Tecnología

Harry y la peana de los 1.000 dólares

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Harry estaba un poco cansado. Había tenido que andar casi medio kilómetro (¡medio kilómetro!) para llegar a la residencia del Sr. Cook. Algún becario había querido actualizar por su cuenta uno de los sistemas críticos que lo gobernaban todo en aquella ciudad. Qué temeridad: hacía años que las únicas que picaban código eran las máquinas, aparte de algún friqui que por afición seguía usando Swift y Rust -dos lenguajes totalmente obsoletos- para sus proyectos software.

Y claro, aquello había petado. De repente se colapsaron todos los medios de transporte que dependían de ese software y la gente se encontró con que tenía que andar. Como hacía décadas, qué desfachatez. Ni coches autónomos, ni patinetes, ni bicis, ni aerotaxis. A pata todos, majos. El caos.

Cuando por fin llegó la residencia Norma, el robot enfermera que ya conocía, fue a recibirle con una bebida refrescante y su habitual sorna algorítmica.

— Vaya, parece Vd, un poco fatigado, Sr. Burns.

— Norma, no empieces que hoy no estoy para fiestas. Además mírame, estoy en plena forma. Casi medio kilómetro y como si nada.

— Ajá. Debe ser que mis sensores están mal entonces. Está hecho un torito, Harry.

— Ahí le has dado. Oye, ya en serio, vengo a ver al siempre dinámico Sr. Cook.

— Le está esperando, claro. Anda muy animado sabiendo que hoy tenían muchos temas que comentar.

— Qué bien. Pues vamos allá — . Harry se terminó su refresco y, algo más descansado ya, siguió a Norma.

Tim Cook seguía en buena forma. Más arrugas, algún achaque, pero los avances en biogenética y el milagroso CRIPSR habían obrado milagros tanto en él como en millones de personas cuya calidad de vida era muy alta a pesar de sus avanzadas edades.

—Hombre, Harry, qué alegría verte de nuevo —soltó el Sr. Cook al verle.

—Lo mismo digo, Sr. Cook. Además hoy tenemos menene.

— Ya lo creo. Vienes a hablar de aquella WWDC de 2019, ¿verdad?

— Así es —contestó Harry— . Aquel fue un pequeño punto de inflexión para su empresa. Hubo novedades interesantes en casi todos los ámbitos.

— Ahora es cuando me dices que no en todos.

— Bueno, desde luego no en watchOS 6. Eso de separar la App Store y poder usarla con independencia del teléfono era algo un poco absurdo, ¿no? Es como si quisieran haber hecho creer a los usuarios que podían hacerlo todo desde le reloj.

— Bueno, es que podían hacer muchas cosas desde el reloj.

— La cuestión no es esa, Sr. Cook. La cuestión es si hacer muchas cosas desde el reloj era mejor que no hacerlas y dejar ciertos ámbitos al móvil o al portátil.

El Sr. Cook se quedó callado. Harry le había pillado en un renuncio, y no era la primera vez. Sus reflejos dialécticos ya no eran los de antaño, y la edad le había hecho más humilde. Más capaz de reconocer errores pasados.

— No te digo que no. Tratamos de esforzarnos por diferenciar algo más nuestros relojes inteligentes, y no había mucho de dónde tirar. Pero no te has dado cuenta de una cosa —comentó el Sr. Cook poniéndose misterioso.

—¿De qué?

—Pues que hacer más independiente el Apple Watch para que cualquiera pudiera utilizar la App Store desde él era una forma de liberarlo del iPhone. Y eso, Harry, permitía que el Apple Watch no fuera solo para usuarios de nuestro móvil: de repente todo el mundo podía comprarse un Apple Watch y acceder a casi todas sus virtudes, pero sin necesitar un iPhone como parte de la ecuación.

—Eso es interesante, desde luego. Bien dicho, Sr. Cook. Recuerdo además que tvOS 13 me sorprendió gratamente. De repente llegaban el soporte multiusuario y el soporte de los mandos de la Xbox One y la PS4. ¿Qué curioso, no?

—¿El qué, Harry?

