Cuando hace 10 años me compré mi Canon EOS 500D lo hice con el objetivo 18-55 mm EFS sin estabilizador, que era conocido con otro nombre. Pisapapeles. Aquello me daba suficiente juego a mí como no iniciado en el mundo de la fotografía, pero los puristas afirmaban que daba poca calidad aunque su versión estabilizada mejoró la cosa.
Algún tiempo después me compré dos objetivos para dar juego al tema. El primero, un 50 mm f/1.8 de la propia Canon estupendísimo. El segundo, un Sigma 18-200 mm f/3.5 -f/6.3 al que le tenía aún más ganas por esa opción de contar con un tele majete. Me encantaba poder hacer zoom, y aunque le saqué jugo durante cierto tiempo, el que realmente me conquistó fue el 50 mm que me dio la oportunidad de jugar con un bokeh que por aquel entonces era para mí como un milagrito.
El caso es que pensaba en eso cuando ayer presentaron los Samsung Galaxy S20, S20+ y S20 Ultra. Sobre todo cuando hablaron del último de ellos, ese monstruo de 6,9 pulgadas que de hecho me ha permitido hacer hoy una reflexión sobre este y otros zapatófonos. Lo mejor del tema, como decía en el tuit, es que me ha permitido usar una imagen de ‘Top Secret’, claro.
Más allá del tema del tamaño, lo cierto es que tanto el S20 como sus variantes me parecen tan aburridos como lo hacen a estas alturas la mayoría de rectángulos móviles del mercado. Ha llegado un punto en el que las hojas de especificaciones de estos móviles me causan una preocupante indiferencia, sobre todo porque es difícil que ahí Samsung pueda diferenciarse de una competencia que probablemente ofrezca más o menos lo mismo en un paquete distinto.
De esa hoja de especificaciones destacaría dos cosas —ninguna de las cuales es la conectividad 5G—, eso sí. La primera, su soporte de 120 Hz siempre y cuando cambies a resolución 1080p en lugar de QHD. Hace poco pude trastear unos minutos con un Realme X2 Pro con pantalla a 90 Hz y la verdad, no noté nada súper especial con respecto a mi P30 Pro en cuanto a la fluidez de la pantalla y la interfaz. Mi vista en estos casos parece fallarme (soy el autor del célebre ‘Mitos y realidades de los monitores a 144 Hz‘) porque casi nunca logro ver esas diferencias brutales de las que habla tanta gente. Así pues, bien por el soporte, que no me parece una característica vendemóviles.
La segunda, claro es la de las cámaras. Aquí mi discurso es idéntico al que Dieter Bohn hacía en The Verge al hablar del tema. Le cito:
Samsung está dando un golpetazo en la mesa con los sistemas de cámaras de estos teléfonos. Mientras que Apple y Google han estado hablando de sus habilidades en fotografía computacional, Samsung está haciendo lo que mejor sabe hacer: lanzar más hardware al problema.
Eso es. Más leña al mono. Megapíxeles al poder. Esa apuesta no le ha salido bien a ninguno de los fabricantes que han presumido de cámaras con 48, 64 o 108 Míxeles. Xiaomi, por ejemplo, ha sido especialmente pesada con esos avances, pero sus móviles siguen siendo simplemente decentes en este terreno. ¿Quiénes han ganado la carrera de la fotografía móvil en 2019? Mi Huawei P30 Pro, el iPhone 11/Pro y los Google Pixel 4. Debo decir que Huawei también ha ido un poco a medias en ese camino con el sensor de 40 Mpíxeles, pero ellos hicieron mucho hincapié también en el tema de la fotografía computacional durante el lanzamiento.
Mientras tanto, Google —pionera aquí con una tecnología que hizo innecesario meter más sensores durante mucho tiempo— y Apple —que ha hecho un trabajo fantástico con los iPhone 11— han apostado todo a la fotografía computacional y han ganado. No digo que las cámaras de los S20 vayan a ser una castaña, ojo, pero creo que tratar de ganar esa batalla con más megapíxeles es un error. Es pan para hoy (si es que hay pan) y hambre para mañana.
