Tecnología

Esta Apple me gusta un poquito más

·

Podéis imaginar que a estas alturas ande algo saturado de temas Apple. Ayer estuve prácticamente todo el día preparando la cobertura de las 19:00 en Xataka, por ejemplo. No es llegar y besar el santo, creedme, hay mucha preparación previa tanto de la cobertura en sí como de los potenciales artículos que vas a publicar. Intentas adelantar trabajo y aunque parte puede servir, la mayoría no suele hacerlo.

Algún día me gustaría ver una keynote con palomitas y sin tener que cubrirla. En plan peli o partido de fútbol, ya sabéis. Pero no puedo, y de hecho esas 3-5 horas que estás liado desde que empieza el invento son bastante horribles. Llegar primero y llegar con la mejor cobertura es el objetivo, así que todo el equipo (también en el resto de medios tech de Webedia) está ahí al quite porque este es punto álgido del año, claro. Rollo final de Champions para los pobres (o no) deportistas deportivos, que esos sí que pringan a tope fines de semana sin descanso. El horror. Pero oye, que todos podemos llorar.

Hoy, como decía, más de lo mismo. Nada más levantarme tocaba preparar dos temas sobre el evento, y tras acabarlos me he sentido en la obligación de hacer también reflexión por aquí aunque no pueda contar ya mucho que no se haya visto (o se vaya a ver) en lo que he publicado en Xataka. Lo que sí puedo dar son mis impresiones personales del evento y de los lanzamientos, que creo que siempre os gusta leer por mi ya conocida visión de Apple. Que no es precisamente de fanboy aunque tampoco sea de hater, que es con lo que me relaciona mucha gente. Yo no soy hater de Apple, queridos lectores. Soy hater de los fraudes tecnológicos. De la racanería, de los vendemotos.

También he dicho alguna vez que precisamente por eso veo a Apple como una decepción casi constante. Tanto potencial, tantos recursos, y seguimos con las mejoras iterativas de un Cook con una ejecución operativa impecable pero con una falta de imaginación y de ambición increíble.

Pero lo de ayer me pareció un pequeño giro hacia decisiones con sentido. En realidad fueron tres giros los que vi.

El primero, en los iPhones. Apple no lucha ya contra imposibles y parece reconocer lo evidente: tres cámaras son mejor que dos, la carga rápida es a estas alturas impepinable (no para el iPhone 11, lamentablemente) y la que es para mí la gran decisión de los iPhone 11 Pro: son más gorditos y tienen más batería. Fantástico. Todo lo demás, incluso en cámaras (veremos el resultado) me parece menos destacable. De repente las mejoras iterativas se ven ensombrecidas por un cambio obvio, evidente y que la gente siempre agradece.

El segundo, en el iPad. Puede que este iPad de 10,2 pulgadas sea el producto más sorprendente de Apple para mí en los últimos años. Más que el Apple Watch o esos AirPods que con sus luces y sus sombras se han comido a la competencia. ¿Por qué? Pues por la sencilla razón de que por primera vez en muchos años tenemos un producto de Apple barato. Uno con una relación precio/prestaciones estupenda. El iPad de 2018 ya era opción atractiva por el soporte del Apple Pencil, pero este nuevo iPad es también compatible con el Smart Keyboard (vale, ya podías conectar un teclado Bluetooth a los iPad anteriores) y lo convierte en una tableta convertible de lo más apetecible, sobre todo con iOS 13 y las mejoras que este sistema operativo ha introducido para poder trabajar con estas tabletas de forma mucho más productiva (pero por Dios, que añadan ya soporte multiusuario). No le veo ya demasiado sentido a comprar un iPad Air o iPad Pro a pesar de sus ventajas, porque el Apple A10 es un procesador más que capaz de mover el flujo de trabajo que supongo que casi cualquier usuario quiere mover en una tableta. De repente las Surface Pro y el resto de tabletas convertibles pierden parte de su encanto, sobre todo porque son bastante más caras a pesar de su enfoque «clásico» a equipos de trabajo con Windows 10.