— Pues que tvOS tuviera soporte multiusuario pero iOS y ese iPadOS del que hablaremos ahora no.

— Caray Harry. Vienes fuerte hoy. Es cierto, pero por definición un mismo Apple TV era para toda la familia, y un mismo iPhone era para una sola persona. Compartir nuestros dispositivos no era…

Harry le interrumpió.

—No me lo diga. ¿No era… rentable?

—Ostras Harry. Lo dicho, vienes a tope. Más allá de que fuera rentable, lo cierto es que no tenía mucha lógica en el iPhone.

— Pero sí en el iPad.

— Bueno, puede, pero es que allí vimos que tener soporte multiusuario no era…

Harry no puedo evitarlo. Le interrumpió de nuevo.

—¿Rentable?

—Oye Harry, que, te la ganas.

— Bueeeno, bueeeno — concedió Harry — . Está bien. No he podido resistirlo, Sr. Cook. Sigamos. Como le decía, con watchOS tampoco había mucha tela que cortar. Me sorprendió ese pequeño paso atrás en esa ambición médica. ¿Qué fue de aquello de los electrocardiogramas?

— Bueno, seguíamos trabajando en ello, pero no teníamos nada nuevo que anunciar.

— Pero aquello fue un poco la confirmación de que quizás su presunción del año anterior era quizás exagerada.

— Quizás, pero desde luego intentábamos aportar en este ámbito y también de hacerlo sin prescindir de los especialistas. El reloj era solo una fuente de información más para los usuarios.

— De información… y de preocupación, aseguraban algunos.

— Puede ser: como en todo, lo importante era usar esas opciones con sentido común.

Harry estaba de acuerdo con el Sr. Cook. Efectivamente una cosa era vender una característica de una forma más o menos sensacionalista y otra que la gente se lo creyese. Los electrocardiogramas de Apple fueron un poco como el autopilot de los Tesla de la misma época. La gente creía que eran mucho más de lo que realmente eran. Como siempre hacía algo clave para usarlos: sentido común. O lo que es lo mismo, el menos común de los sentidos.

Harry retomó la conversación.

— Bueno, al menos metieron aquello de los ciclos menstruales. Brillante.

— Harryyyy. Sé bueno.

—Vale, vale —concedió de nuevo Harry. Se lo estaba pasando pipa, y lo mejor estaba por llegar—. Lo dicho. Sigamos. Y entonces, iOS 13.

—Sí. Aquello era la culminación de nuestra plataforma móvil, que como sabes se bifurcó. Los iPhones tenían iOS 13, y los iPad iPadOS.

—Lo que no entiendo es por qué no llamaron a iOS 13 iPhoneOS. Hubiera sido lo suyo si hubieran querido ser coherentes.

—Puede, pero es que iOS era mucho iOS, y el iPhone mucho iPhone. Demasiado legado que dejar a un lado.

—Entiendo. En esta versión cobraban vida unas cuantas cosas, pero también moría (o casi) una: 3D Touch. Más preocupante me pareció entonces la condena a Touch ID, totalmente defenestrado en aquellos momentos a favor de Face ID. Pero el caso es que como digo hubo novedades interesantes. Entre ellas, claro, el modo oscuro.

—En realidad aquello era una demanda del mercado, no algo que nosotros hubiéramos planeado hacer de forma clara. Pero hay que reconocer que podía ayudar a ganar algo de autonomía.

—Debo reconocer que a mí me pareció algo bueno por el mero hecho de estar: daba esa opción, y eso casi nunca es malo. También me llamó la atención del sistema Sign in with Apple, ese login opcional (o forzoso, según se mirase) que era la alternativa propuesta por Apple a los de Google o Facebook en la época.

—Y recuerda que aquello además permitía aumentar la privacidad con las direcciones de correo aleatorias para esconder la identidad. Una idea ingeniosa, ¿no crees, Harry?

—La verdad es que molaba. De hecho mi sensación entonces era claro: si en algo destacaba Apple para mí era en sus esfuerzos por proteger la privacidad. Pero claro, luego sacaban a escena los dichosos Animoji y aquello se iba al garete. No entiendo por qué seguían dándole relevancia a ese tema.

