de cumplir años. Pero quue la calvicie o el descolgamiento de la carne.
Apretar un tornillo, conectar un simple cable detrás de la TV, leer las letras del champú en el baño, un prospecto, las instrucciones de un aparato… cualquier cosa de estas se vuelve una tortura.
Espero operarme algún día…cuando ya no quepan los cristales en la montura
Saludos
Gracias Miguel Ángel, sí, lo tenía pensado, nada de farmacia, invertiré en esto (ya sabes mi máxima, «invierte en aquello que usas»), a ver si por lo menos así alivia el tema. Es una gaita, ciertamente, pero ojo (y nunca mejor dicho), porque tampoco es el fin del mundo ni mucho menos.
Virgencita, virgencita, que me quede como estoy, como dice Sally.
Saludos.
Pingback: A ver quién me convence de que necesito HDMI 2.1 | Incognitosis
Lo de operarse la presbicia es una solución temporal, porque quieras o no va a ir a más, con lo cual la operación es válida durante 5 o con suerte 10 años. Es un rollo, pero las gafas es mejor opción, sobre todo mientras no se estabilice, porque los primeros años avanza de forma galopante.
Se me quedó grabado el comentario de una conocida que lo denominaba «vista vaginal»… Ir alargando el brazo para alejar el móvil hasta la altura de la …
xDDD