El tercero, atención, en la política de precios de Apple. Sorpresas aquí como decían en Bloomberg, sobre todo en Estados Unidos —salimos perdiendo, y mucho, con el cambio euro-dólar que hace Apple, aun teniendo en cuenta impuestos y aduanas—. El iPhone 11 empieza desde los 699 dólares, que son 50 dólares menos que lo que costaba el Xr en su lanzamiento. Ese modelo pasa ahora a costar 599, lo que para ser un móvil de Apple es de lo más llamativo: 150 dólares de rebaja un año después, ole. Los iPhone 11 Pro no bajan precios respecto a los Xs del año pasado, pero creo con ese precio el iPhone 11 puede petarlo. Aciertos también con los servicios de suscripción de Apple Arcade y Apple TV+, que en cierto modo tampoco podían ser muy caros porque la oferta de contenidos es más bien escasilla al menos de momento.

Hay un punto adicional más que quizás no sea tan relevante pero que a mí una vez más me ofrece buenas vibraciones: han dicho adiós a 3D Touch, una tecnología que tiene una buena alternativa en Haptic Touch y que desde el principio tenía aroma de gimmick. Como tantas cosas en la Apple de estos últimos años, vaya, así que renunciar a ella me parece otro acierto más que parece responder a la popularidad de esa opción y (probablemente) a factores económicos: seguro que quitarse de encima el sensor que habilitaba esa función permite ganar algo de margen.

Así pues, buenos movimientos por parte de una Apple que en otras cosas sigue como siempre. Mejoras incrementales, pocas sorpresas hardware y una sorprendente realidad: antes Apple imponía tendencias, y ahora las sigue. Lo ha hecho con más sensores, fotografía computacional y carga rápida, por ejemplo, y en 2020 probablemente veamos lector de huella en pantalla, quizás pantallas con frecuencias de refresco de 90 o 120 Hz y hasta el adiós a Lightning.

Para ser Apple, la verdad, no está nada mal.

Suscríbete a Incognitosis

¡Recibe en tu correo las nuevas entradas!

Standard

8 comentarios en “Esta Apple me gusta un poquito más

  1. Trufeitor dice:

    Parece que la bajada de ventas del último curso y la perdida de cuotas les ha hecho ver que han tocado techo con el precio y soplan otros aires en Cupertino.

    Estando muy de acuerdo con todo lo que dices, la única apostilla que te pongo es que el módulo de cámaras del iPhone es, probablemente, el engendro más feo que he visto en un móvil en años. Unido a la «ceja» de delante es la apoteosis del horror. Feo por donde lo mires.

    XD

  2. Scrappy dice:

    Yo es que estoy un poco cansado de ese diseño que desde el X llevamos y parece que va para largo. El notch no me gusta y no creo poder hacer que me guste. Me gusta la bajada de precios eso si.

    Lo del iPad no sé. No me convence sabiendo que está el de 6a generación por $250 en Amazon (EUA). Y los servicios pues es algo que no voy a contratar así que bueno.

    Por todo lo demás, sigo expectante del SE 2 tributo al iPhone 8. Principalmente por el precio que pueda tener y las especificaciones que pueda tener. Un A13 sería lo ideal (porque el SE normal tuvo el A9 del 6S) y los 4GB mínimos de RAM también se agradecerían bastante. En cuanto a diseño, sigo prefiriendo los marcos y el botón home con su debido TouchID.

    Un buen tiempo me espera con mi iPhone 7. Hasta que el SE 2 sea una realidad y baje de precio.

  3. Lambda dice:

    No me ha impresionado mucho, básicamente en la línea de Apple… todavía queda mucho para que haya una base de uso real para IpadOs (basicamente atrapados en el tema I/O, así no se comen a los Macs) , los móviles siguen siendo igualmente caros, potentes y «capados» dentro de la valla de Apple…

    La bajada de precios es anecdótica para Apple: ya partian de un precio alto.

    En general, aprobado justito para alguien que necesite iOs por la razón que sea.

  4. Pingback: Las cinco redenciones de Apple | Incognitosis

Comentarios cerrados.