—Era una forma de romper un poco el hilo. De ser un poco divertidos. O de intentarlo.

—Visto así puede que tuvieran un pase. El caso es que no hubo tampoco demasiadas mejoras destacadas más. La mejora en Fotos con su nueva vista inteligente con las mejores imágenes de cada rango de tiempo. era curioso, y lo gracioso es que apenas hacían mención en momento alguno a la inteligencia artificial.

—Es que nuestra batalla en este ámbito estaba en otro lado. No queríamos ser otra de esas empresas que abusaban del término y lo aplicaban a todo lo aplicable. Evidentemente había algoritmos en esa aplicación de fotos para que hicieran más y lo hicieran mejor, pero preferíamos centrarnos en el resultado. Y también en la privacidad, recuerda: todo el procesamiento se hacía en local.

—Sí, pero ahí ya estaba empezando a darle sopas con ondas Google. Por cierto, Siri volvía a sentirse muy sola. Apenas mención de ella durante la conferencia, Sr. Cook. ¿Qué pasaba?

—Para nosotros Siri hacía lo que tenía que hacer, y no podía hacer mucho más sin amenazar la privacidad de nuestros usuarios y espiar todo lo que hacían para luego adaptarse más a su uso. O tenías una cosa, o tenías la otra.

Era cierto, al menos en parte. Los asistentes de voz se nutrían de la información de los usuarios. Eran glotones hasta rallar el absurdo, y se comportaban mejor cuanto más supieran de nosotros. Apple parecía no querer entrar en esa guerra para no condicionar aquella imagen de empresa comprometida con la privacidad de los usuarios, y para muchos lo lograban. El problema es que Amazon y sobre todo Google habían aprovechado esa indecisión para arrasar en ese segmento a Apple. Harry quiso dejar el tema para otro momento; había otros temas de los que hablar ese día.

—Volvamos a nuestra conversación. iOS 13 no cambiaba demasiado, y de hecho recuerdo que macOS Catalina sí me sorprendió gratamente. Daba un paso valiente y realista.

—Así que lo recuerdas , Harry. Sí. A macOS le quedaban pocos telediarios ya, pero quisimos darle una escapatoria. La escapatoria se llamaba Project Catalyst, que permitía trasladar aplicaciones de iOS a macOS fácilmente. De repente no era necesario programarse una versión específica de Twitter para macOS, por ejemplo: cogías el código de la del iPad, dejabas que el sistema hiciese su magia, afinabas un poco y listo, ya tenías Twitter en el Mac.

—Cierto. También me llamó la atención que se despidieran de iTunes por fin.

—Bueno, no lo dijimos tan claro, pero es evidente que iTunes se había convertido en una broma pesada para muchos. Hacía demasiadas cosas y la gente ironizaba con que tenía que hacer más, como dijo entonces Craig. Lo que hicimos fue lo contrario: aplicamos el «divide y vencerás»: una aplicación para cada cosa, pero que hiciera esa cosa muy bien.

—Recuerdo también aquello de encontrar el ordenador con lo de «Find My» con balizas Bluetooth. Era ingenioso.

—Vaya, gracias Harry.

—No me las dé tan pronto, Sr. Cook. Lo que no era tan ingenioso es todo lo que se sacaron de la manga copiando a otros y llevándolo de forma nativa al Mac o a los iPhone/iPad.

— Todos copian de todos, ya lo comentamos en otra ocasión.

— Sí sí, pero ahí volvieron a las andadas de forma notable. Las aplicaciones de ciclo menstrual para iOS eran muy conocidas pero Apple sacó la suya para watchOS e iOS, la escritura deslizando el dedo era una copia de SwiftKey, ‘Look Around’ era una copia del ‘Streetview’ de Google Maps e incluso SideCar no era más que la adaptación de la idea que trataron de comercializar en aquel entonces los chicos de Duet. Un no parar, Sr. Cook.

—Insisto, Harry, todo el mundo lo hacía. Y a nosotros nos copiaban hasta el absurdo, así que adaptar ideas de otros no me parece tan grave si contribuían a hacer el ecosistema un poco mejor.

