Leo en Wired que el pasado 19 de julio se cumplieron 20 años desde que Apple presentó el Power Mac G4 Cube. El vídeo de aquel lanzamiento está por ejemplo aquí, y es curioso por no ser especialmente espectacular a pesar de ser un ‘One more thing…’ y por esas tipografías muy rollo Comic Sans que Apple curiosamente usaba en ese evento. Puede que no sepáis lo que es, así que aquí está una imagen de aquel producto trágico e icónico.
Aquel equipo fue un sorprendente PC de pequeño formato que al menos en temas de diseño desafiaba todo lo que el resto del mundo había visto hasta ahora en este segmento. Seguro que hubo otros PCs de pequeño formato antes, pero yo no recuerdo ninguno como ese. Steve Jobs, cuenta Steven Levy en ese artículo, se lo presentó en exclusiva y en secreto diciéndole que era el ordenador «más molón» que jamás había hecho Apple.
Molón era, eso seguro.
De hecho, era demasiado molón. Tenía refrigeración pasiva, no tenía botón de encendido y para iniciarlo pasabas una mano por delante. El lector no tenía bandeja que saliera del equipito: lo insertabas y se lo tragaba, algo que ahora nos parece normal (así funciona el de la Xbox One, por ejemplo) pero que hace 20 años no lo era en absoluto.
El Power Mac G4 Cube era desde luego un prodigio del diseño, pero tenía varios problemas, y entre ellos estaba el del precio. Partía de los 1.699 dólares, un precio excepcional para un producto que en términos de potencia no era para tanto. El espacio del que disponía Apple para ese equipo no daba mucho margen de maniobra, y su Power PC G4 a 450 o 500 MHz y sus 64 MB de RAM PC100 tampoco era para tirar cohetes. Tenías que comprar un monitor aparte y además el equipo sufrió varios problemas que tenían que ver con los plásticos con los que se fabricaban, su refrigeración (ponías un folio encima y se apagaba para evitar sobrecalentamientos, cuenta Levy).
Aquel producto no duró ni un año. En 2001 puso el cubo en el hielo (así lo anunciaron ellos en su nota de prensa) y cambió de tercio. Cuatro años después llegaría un producto mucho más consistente y que ha tenido una vida errática en el ciclo de productos de Apple: se trata del Mac mini, que se renovó recientemente pero que para mí siempre ha sido un producto muy caro, muy parecido a los NUC. El formato me encanta. El precio, no.
El caso es que el Power Mac G4 Cube fue un ejemplo claro de cómo esa predisposición de Apple de dar prioridad a la forma sobre el fondo acaba dando problemas. No es el único fabricante al que le pasa, pero es que Apple parece darse de cabezazos con esa misma idea, y lo hizo otra vez hace unos años con otro prodigio del diseño que también le salió rana. ¿Os acordáis de él?
El Mac Pro de 2013 fue otro prodigio de esa factoría de diseños de fantasía que siempre ha sido Apple. El equipo planteaba ideas sorprendentes, pero como todos sabemos acabó siendo víctima de su propio diseño diferencial: sin apenas opciones de expansión el producto acabó abandonado hasta que Apple por fin presentó su sustituto en junio de 2019.
Productos maravillosos estéticamente pero desastrosos en la práctica. Como decía este artículo que he encontrado al investigar sobre el tema, «el fracaso nunca tuvo tan buena pinta».
Ciertamente, nunca la tuvo.
Ya me gustaría a mí fracasar de vez en cuando así y tener la cuenta de resultados de Apple.
Estuvieron a punto de desaparecer del mapa, que parece que se les olvida a algunos. Cuando trabajé en Apple algunos clientes me decían “esta es la empresa más grande del mundo, y bla bla bla”. Y a veces yo les decía: en el mundo de la tecnología un día estás arriba y no mucho después puedes estar abajo. Siempre les ponía el ejemplo de Yahoo. Dónde estará Intel dentro de 10 años?
De acuerdo con el Mac Mini. Demasiado costoso para un formato que es muy interesante. Y Apple no cambia: privilegia el diseño sobre lo que realmente importa y desde que se murió Jobs, su nivel de innovación es muy pobre. Le veo cierto futuro, con escepticismo, a sus nuevos productos con ARM. Y con el descaro de cobrar por un soporte para un monitor o unas ruedas para una torre a precio de Rolls Royce.
No tengo yo muy claro que su nivel de innovación sea muy pobre cuando acaba de revolucionar el mercado de los wearables con el Apple Watch y los Airpods y está haciendo una transición a ARM que promete cambiar también todo el panorama. Sin contar con el resto de sus dispositivos y las gafas que se vienen.