Tecnología

¿Adiós web, hola Internet?

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Si me seguís en Twitter puede que vierais los tres tweets que publiqué ayer noche a última hora tras leer un revelador artículo de Wired que de hecho será por lo visto tema central del número de septiembre de la revista -porras, hubiera preferido leerlo allí-.

Se trata de un controvertido reportaje titulado “The web is dead. Long live the Internet” (“La web ha muerto. Larga vida a Internet“) en el que el célebre Chris Anderson (autor de “The Long Tail”) y Michael Wolf hablaban sobre cómo el formato web está perdiendo totalmente el interés de los usuarios en favor de otras alternativas, que sobre todo están protagonizadas por las aplicaciones y clientes a medida que siguen basando toda su potencia y prestaciones (o gran parte de ellas) en el tráfico de datos a través de Internet, pero no vía un sitio web.

La redacción del artículo es prácticamente impecable. Anderson tiene muchas tablas en estos temas y se nota, y tras leer ese reportaje debo reconocer que me quedé un poco deprimido. Sobre todo teniendo en cuenta que me dedico esencialmente a escribir en sitios web -aunque siga colaborando en otros medios, como PC Actual- y que la conclusión del bueno de Chris era básicamente que los que estamos metidos en contenidos web deberíamos irnos haciendo a la idea de que estamos perdiendo el tiempo.

El desarrollo del reportaje es sencillamente genial, aunque tras comprobar los datos uno puede darse cuenta de que en Wired han cometido algunos fallos. Por ejemplo, la primera ilustración del artículo mostraba cuál era la evolución de los distintos formatos de contenido que se han manejado en Internet:

Sources: Cisco estimates based on CAIDA publications, Andrew Odlyzko

Pero ese gráfico, como indicaban no mucho más tarde en BoingBoing, no es del todo acertado, sobre todo porque parece que efectivamente el tráfico web ha disminuido, cuando en realidad no ha hecho más que aumentar. Lo que ha disminuido -y eso sí es cierto- es la relevancia del contenido web puro frente a otras alternativas como las redes P2P, el vídeo en Internet o los servicios web que se han transformado por ejemplo en aplicaciones para smartphones (clientes de Facebook, Twitter, juegos Flash, y un largo etcétera).

Sin embargo, sería más apropiado plasmar también ese aumento del tráfico web y ponerlo al lado del aumento del tráfico en otros escenarios en Internet, tal y como hicieron en el mencionado artículo de BoingBoing:

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Eso está mejor. Y sin embargo, no esconde la realidad de los datos recabados por Wired. La web es demasiado madura. Ha pasado de moda:

But the Web is now 18 years old. It has reached adulthood. An entire generation has grown up in front of a browser. The exploration of a new world has turned into business as usual. We get the Web. It’s part of our life. And we just want to use the services that make our life better. Our appetite for discovery slows as our familiarity with the status quo grows.

Y a continuación llega el párrafo más curioso para mí, y en el que Anderson revela algo muy importante:

Blame human nature. As much as we intellectually appreciate openness, at the end of the day we favor the easiest path. We’ll pay for convenience and reliability, which is why iTunes can sell songs for 99 cents despite the fact that they are out there, somewhere, in some form, for free. When you are young, you have more time than money, and LimeWire is worth the hassle. As you get older, you have more money than time. The iTunes toll is a small price to pay for the simplicity of just getting what you want. The more Facebook becomes part of your life, the more locked in you become. Artificial scarcity is the natural goal of the profit-seeking.

Verdad de Perogrullo, que es igualmente reveladora: cuando eres joven, tienes más tiempo que dinero, así que buscarte las castañas para evitar pagar compensa (Ejemplo: hackear la Xbox para jugar a copias “de seguridad”). Pero cuando te haces mayor, tienes más dinero que tiempo, así que prefieres pagar y olvidarte de problemas. (Y en el mismo escenario: acabas pagando por los juegos a los que juegas y te suscribes a Xbox LIVE pagando religiosamente la cuota).

He pasado por ambas etapas (y no es que esté precisamente forrado, más quisiera), y seguro que muchos de vosotros también. De hecho esta idea daría ella sola para un largo post, pero prefiero no desviarme de esa idea central de Wired. El caso es que al final prefieres pagar para obtener el contenido en la forma y manera que deseas.

La web es muy versátil, pero no siempre resuelve el problema: las aplicaciones de Internet tratan precisamente de facilitar el acceso a la información y dar potentes herramientas para aprovecharla, previo pago, claro. La gente prefiere un servicio de calidad. Prefieren tener un TweetDeck para leer y escribir sus Tweets que acceder a Twitter.com y publicar desde allí. Y es normal, porque los clientes de Twitter superan con mucho las prestaciones que ofrece el servicio web oficial. Y ese ejemplo es extensible a un buen número de casos.

Anderson continúa hablando de las plataformas publicitarias, que no han funcionado en la web -y probablemente nunca lo hagan-, y que han hecho que gradualmente pasemos al modelo Freemium:

In the media world, this has taken the form of a shift from ad-supported free content to freemium free samples as marketing for paid services with an emphasis on the «premium» part.

On the Web, average CPMs (the price of ads per thousand impressions) in key content categories such as news are falling, not rising, because user-generated pages are flooding Facebook and other sites. The assumption had been that once the market matured, big companies would be able to reverse the hollowing-out trend of analog dollars turning into digital pennies. Sadly that hasn’t been the case for most on the Web, and by the looks of it there’s no light at the end of that tunnel. Thus the shift to the app model on rich media platforms like the iPad, where limited free content drives subscription revenue.