— Y a cargarse a los pobres de la competencia de paso.

—Harry, Apple era una empresa. No estaba ahí para hacer el bien eterno.

—Cierto, cierto. Pero más interesante incluso que macOS fue iPadOS. Que no era más que un «iOS Extendido», claro.

—Aquí queríamos devolverle su categoría al iPad y creo que lo conseguimos. Más allá del nombre, las nuevas características de productividad y gestión multitarea eran estupendas. Y recuerda: por fin podíamos conectar llaves USB o tarjetas SD al iPad.

— Cierto. Aquello fue todo un bombazo. Y como siempre llegó cuando ustedes quisieron que llegase. Ni un minuto antes. Dígame que no podían conseguirlo antes. Que no podían haber añadido ese soporte años atrás.

—Podíamos, claro, pero las cosas llegaban cuando tenían que llegar. Estratégicamente aquel era el momento perfecto para hacer eso y otras cosas.

—Como el soporte de ratón. Bien escondidito, eso sí.

—Ni siquiera llegamos a mencionarlo en la keynote, así es. Era una opción que nació como parte de las características de accesibilidad. Que por cierto, se vieron multiplicadas de forma exponencial con el control por voz, no sé si te acuerdas.

—Sí, aquello estuvo muy bien. Dragon NaturallySpeaking lo había hecho hacía dos décadas, pero reconozco que moló que llegara a macOS.

—Harryyyy…

—No no, de verdad Sr. Cook. Pero nos desviamos: ¿qué pasó con el ratón?

—Pues que vimos que comenzaba a tener sentido en el iPad. Que la gente quería usar ese equipo como sustituto de su portátil, pero echaba de menos el ratón. Así que se lo dimos. Escondidito, sí. Para luego, poco a poco, integrar ese soporte de forma mucho más ambiciosa.

—Y prepararnos así para el MacBook ARM que llegó después.

—Sí, Harry, pero ahí te estás adelantando a la historia. Ah, recuerdo aquel evento de octubre de 2020. Fue fantástico…

—Calle calle, que ya hablaremos de eso más adelante.

—De acuerdo, Harry. Lo dicho: el ratón fue importante, pero también lo era ese soporte de llaves USB o esa versión «de escritorio» de Safari que por fin lo convertía en un navegador mucho más potente en el iPad. El objetivo era claro.

—Disfrazar al iPad de MacBook.

—Vestirlo un poco sí. Para más tarde no distinguir demasiado uno de otro.

—Ajá. Y llegamos con esto al último anuncio que recuerdo. No al del Mac Pro o el del monitor con su curioso e impresionante diseño en forma de…

—Rallador de queso. Lo sé —admitió el Sr. Cook.

—Iba a decir de radiador, pero también me vale. Aquel equipo y aquel monitor eran una vez más claros exponentes de lo que hacía Apple. Buenos, pero exageradamente caros. Pero al menos hacían algo. De lo que le quiero hablar no es de esas máquinas. Le quiero hablar…

—De la peana de las narices.

—O de los 1.000 dólares, como quiera usted llamarla.

—Aquello fue otro error de nuestro endiosamiento. Una vez más acudimos al mantra del ‘form over function’. La forma sobre el fondo. Nada importaba más. El diseño, poder hacer que Ive hablara de aquel soporte para el Pro Display XDR con su modo pasional habitual. Lograr que la peana transmitiese que era un objeto de lujo. Algo de lo que la gente estaría orgullosa.

—Pues aquello fue ridículo. Recuerde los murmullos.

—Lo comenté con el equipo después de la presentación. Estábamos decaídos: nunca habíamos escuchado murmullos así en nuestros eventos. Era algo inconcebible. Y pasó. ¿Y sabe lo que me dijo Jonny [Ive]?

—¿Qué?