Luego está el otro tema: el del zoom. Presumir de un zoom 100X en un móvil es, diría, un poco chorrez. Habrá que verlo de nuevo en pruebas y análisis, pero rara vez un usuario va a aprovechar ese zoom: igual que yo no lo hice en mi cámara DSLR, diría que la relevancia de esa opción es modesta. Lo que importa, amigos míos, es que se comporte bien con su distancia focal por defecto, que es la que solemos usar en la mayoría de las ocasiones. ¿Cuántas veces hacéis zoom antes de sacar una foto? Puede que con cierta frecuencia, pero ¿Cuántas veces hacéis zoom a lo bestia antes de sacar una foto? Yo, con mi P30 Pro, lo he hecho una docena de veces como mucho, y por juguetear más que nada.
Ajá.
Luego está todo eso de lo que Samsung no habló. Por ejemplo, no mencionó que decía adiós al conector de auriculares que sí tenían los Galaxy S10, y tampoco dijo nada (era esperable) de Samsung DeX, esa opción que a mí me parecía característica ganadora y que Samsung ha abandonado por completo —dejaron de dar soporte a Linux on DeX, qué tragedia—. Yo ya he probado en plan capricho el modo PC en mi P30 Pro y me parece un invento, pero tampoco Huawei parece querer impulsar el tema y lo ha dejado bastante estancado. Fatal.
En conclusión, ¿qué me parecen los S20? Pues para empezar, carísimos. Ridículamente caros por mucha pantalla y mucho zoom que tengan. Absurdamente caros. También me parecen aburridos, sin demasiada imaginación. Bestias móviles sin alma y sin demasiado encanto.
Dicho lo cual, espero con expectación los análisis. Una cosa es que sea algo indiferente con tanta mejora iterativa y otra es que tenga cierta curiosidad. A ver cómo se portan, pero a priori no los veo como ganadores de 2020.
Otro gama alta Android. Es como si me hablaran de la nueva workstation de Dell. Es decir, más y mejor, pero lo mismo al fin y al cabo.
En ese sentido, se agradecen los «fliphones» que sacaron hace poco Motorola, Huawei y Samsung. El que logre algo bien hecho en ese sentido, y que esté bien regado de publicidad , puede crear una saga única, al nivel de los Nokia de antaño. Samsung lo hizo con los Note. ¿Podría ser posible con esto ?
No lo veo, pero oye, nunca se sabe. Veremos.
No sé ustedes y con todo el respeto que merecen los gustos pero esos nuevos Samsung me parecen bastante feos. No solo el tamaño, es esa cámara trasera que si la del iPhone ya me parecía fea, esta ni hablemos.
Gracias pero yo ya aquí me bajo
El módulo de cámara es desde luego cantoso a tope, a mí no me gustan pero me da que ocurre lo mismo que con los horrorosos notches: cuando los usas todos los días acaban siendo invisibles para ti.
Aquí la ventaja es que los diferencian claramente de los modelos del año pasado. «Este es el nuevo, ¡mira qué pedazo de módulo de cámaras!». Ya sabes.
A mí me encanta la fotografía en el móvil, es de lo que más observó en las presentaciones de las compañías. Me encanta ver las tendencias y las mejoras introducidas en este apartado cada vez que Samsung Apple o Huawei presentan un modelo. Ahora bien, resulta que con un Samsung S7 (tope de gama de hace ya cuatro años) y un Xiaomi Mi A3 en mi poder, no veo una gran diferencia en calidad de imagen. Por supuesto, para mí es suficiente con las imágenes que me dan ambos móviles.
Aunque si he encontrado algo que para mí se ha vuelto fundamental. No soy adicto a la música, pero me gusta escuchar sólo yo lo que aparece en mi móvil, iPad y MacBook, sin molestar al resto de los que están en casa. Algo tan insignificante como pasar de mi Macbook al iPad y luego a mí S7 con mis auriculares de €40 no tiene precio y es increíblemente cómodo. Es la razón por la que no he ido por unos iPhone. No tiene mini jack.
El haber quitado el mini Jack de los móviles, se ha vuelto un fastidio para los usuarios. Aunque muchos se la lleven de futuristas, para mí es una gran molestia tener que andar buscando los auriculares adecuados para cada dispositivo. Así que, mientras haya disponible móviles con conector mini jack seguiré con ellos, hasta que la industria encuentre un standard para un nuevo conector.