Otra idea brutalmente cruda de Anderson: efectivamente, los CPMs son ridículos porque redes sociales como Facebook han desvirtuado el valor de las “páginas vistas”. Una web de contenido de cierto éxito en nuestro país puede tener unos 2 millones de páginas vistas al mes. Esos dos millones son calderilla para Facebook, que en enero de 2010 (atención) servía (atención) 260.000 millones de páginas al mes (atención, atención, atención). ¿Cómo se puede competir con eso? No se puede.

De todos modos, Anderson no entierra viva a la web, y como dice, hay grandes virtudes que harán que la web siga existiendo, aunque su papel a la hora de ofrecer un retorno de la inversión no esté claro:

The great virtue of today’s Web is that so much of it is noncommercial. The wide-open Web of peer production, the so-called generative Web where everyone is free to create what they want, continues to thrive, driven by the nonmonetary incentives of expression, attention, reputation, and the like. But the notion of the Web as the ultimate marketplace for digital delivery is now in doubt.

En Wired concluyen afirmando que “Internet es la verdadera revolución”, y destacan que aún estamos evolucionando. En GigaOM no han estado muy de acuerdo con dicho artículo, y uno de sus redactores estrella, Matthew Ingram, afirmaba que “La web no está muerta, solo continúa evolucionando“, y ofrecía un párrafo final con una visión particular:

The bottom line is that the Wired article simultaneously repeats an obvious point ”that we’re using more and more apps instead of pointing a browser at a website” and misses an equally obvious point, which is that this evolution has nothing to do with the web being «dead», or even sickly. The web is healthier than ever. If nothing else, the dramatic growth of Facebook, which most people interact with through their web browser, should help to cement that idea. We may be using specific apps to access specific web-based services, and we may be making less use of all-in-one browsers like Firefox or Safari, but that has little or nothing to do with the web being dead.

Me temo que no estoy de acuerdo con el amigo Ingram. Que los contenidos y la interacción pasen de la web a aplicaciones específicas (vuelvo al ejemplo de Twitter y TweetDeck) es una demostración clara de que la web ha perdido relevancia para usuarios y desarrolladores, que prefieren “aprovechar” ese contenido, pero re-encaminarlo a aplicaciones específicas en las que la presentación y la interacción con el contenido va más allá de lo que muchos sitios web pueden ofrecer.

Veremos si el estándar HTML5 puede ayudar en esa mayor potencia de la web para explotar todo tipo de servicios web, pero lo que está claro es que aunque la web no esté muerta, sí ha perdido parte de su encanto. Ojalá pueda recuperarlo.

Por cierto, atentos también al artículo de ValleyWag en el que hablan de ciertas ironías presentes en el artículo de Anderson, y en el que también enlazan a las opiniones de algunos gurús sobre el tema, como la lista de cosas chulas que nos da la web, creada por Dave Winer, una verdadera leyenda en esto de los medios digitales:

1. The web is where I read about the web being dead.
2. I can write what I want on the web and Steve Jobs doesn’t have a say in it.
3.
NakedJen is called NakedJen on the web, where on Facebook she’s called “Jennifer Neal,” which I find both confusing and sad.
4. If I want to write more than 140 characters on the web, I can damn well do it. (78 characters.)
5. The web allows for graphics. That’s how I was able to paste in the beautiful picture of a cupcake in the right margin.
6. The web also makes reciprocity easy, that’s why I linked to places you can buy cupcakes or books about cupcakes. These are all things that can make you happy.
7. Corporate media is filled with lies and lunacy. But making it possible for me to seek the information I want without anyone telling me what I want the web makes it possible for me to get more nourishing news and information, and other points of view. Before the web, well it was a lot worse. A lot.
8. It’s where my brain trust meets to help me solve technical problems.

Muy chula 😀 Lo que está claro es que en Wired han conseguido tirón mediático.

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2 comentarios en “¿Adiós web, hola Internet?

  1. axel dice:

    1º.- Tengo que aprender inglés. Wired me espera.

    2º.- Ayer leí tus tweets, y me dio por pensar, al final llegué a la misma conclusión me parece, lo que importa es el contenido, no el continente/contenedor. Si lo que quiero es leer la opinión de Javi Pastor sobre unos temas específicos, ¿qué más me da hacerlo en la pantalla del pc, del móvil o ,siguiendo la lógica del progreso actual, del tablet/ereader?

    Supongo que a la web le pasará como al DVD o al libro físico, que sobrevivirán porque tienen «su mercado» pero la gente hará lo que le sea mas cómodo dentro de sus posibilidades. Ahora falta que las diferentes industrias sepan adaptarse y busquen nuevos sistemas de financiación, aunque siempre pueden seguir quejándose y demonizando el progreso. [/cerros de Úbeda]

  2. Rodrigo Figueroa dice:

    creo que vaticinar la muerte de la web no me parece sensata, la web también es parte de ese trafico en internet y no desaparecera pues la veo como una forma mas de transmitir datos en la gran red, ademas considero bueno el ejemplo de twitter si quiero escribir algo mas de 140 caracteres ¿donde están las opciones?, ¿facebook?, ¿mail?, o blog y web en general, pues bien no hay un solo un estandar y entre ellas se crean hipervinculos que derivan en que, como es mi caso, cree contenido en blog, lo distribuya por las redes sociales, tome elemento de otras personas por redes sociales, y lo refuerce en la web, y en fin es una cadena de vinculos que para nada se excluye a la web, sino que refuerza la transmision de informacion por internet que es lo que mas crece sin duda.

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