—Que los corderitos murmurasen todo lo que quisieran. Que iba a dar igual que lo hiciesen, o que la prensa nos pusiera verde, como lo hizo una y otra vez. Entonces me dijo: «¿sabes por qué, Tim?», y yo le pregunté «¿Por qué, Jonny?». «Pues porque las van a comprar igual. Y gracias a esta cobertura mediática, puede que más. Así son nuestros fanboys, Tim». Y entonces sonrió y se fue mientras todos nos quedamos algo preocupados. Lo triste es que tenía razón, claro.

—Así era y así fue, Sr. Cook. Hasta que los fanboys se dieron cuenta.

—Puede, pero eso aún tardó un poco en pasar.

—Cierto. Gracias por la entrevista, Sr. Cook. Le dejo. Volveremos a vernos.

—Dalo por hecho, Harry. Dalo por hecho.


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8 comentarios en “Harry y la peana de los 1.000 dólares

  1. Vicent dice:

    Me ha encantado, Javi. Rodias reunirlas todas en alguna colección, «Charlas en el geriátrico,» o algo así.

    Peanas aparte, (sin palabras) y Mac Pros y pantallas que parecieron un ¿queríais algo bestia, ? Tomad 2 tazas: 12 mil dolares el paquetito, Obviamente no es para mi, ni para casi nadie,
    A mi me está pareciendo una WWDC2019 gloriosa, años que no me gustaba una presentación así. Y me ha parecido un cambio de patrón, en casi todos los frentes. Sonará fanboy, pero también me vi las de Facebook (hilarante) y las de Google y Microsoft (insufribles), y me ha parecido que está estuvo a otro nivel, y con Apple apretando por fin, cuando ha podido, querido, o cuando ha necesitado combatir la bajada de ventas del iPhone.
    Que da coraje pensar que muchas cosas las han tenido guardadas en el armario, para sacar el arsenal cuando fuese necesario, y es bueno comprobar que ellos creen que ese momento ha llegado. A la fuerza ahorcan. Más divertido con una Apple guerrera, (sin dejar de ser Apple), que ir de sobrada o languideciendo.
    Ah, y coincido contigo. Espectacular, rotundo, la pelea de Apple por la privacidad. Empiezo a pensar , al contrario de lo que creía, que no solo es marketing y buenas palabras. Veo convencimiento, incluso fe en esas decisiones. Como si para parte de la cúpula, ingenieros, y gente con poder de decisión en Apple está fuera una guerra que hay que librar.
    La perderán, claro, pero estoy seguro que ayer a más de uno en un par de empresas que no mencionaré, se les atragantó la Keynote. Lo de Sign in with Apple, enmascarar mails, avisos constantes de uso de localización, bluethooth, y otras funciones del teléfono por parte de terceros, y un largo etc. (conté más de 20 novedades enfocadas a privacidad en un documento en twitter), me parecieron un puñetazo en la mesa.
    Configurable, con control casi absoluto, va a hacerles daño a más de uno donde duele, en el dinero.

    • Land-of-Mordor dice:

      Pues yo no veo más preocupación en la compañía que poner muchos candaditos en los anuncios. Mucho efectismo y poco más. ¿De qué sirven esas medidas si cualquiera les cuela una recopilación de datos masiva en aplicaciones de la AppStore, esa AppStore en la que se decía que no se publicaba nada sin que fuera revisado a fondo? El vender su falta de innovación en algunos ámbitos como esfuerzos para reforzar la privacidad del usuario es de traca, pero creo que a los incondicionales (que no fanáticos) de la marca necesitan ver algo positivo después de los últimos meses.

      A parte de la peana de los 1000$/€ lo de meter en equipos profesionales procesadores como esos Xeon que arrastran toda vulnerabilidad habida y por haber de Intel (y que se van a quedar así mientras se sigan vendiendo estos Mac Pro durante unos años, toma apuesta por la privacidad) y que en su versión más básica (8n/16h, 256 Gb de SSD y una Radeon 580) pueden ser vapuleados por un equipo basado en Threadripper que cuesta la mitad (y que también acepta memoria con corrección de errores) y veremos que tal quedan ante uno basado en los Ryzen 9 12n/24h. Que son 6.000 $/€.

      • Estoy contigo en parte, y desde luego es sospechoso que integren CPU de Intel y GPU de AMD cuando en ese terreno como dices los Threadripper son súper interesantes. Aquí intuyo que una vez más el margen de beneficio manda, como siempre. Y lo mismo con las GPUs de AMD. Esa modularidad y capacidad de expansión de la que hablan tiene demasiada letra pequeña. ¿Nada de GPUs NVIDIA?. Lo del SSD de 256 es espectacular, y lo de Spectre/Meltdown quizás no sea tan relevante a estas alturas: no es tan sencillo que afecte (demasiado) a estos equipos, pero es un buen apunte.

    • Gracias majo 🙂 No parece que se aprecien mucho estas historias en formato Harry&Sally así que no sé, pero igual recopilarlas y ampliarlas podría dar para un pequeño experimento editorial, es una idea que me ronda desde hace tiempo. En cuanto a lo demás, no quería parecer demasiado fanboy: hubo cosas interesantes, sí, pero nada súper brutal. Bien la apuesta por la privacidad (que tiene su aquel, como todas), y como decía en otros comentarios y el texto el soporte del ratón en los iPad y Project Catalyst son dos cosas que sí me gustaron y se salieron un poco del habitual modo rácano de Apple. Veremos dónde acaba esto.

  2. Pableras dice:

    Es que yo creo que el tema de la peana no se puede abordar de otra manera que no sea en clave de humor. Pero a mi Harry me encanta, y no me gusta que se asocie su nombre a ese chiste de mal gusto que es lo que es la peana. Fíjate si será chungo que a día de hoy, mediatamente hablando, es invisible (me refiero a la peana)

    Sobre el Mac Pro, varios apuntes. Es igual que el Power Mac G5 de 2003. 16 años después, reciclan diseño pero haciéndolo feo. Eso si que es tener los huevos cuadrados y no lo de la peana. Pero que te vendan un equipo de, atención, 6000€, repito:

    seis mil euros (se puede leer con voz de San Ildefonso que queda más gracioso)

    con un SSD de 256 gb.

    A ver, en la misma línea: 6000€ de ordenador -> 256 GB SSD. No sólo tienen los huevos cuadrados, los tienen de oro macizo. Lo de la peana, la verdad, es lo de menos. 6000€ – 256 Gb de memoria principal. Eso es una tomadura de pelo de proporciones épicas.

    Lo de iPad OS con la alMóndiga a modo puntero es de traca también. Aquí utilizarán a los usuarios de probadores, si sale bien, lo implementarán finalmente, si no, dirán que no es un puntero, es una opción de accesibilidad. Todo lo demás, sin pena ni gloria. A darle bombo, pero es el refrito de siempre con su dosis adicional de wonderful y amazing.

    Les veo muy faltos de ideas, y eso si que es preocupante. Novedades? Poquitas, han picado de aquí y allá. Han cambiado nombres, y ya. Ahí lo dejo.

    • Exacto, hubo novedades interesantes pero creo que nada revolucionario. Y lo más cercano a eso para mí fue el soporte de ratón, oculto como opción de accesibilidad de momento. Y lo del Mac Pro es una más de Apple. Sin sorpresas.

    • El iMac Pro te da mucho más por algo menos de lo mismo. Y si añades monitor y peana, por mucho menos.

      Por cierto, lo de la peana deberían haberlo anunciado como 6000 buckátiles y si lo quieres sin peana, 5000. El resultado final es el mismo pero mucho más elegante.

  3. Lambda dice:

    A día de hoy, lo poquito interesante es que van adaptando iOs a una experiencia más de escritorio en los Ipads. Por ahí tienen una baza que Google aún no (y Microsoft parece que no termina de dar con la tecla, sobre todo por depender de la retrocompatibilidad con x86). Un Ipad sigue siendo imbatible como cacharrito, pero se queda corto como equipo en solitario. Si tuviese un puerto usb C y compatible con adaptadores de ese estándar… tendríamos una maquinilla muy apañada según para qué situaciones y usuarios.

    En x86 Apple se queda en postureo y diseño cuqui, con algún que otro pro (SFS, MacOs, algunos programas propietarios, ensamblaje de factoría…) e ya.

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